EXTRA: L'amore della madre.

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Conocí a Francesco hace varios años, pero hasta hace cuatro meses no lo había tratado, mi mejor amiga está casada con un amigo de el por lo que era común verlo de lejos en una que otra reunión

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Conocí a Francesco hace varios años, pero hasta hace cuatro meses no lo había tratado, mi mejor amiga está casada con un amigo de el por lo que era común verlo de lejos en una que otra reunión.

Pero hace unos cuatro meses me lo tope por casualidad en un casino en el cual yo estaba teniendo una pésima cita, al ver mi rostro que seguramente gritaba UN SALVEMENME vino a mi rescate, nadie le contradice en nada por ser quien es.

Después de eso nos estuvimos topando frecuentemente, había días en los que solo hablaba de los problemas que tenía, del miedo que tenia de no ser un buen padre, todo lo que estaba sucediendo alrededor de la mafia, todas sus angustias a final de cuentas me di cuenta que estaba solo, no tenía más que un amigo verdadero y a su hijo, así que decidí hacerme su amiga apoyarlo en todo lo que estaba pasando y así fue hasta que pronto ambos nos dimos cuenta que era más que una amistad.

Comenzamos a salir y todo fue perfecto, siempre me recalco que yo era su pareja pero que no tenía ninguna obligación con su hijo, lo único que me pedía era que respetara su relación con él.

Aceptaba lo que decía y como no hacerlo madre solo hay una, no podía jugar a estar en un lugar que no me correspondía eso creía hasta que lo conocí.

Fue un día que Francesco no podía recogerme por lo que pido que viniera a su casa y así salir directamente de ahí ya que el venia de un viaje. La nana paso con él en brazos y me enamore del, se parecía mucho a su padre solo que tenía el cabello rubio, tenía unos ojos que me hipnotizaron, era demasiado delgado pero hermoso, su carita que mostraba enojo, como si quisiera asustar a cualquiera que se le parara frente.

Jamás podre olvidar la sonrisa que me dedico y como estiraba sus manitos con tanta euforia, no lo pensé dos veces antes de levantarme e ir a cargarlo, cuando lo agarre hundió su pequeña cabeza en mi cuello y se aferró con sus pequeñas manos a mi persona.

—Tú debes ser Santino— dije más para mí, aparte que podría entender un bebé de seis meses.

Levanto su carita de mi cuello poco a poco y me enamore aún más de el al escuchar los balbuceos que salían de su boca, como me miraba, me miraba como si fuera lo más hermoso que hubiera visto y yo estaba segura de mirarlo igual.

—Me lo permite tengo que alimentarlo— me dice su niñera a lo que accedo dispuesta a pasarle al pequeño terrón, pero realmente no puedo ya que se ha aferrado a mí con sus pequeños bracitos, no quiero forzarlo por no lastimarlo y menos cuando escucho su llanto.

—No hagas esto tienes que ir con tu nana— le digo, para el llanto, pero me mira con un puchero en su boca, es como si estuviera accediendo, pero en realidad no quiere hacerlo, se lo entregó a la nana, pero su mirada no deja de matarme.

Camino hasta donde la niñera está a punto de salir con y la detengo pidiéndole de regreso al niño, posiblemente me meta en problemas con Francesco, pero ya sabré explicarle que no pude decirle que no.

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