Estaba corriendo en un callejón a oscuras, con muros altos que parecían de construcciones antiguas, abandonadas y algo más que aterradoras. Sentía que me estaban persiguiendo, hasta que algo golpeó contra mí, dejándome en el suelo, con un fuerte dolor en el pecho. Y de pronto comencé a escuchar mi nombre.
"Ashley despierta, Ashley"
Rápidamente abrí los ojos, sobresaltada. Estaba teniendo una pesadilla.
Hasta que vi que alguien estaba sentado en mi tocador.
Grité.
–Shhh.
Al ponerse de pie, noté que era una mujer, llevaba una capucha negra que al instante la bajó dejándome ver quiera era.
–Idiota–le dije molesta.
–No grites–me ordenó antes de poner una de esas sonrisas estúpidas y seductoras que tanto me encantaba, corrección, que tanto "odiaba".
Dua me miró en silencio, como si me estuviera analizando para atacar o leyendo mi carta astral.
–¿Qué demonios haces aquí?
–¿Quieres que me vaya?–preguntó divertida. Obviamente no.
–No deberías estar jugando con mis sentimientos.
–¿Disculpa?
–Lo que escuchaste, te fuiste, me ignoraste, y ahora ¿regresas?
–Depende de qué significa regreso, porque exactamente yo...–la interrumpí.
–Bien, si vienes para despedirte, puedes hacerlo, di tu sermón o sólo dime adiós, y ya.
–Alguien está bastante molesta conmigo–me dijo.
Resoplé. Por supuesto que estaba molesta por lo que había hecho, pero tampoco quería quedarme sin ella.
–De acuerdo, estoy aquí para preguntarte si estás lista.
–¿Lista?¿Para qué?
–La carta–me recordó y al ver mi cara, lo supuso–espera, no leíste la carta.
–No.
–Bien, entonces...–miré que presionara los labios y se acercara hacia mí para sentarse en la cama, cerca de mí, y mirarme.
–No la leí porque temía lo peor.
–Lo imaginaba...¿en dónde está?
–En la mochila–le señalé con la mirada y ella se levantó, para ir a buscarla. Yo sólo observé lo que hizo hasta que regresó de nuevo junto a mí.
Ver el sobre en sus manos me puso nerviosa por alguna razón, pero no le dije nada y sólo permití que abriera la carta y sacara una hoja con el escrito. Dua se acomodó en la cama y me dio una mirada rápida como si estuviera pidiéndome permiso.
–Estoy lista–avisé.
–Querida Ashley...
Sé que ahora debes estar odiándome, o maldiciéndome por todo lo que estoy haciendo, pero debes saber que hay una razón.
Me reacomodé en la cama y crucé mis brazos sobre mi pecho, Dua sonrió un poco al ver que estaba desafiándola de esa forma y continuó leyendo.
–Los miembros de la Orden, los más importantes de la secta, me han impuesto un castigo, tal vez uno pequeño en comparación con todo lo que tenían planeado para mí, para que esta vez lo vea como una advertencia. Me han marcado como uno de los miembros más importantes entre ellos para "probar mi lealtad". Y tal vez todo hubiera sido peor si no fuera por el hombre que me está ayudando. Es mejor alejarme por un tiempo, para no hacernos daño, tengo a varios chicos como mis "sirvientes" pero sé que igual son informantes de la Orden que me vigilan todo el tiempo, y sé que es una locura pero esto es tan real. Le tuve que pedir ayuda a muchos amigos, Miley me dijo estar de acuerdo con un plan, espero pronto decirte todo en persona.
Cuídate mucho Ashley, yo lo haré a la distancia.
Dua.
Miré a Dua y ella seguía con la mirada clavada en el final de la hoja, como si estuviera pensando en lo que estaba leyendo.
–Posdata: El collar en el sobre es la clave. Manténla contigo.
Y levantó su mirada hacia mí.
–¿De cuál collar hablas?
Ella no me respondió, sólo buscó el sobre y lo giró para vaciarlo y dejar caer el collar en su mano.
Me quedé petrificada, sin saber qué hacer, como si un escalofrío fuerte recorriera inmediatamente todo mi cuerpo. Conocía ese collar, era mío. Había sido un regalo de mi padre.
–Él me ha estado ayudando, Ashley, tu padre está vivo.
–Es imposible–murmuré.
Dua extendió el collar delgado y brillante frente a mí, tan sencillo y hermoso al mismo tiempo.
–Tu padre me pidió que te entregara esto.
De inmediato me levanté.
–Me estás engañando, mi padre está muerto, es imposible que haya sobrevivido.
–La Orden lo ayudó.
–Pero ellos no son buenos.
–Por supuesto que no, le pidieron algo a cambio.
–¿Qué cosa?
No sabía ni cómo sentirme, mi corazón latía demasiado rápido como si estuviera a punto de explotar.
–Que dejara en el pasado toda su vida y se uniera a la Orden, que trajera a más miembros, y que fuera un verdugo de los rebeldes.
–¿De qué demonios hablas?...No entiendo.
–Tenemos toda la noche para hablar de eso, Ashley, sólo no te alteres.
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try me › dua lipa
FanfictionPruébame, hazlo...pero si yo gano, haré lo que yo quiera contigo.