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La alarma de incendios sonó.

En un instante el salón ya estaba siendo un caos, a pesar de que la profesora Nancy había dicho que mantuviéramos la calma.

Todos estábamos afuera, en el campo de fútbol al aire libre. Sin un incendio real.

El grupo de chicas "populares" estaba burlándose de los que habían salido con prisa. El equipo de futbol varonil estaba con ellas.

En las gradas, estaba la chica de cabello rubio, teñido. Fumando. Ni siquiera estaba permitido fumar en la preparatoria, pero para ella, no habían reglas, y a los profesores poco les importaba.

Betty, mi mejor amiga, me estaba contando sobre su preocupante examen que se interrumpió por la alarma.

-Estoy segura de que fue ella-le dije mientras miraba a la rubia.

-¿Dua?

-Sí.

-¿Por qué?

-Ya sabes, es problemática.

-Pero no se ve tan hábil para hacer algo así-miré a mi amiga y ella continuó-al menos alguien la hubiera visto.

El director estaba molesto, gritando con un megáfono "todos mantengan la calma, fue falsa alarma".

Cuando miré de nuevo hacia la rubia, su mirada se encontró con la mía. Desde lejos podía sentir una tensión extraña, y tuve que desviar mi atención o pronto estaría nerviosa.

Seguí escuchando a Betty, hasta que me atreví a mirar de nuevo hacia la chica rubia. Sospechaba de ella. Pero esta vez, no la ví por ninguna parte de las gradas. La busqué un poco más con la mirada, sin conseguir encontrarla.

-¿Crees que encuentren al culpable? No es la primera vez que hacen esas bromas en la escuela-le comenté a Betty.

-Estás algo perdida hoy, Ashley.

-No lo estoy.

-Sí lo estás.

-Claro que no.

-Por supuesto que sí-insistió.

De nuevo busqué a la chica rubia por el campo, sin verla. Hasta que alguien habló detrás de mí.

-¿Buscas a alguien?

Betty volteó de inmediato y yo sólo esperé a que la chica avanzara frente a nosotras.

Dua Lipa es conocida en la escuela por ser hermosamente sexy, popular, problemática, alocada, y con demasiada mala fama, es decir, "zorra".

Ella ya se encontraba frente a mí.

-A nadie en especial.

-¿Segura?-asentí, pero ella pareció ignorarlo-porque hace un momento no me quitabas la mirada de encima.

-Ya tenemos que irnos-intentó excusarse mi amiga, tomando mi mano para llevarme lejos de la rubia tóxica, pero ella la detuvo.

No sé ni cómo pasó ni por qué lo dije, pero ahí estaba, abriendo la boca estúpidamente.

-Creo que fuiste tú la que hizo sonar la alarma de incendios.

Dua sonrió de una forma pervertida y divertida, como si estuviera jugando uno de sus juegos favoritos.

-Sí, fui yo ¿qué hay de malo con eso?

-Nada-en realidad mucho, porque el director iba a dar su sermón en cada clase para que aparezca el culpable, y nos iban a dar un castigo porque los bomberos ya estaban en la zona, por un falsa alarma.

-Bien...si piensas en decirle a alguien.

-No diré nada-terminé de decirle.

Ella sonrió.

-No me quites el crédito, puedes gritarle a todos quién fue.

Si estaba aplicando psicología inversa, le estaba funcionando.

Su mirada no se apartó de la mía, y yo sólo fui arrastrada lo más lejos posible por mi salvadora Betty.

-¿Qué te pasa, Ashley?¿por qué la mirabas?

-Tenía mis sospechas de que ella había sido.

-Pues lo admitió...pero es una trampa, así que nosotras no vamos a decir nada.

De nuevo, guardamos otro secreto de una forma que poco comprendíamos. El mes pasado, mi amiga y yo vimos cómo Dua escribió "puta" con letras mayúscula en el vidrio trasero del auto de la profesora de Química. Y no dijimos nada. La rubia sabía que la vimos y no la acusamos.

¿Quién se iba a imaginar que esa misma chica me iba a hacer su juguete sexual? Tenía mi consentimiento en todo, pero ¡dios!¡¿quién lo había esperado?!

try me › dua lipaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora