CAPÍTULO CINCO: Amore è cieco.

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Another one bites the dust — Queen

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Another one bites the dust — Queen.

Después de mi breve conversación con Leandro me fui directamente a la recámara, una vez ahí vi mis mensajes tenía muchos de Alya esta mujer no me desagrada es muy buena en la cama y sé que entiende el lugar que le doy, solo que a veces es muy insistente esto por que trabaja para mi, es una de las mejores personas que tengo bajo mi mando, eso sin contar que somos amigos.

Me meto a la ducha con la intención de quitarme el estres que me ha estado persiguiendo estos últimos días, alcanzó a escuchar el sonido característico de mi telefono logrando sacarme de la ducha, sigo el sonido hasta llegar a mi telefono, con solo ver el mote que adorna mi pantalla me hace sonreír y contestar inmediatamente.

—Ciao cariño.

—Ciao Gattino—respondo llamándola por el mote que le puse hace siglos.

Katerina Romanova es mi mejor amiga desde el día en que nació, yo tenía un año cuando mis padres me llevaron a conocerla, desde ese día he estado a su lado, nuestros padres fueron amigos así que el rogar por estar juntos siempre resultaba bien.

Cuando tenía once años desaparecí por cinco años, en ocasiones deseo regresar el tiempo solo para no tener que dejar sola en un momento tan difícil de su vida.

Muchos de mis mejores momentos han sido al lado de ella, es quien me soporta y quien siempre me está divirtiendo. Ella con quien solía jugar de niño, experimentar en la adolescencia, emborracharme en la juventud, trabajar en la adultez, y adorar durante toda la vida.

—Estoy muy sentida, últimamente te has olvidado de mí— se queja, y eso que le mande mensajes en la mañana, no sé cómo comentarle lo de Rachel por eso no le he marcado.

Pero me conoce y sabe que hablo con ella por llamada por lo menos una vez al día para contarle mis problemas, mi día... o simplemente escucharla hablar de lo que hizo, de lo que piensa, o de los problemas en que se metió.

—No es eso Kate, es solo que tenía mucho trabajo y en estos días me he metido en un gran problema. —Ella es la persona en quien más confió, y es justo a quien debo decirle lo que está pasando con Rachel.

—¿A quién embarazaste hijo de puta?— suelta una carcajada del otro lado del teléfono.

—A un pordiosero sin futuro— le digo y se ríe.

—Bueno pues en primer lugar tienes que negar que eres el padre, yo digo que te dijo mentiras seguro es de cualquier otro pordiosero—se ríe— ya si no quieres pídele una prueba de paternidad.

—Lo que me preocupa es tener que casarme con él, ¡Ay no!. —me siento.

Siempre he sido consciente de que es una de las pocas personas que logran ver el lado positivo de mi persona aun cuando el resto del mundo piense que no tengo uno.

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