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Estaba sentada en los bancos del gimnasio, escuchando música mientras esperaba que la última clase de Betty terminara. Hoy era la fiesta, y ella quería estar ahí, así que acordamos ir de primero a su casa para comer, hacer la tarea, ducharnos y alistarnos para ese infierno.

De pronto, alguien se sentó a mi lado y el humo de su cigarrillo llegó a mi nariz. Sin mirarla, ya sabía de quién se trataba.

-¿Quién te dio tu bienvenida?

Me preguntó Dua.

Tenia una chaqueta de cuero negra que le remarcaba el delineador en sus ojos. Llevaba los labios pintados y un perfume que extrañamente no era nada desagradable.

-¿Disculpa?-la miré y ella esperó curiosa por mi respuesta-no sé de cuál "bienvenida" hablas.

-La bienvenida a nuestro grupo.

-¿Tu grupo?

-Ya sabes de quienes.

-Nadie...-respondí algo insegura, no recordaba nada más que la invitación.

Ella pareció pensarlo y sonrió. Aspiró un poco de su cigarrillo.

-¿Estás segura?

-Sí.

-Entonces...al parecer voy a dártelo yo.

-¿De qué hablas?

Dua apagó su cigarrillo y se acercó más hacia mí, sus ojos se encontraron con los míos y sus labios me hablaron entre casi susurros.

-Para ser parte de nosotros, tienes que ser la chica de alguien, y si nadie te ha dado la bienvenida, es porque ellos esperan a que yo lo haga.

-Estás loca.

-Mmmm...cuando me lo propongo sí, y mucho.

Sus manos sostuvieron mi cara y tragué saliva al tenerla cerca de mí, en esa forma, casi besándome.

-¿Qué haces?

-Te doy la bienvenida.

-Pero....no quiero.

-Pruébalo.

Busqué apartarme de ella y levantarme, para ese momento varias chicas de la clase de Educación Física ya nos habían observado desde lejos. Esas miradas que nos lanzaban no eran más que curiosidad, morbo o lo que fuera. Era incómodo.

-No voy a ir a esa fiesta.

-Si te da pena, lo podemos hacer a solas.

Dua se acomodó en las gradas del gimnasio con tanta naturalidad y seguridad, como una auténtica hija de perra.

-No quiero hacer nada contigo.

-Como quieras-me señaló la mochila que se me estaba cayendo del hombro y sonrió-cuidado con eso...si te arrepientes y quieres tu "bienvenida", ya sabes dónde encontrarme.

Acomodé mi mochila en el hombro y me di media vuelta para irme a otro lugar, lejos de ella.

Cuando Betty salió, me dijo que necesitaba quedarse para terminar un proyecto, pero que me adelantara a casa y ella iría conmigo para alistarnos.

-Betty, sobre eso...hay un cambio de planes.

-¿Qué pasa?

-No voy a ir.

-¡¿Qué?!¿Por qué?

-Hoy tuve un...encuentro con Dua.

-¿Qué clase de encuentro?

try me › dua lipaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora