CAPÍTULO DIECIOCHO: La notte è la madre dei pensieri.

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Someone You Loved - Lewis Capaldi

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Someone You Loved - Lewis Capaldi

Sonrió una vez más, pensando en lo mal que lo debe estar pasando mi Hermano, pero ciertamente es su culpa, sigo sin creer que se peleara con Julia debido a que ella estaba viendo a alguien, es decir mi hermano hasta el momento ha decidido que no son nada más que personas que se juntan para darse placer, no tiene ningún derecho para reclamarle a Julia el que ella este saliendo con alguien porque ella está buscando estabilidad y Leandro se está negando a dársela.

Posiblemente no debí meterme, pero es que es graciosos verlo de mal humor, aun recuerdo su cara cuando le dije ''Invité a Julia una temporada, llega en tres días cancela tus planes cenaremos todos juntos'' la cara de mi hermano al decirle eso no tiene precio.

Si no lo molesto yo quien más podría hacerlo, es decir es mi deber con Hermano mayor.

—¿Pero ¿cuál fue la justificación que le diste para eso?— pregunta la chismosa de mi mejor amiga al otro lado del teléfono, llevo una hora riéndome de esto con ella.

—Le dije que Francesca no tenía la culpa de que él tuviera problemas con Julia— suelta una carcajada del otro lado.

—No se maten si algo sale mal—me dice— es que va a explotar.

—Lo va a hacer, pero uno no puede meterse— le digo a la vez que uno de mis hombres me hace una señal indicando que ya llego mi hermana— mi amor te dejo tengo que ir a recibir a mis invitados.

—Está bien mi vida, no quiero un solo rasguño en mi Juls— sé que no lo dice enserio— me la cuidas.

Dejo el teléfono en mi escritorio salgo de mi despacho y camino unos minutos hasta llegar a la entrada de la finca, Ches apenas está bajándose del caro con una sonrisa de orilla a orilla.

—Extraño a mi amiga, pero esto se está poniendo peligroso— me dice riéndose mientras le abro mis brazos.

—Pero nosotros amamos el peligro— le digo—vamos caminando que no tarda en aterrizar la avioneta que trae a Julia.

Camino manteniendo a mi hermana abrazada, desde muy pequeño he tenido claro que aria cualquier cosa por protegerla después de todo es mi más grande amor, desde el día en que nació supe que estaba destinado a velar por su felicidad, sé que una de mis metas de vida es verla feliz con alguien que la ame incluso más que yo.

—Alla viene—me dice ella haciendo que gire mi cabeza un poco para ver como mi hermano sale de las mazmorras de la finca, un lugar bastante alejado de la casa por esto de que la tortura puede ser muy ruidosa.

—Soy yo o ese hombre trae cara de haber torturado a cada traidor que teníamos en la mazmorra.

—No trae cara hermanito— me toma el rostro para que mire nuevamente te a la pista— no lo mires que esta que nos ataca, pero en efecto torturó a todo el que se le puso enfrente.

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