Ruth B — Mixed Signals
Cuando me levante ya Santino no se encontraba en la habitación, supuse que tenía algo que hace así que no le tome atención simplemente me dispuse a asearme, después de salir de la ducha encontré un cambio de ropa en la cama, mas accesorios y todo para utilizar el día de hoy.
Ayer fue un día de locos, sigo sin entender porque la beso, pero en el fondo siento que no puedo rendirme, supongo que en el fondo yo sabía que no era el mismo y es por eso que había tantas discusiones entre nosotros, pero realmente creo que las cosas van a mejorar.
Después de cambiarme voy con Elli quien se queja ya que la ropa le queda demasiado ancha, a diferencia de la mia que, si me quedo bastante bien, es mucha la diferencia.
—Bueno supongo que solo lo utilizare para salir de aquí—concluye.
—Claro que no— entra Francesca— Lamento lo de ayer, fue un día de lo fatal, pero nos encargaremos de recompensarlo hoy.
—No me interesa estar cerca de tus hermanos— ataca Elli, realmente no le agrado lo que sucedió con Santi, pero no entiendo lo de Leandro.
—Sé que en un principio no parece bien todo lo que hacen, pero realmente no creo que los conozcas.
—Lo dices porque son tus hermanos, para ti la mirada que le dio el pelinegro a Rachel está completamente bien.
—No espero que entiendas el motivo por el cual mi hermano ha reaccionado así, de no conocer a Rachel yo también lo hubiese hecho, me apartaron de mi hermano durante años, años en los que mi familia estaba destruida, así que en definitiva no puedes venir y decir que te parece mal la reacción de mi hermano, quien solo quiere lo mejor para su familia.
Recuerdo perfectamente lo que dijo Santino ayer sobre evitar llamarlo Evan, y está bien porque ese no es su verdadero nombre, entiendo lo que sufrieron ellos cuando el desapareció, lo que en definitiva no me parece es que el padre de ellos le alla negado a Lucí la posibilidad de ver a su hijo, si ella tomo esas medidas fue porque se vio obligada a ello.
—Eres libre de irte si es lo que gustas— declara, después voltea su mirada a mi— ya es hora de desayunar nos están esperando.
—Que se queden esperando, nosotras nos vamos— Elli le sonríe a Francesca.
—Si quieres irte ve tú, yo me quedo— le digo a mi amiga, Elli ya debería saber que no puede tomar decisiones por mí.
—No es para ti— me dice antes de salir por la puerta, golpeándola.
—No le pongas tanta atención, vamos nos esperan.
Me toma de la mano y guía por la gigantesca casa que no tuve oportunidad ver bien anoche, después de algunos minutos de caminar llegamos a un jardín donde está dispuesta una mesa con ocho sillas, algunos de los lugares están vacíos, es como si no se ocuparan porque tienen dueño.
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La Promesa
RomanceSantino Vitalli un hombre envolvente, atractivo, astuto, frio, calculador, adinerado, poderoso, que desconoce el significado de bondad, su familia lo único que importa en su vida, nacido con el único propósito de ser líder. Evan Fisher su vida una m...