CAPÍTULO DIECINUEVE: Decidi di non vedere.

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Never say Never - The Fray

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Never say Never - The Fray

Fue una pésima idea dormirme en una banca, me doy cuenta de eso cuando estaciono la chatarra a la que llamo auto justo afuera de la casa de Rachel.

Anoche estuve tan ocupado pensando en que soy un cobarde, lo pensé mucho pero realmente no cambia la decisión de no confesarle la verdad

A los pocos minutos de haber llegado, sale Elli quien no parece de muy buen humor, desde el momento en que la vi supe que no le agradaría nada, sabe perfectamente que tengo demasiado poder sobre Rachel y para ella eso significa que yo puedo ser su perdición.

—Podrías haberte bajado a saludar a tu suegro— me dice con clara molestia.

—Podría, pero no tengo tanto tiempo—
le respondo sonriendo abiertamente.

Se escuchan los pasos hasta que Rachel baja las escaleras de la entrada corriendo, le da un beso a su amiga y sin decir más se sube al auto, una vez dentro arranco.

—Hola amor— me dice estirándose para darme un beso.

— Hola Rachel— digo fijando mi vista en la carretera— bueno hoy iremos a ver una película.

— Me parece perfecto —se acomoda en su asiento mientras que yo continuo nuestro camino— ¿Cómo has estado estos días?

—Bien, solo que con mucho trabajo— esta semana atrapamos a varios hombres de Enzo en nuestro territorio— debería de decir que hay demasiadas ratas en los negocios.

—Regularmente es así, pero no te enfoques en ellos, tu solo has tu trabajo— me quedo con mis pensamientos sabiendo que uno de mis trabajos es exterminar a esas ratas.

—A veces no es tan fácil como parece— menciono en su lugar.

Después de media hora llegamos al cinema en el que veremos Yo antes de ti, cabe destacar que ella escogió la película.

Compramos algunos dulces para degustar mientras vemos la película, en casa tengo una habitación que utilizo como cinema, regularmente tengo muchas gomitas de todos tipos ya que Katerina las ama, aunque ciertamente si estuviera con ella veríamos una película de Terror o acción.

—Amo estas cosas tan simples— me dice Rachel— el hecho de que no trates de buscar la forma de lucirte, el que solo te enfoques en hacer lindas las cosas simples.

— No tengo porque fingir ser algo que no soy—si por mi fuera, hubiéramos ido a un museo, una cata de vinos, viajaríamos a una isla, cualquier otra cosa.

—Vamos— me toma de la mano.

Nos sentamos en el lugar que ella eligió, me toma la mano durante el tiempo que tarda en empezar la película.

—¿Te cuanto algo que ha estado rodando mi cabeza?— me dice.

—Dime.

—Tengo la certeza de que estamos cumpliendo la promesa que nos hicimos hace diez años, tú me esperaste y yo te encontré— toma mi cara entre sus manos y me acerca para besarnos.

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