Santino Vitalli un hombre envolvente, atractivo, astuto, frio, calculador, adinerado, poderoso, que desconoce el significado de bondad, su familia lo único que importa en su vida, nacido con el único propósito de ser líder.
Evan Fisher su vida una m...
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Mirrors—Justin Timberlake
La vida es algo que muchos no logramos comprender, yo en ocasiones me pregunto ¿Por qué o para qué estoy vivo?, sin embargo, aún estoy en busca de esta respuesta. Desde que recuerdo he pensado que estoy hecho para algo grande a comparación de mi madre quien dice que tenemos una vida normal. Aunque para mí, no es tan normal como ella quiere. Para empezar, no tengo padre, a los once años me golpee la cabeza perdiendo gran parte de mis recuerdos, solía mudarme constantemente, vivo en Los Ángeles con mi madre y actualmente tengo novia, mis aspiraciones para un futuro son ser policía o ingeniero en mecatrónica. No es que sea la gran cosa, pero tampoco es una vida relativamente normal.
Salgo de mis pensamientos con los gritos de madre.
—¡Evan! —grita, desde la cocina.
—Ya voy, ya voy— ya estaba cambiado así que voy a donde mi Mamá.
Una vez abajo la encuentro sirviendo el desayuno, desde que tengo memoria lo hace a pesar de que su comida no es mi favorita, en alguna parte muy perdida de mi mente recuerdo que ella era buena haciendo comida antes.
—Buenos días hijo— señala una silla—ven, siéntate.
Me dispongo a desayunar acompañado de mi madre, físicamente soy idéntico a ella ojos verdes, rubio, la altura supongo la heredé de mi padre pues mi madre es muy bajita.
— ¿Pasa algo hijo? —pregunta, pues me he quedado viéndola.
—Que eres lo mejor que tengo en mi vida— al decir estas palabras su semblante cambia, y es algo que no entiendo.
Se queda pensando un momento con actitud fría y después continúa con su comida, ignoro su reacción así que yo también termino de comer. Ya para levantarme llama mi atención.
—Espero que siempre sea así— concluye con un tono de duda.
Me acerco y le doy un beso en la frente, seguido de un abrazo.
—Siempre será así— repongo.
Luego de varias horas, me cambio ya que hoy saldré con mi novia, salgo una hora antes para arreglar el lugar, la cita será a las afueras de la ciudad justo donde se puede apreciar el atardecer decorar el cielo, un cuadro perfecto para una cita.
Una vez todo listo voy a esperarla en la entrada de su casa, cuando llego ella sale corriendo y se lanza a mis brazos.
Rachel Collins es mi novia de hace 2 meses, la chica más linda de la escuela, pelo entre castaño y miel, ojos cafés, delgada, pero con curvas marcadas, rostro perfilado y labios rosados pequeños.
—Hola cariño.
—Hola— digo y le doy un beso, me separo un poco para mirar su rostro y la sonrisa que porta me convence de que existe la felicidad— ¿lista?
