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Dua me contó cómo me había matado por error, y cómo lograron salvarme antes de irme a otro mundo. Por su expresión, podía ver que en realidad lo sentía mucho.

—Parece que ya estás libre...

—¿A qué te refieres?

—A que ya no van a estar buscándote, para ya sabes...matarte.

—¿Puedo caminar libre en la calle o cualquier otro lugar?

Inmediatamente negó con la cabeza.

—No aquí, en otra ciudad sí, pero aquí no es tan seguro.

—Pero...

—Tengo guardianes todo el tiempo, es peligroso lo que hicimos.

Suspiré, cansada y con desánimo. Quería regresar a la normalidad.

—¿Y a dónde iremos?

—Australia.

—Debes estar bromeando.

—En verdad estarás lejos. Muy lejos de aquí.

—Ahí me mataran las arañas y serpientes venenosas, y cualquier otro animal peligroso...espera, dijiste que estaré...¿tú no irás conmigo?

Dua buscó mi mano y la sostuvo. En ese momento vi que tenía una marca en la muñeca, como un tatuaje, de líneas finas negras.

—Iré después, pero no ahora...

—Me dejarás de nuevo.

—No por mucho tiempo, quizás un par de meses.

—¿Y quién irá conmigo?

—Alejandro.

Negué en silencio.

—Sólo es por seguridad, nos volveremos a ver pronto, más pronto de lo que imaginas.

–¿Prometes que no me dejarás sola?

—Lo prometo.

Y unió su muñeca a la mía, teniendo los mismos trazos en su piel como la mía.

—¿Me hicieron un tatuaje?

—Sí, bueno...no podíamos pedir tu consentimiento porque estabas "muerta" pero tiene un significado especial que sólo tú y yo tenemos.

La miré.

—¿Qué significa?

—Pruébame...

Y me atrajo a ella para besarme, dejándome sentir su deseo en la punta de su lengua. Sus manos se aferraron a mí y su cuerpo se acercó al mío para unirse a mí una vez más.

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try me › dua lipaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora