CAPÍTULO ONCE: I gran dolori sono muti.

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Miley Cyrus — Angels like you

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Miley Cyrus — Angels like you

Estos días han sido algo activos a pesar de que Evan no se encuentra en la ciudad, me la he pasado muy a gusto acompañada de Francesca quien en pocos días se ha vuelto una buena amiga, ella casi consigue que me olvide del que Evan no me ha contestado los mensajes seguro que ha de estar muy ocupado, pero según lo que me dijo hoy regresaría. Una semana fuera y lo extraño como loca.

Estoy cansada de estar todo el tiempo sin hacer nada así que de momento por lo que comenzare a trabajar en el área de administración de la empresa de mi padre, él ya está arreglando todo para que yo pueda ser de ayuda.

Salgo para subir unas cosas al carro ya que mi padre va a una reunión en Sicilia  y esta es muy importante, por nada puede llegar tarde.

—Nos vemos mañana Papi— le doy un beso.

—Te quiero hija— me dice poniendo en marcha el carro.

A los segundos veo como desaparece por la calle, yo me doy media vuelta para volver a casa mientras miro nuevamente mi teléfono con la esperanza de que Evan allá regresado y nos podamos ver, una de las razones por las que acepte trabajar con mi papa es el horario flexible para verlo cuando este desocupado. Apenas entro en la casa cuando siento que me toman por la espalda, me empujan hasta quedar adentro de esta y luego escucho como se cierra la puerta, los nervios se apoderan de mí, me niego a voltear, siento como acerca su rostro a mi cuello.

—Hueles delicioso— cuando lo escucho suelto un suspiro— ¿Me extrañaste?

—Mucho— contesto con dificultad gracias a sensación electrizante que recorre mi cuerpo al sentir su nariz acariciando mi cuerpo— te estaba esperando.

Siento como pone su mano en mi rodilla y la va ascendiendo hasta llegar al borde de mi vestido, toma este enrollando lo que puede en su mano para después jalarlo y con esto romperlo.

—Ahhh— es lo que escapa de mis labios ante la sensación.

—Hay aspectos en los que cambie Rachel y quiero que sigan así— dice mientras que con una mano aprisiona mi cuello y con la otra acaricia uno de mis muslos que antes era tapado por el vestido— en el sexo yo mando ¿Queda claro?

—Si—respondo presa del deseo- tócame por favor.

—Todo a su tiempo— dice sin hacer gran cambio a sus movimientos pequeños roces que ya me tienen a su merced— No pienso ser romántico y no quiero que me llames por mi nombre en lugar de eso quiero que me digas mi amor, ¿Entiendes?

—Si mi amor— respondo, me duele el que no quiera ser romántico mientras hacemos el amor, pero en este momento ni mi corazón ni mi cerebro me manejan.

En cuanto respondo su mano sube a mi vientre bajo dejando caricias por donde pasa, pasa su mano por debajo de mi braga bajando poco a poco a donde se encuentra mi clítoris, el primer roce me tiene gimiendo.

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