CAPÍTULO VEINTICUATRO: Prudenza è madre di sicurezza.

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Kaleo — Way Down We Go

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Kaleo — Way Down We Go

Observo a mi hermano quien está a pocos metros hablando con unos antonegras, no me dirige la palabra más que para cosas del trabajo.

Entiendo perfectamente el motivo por el cual lo hace, yo también lo hubiese hecho así, pero lo único es que quiero es que trate de comprenderme, es importante para mí.

Posiblemente me esté equivocando, pero estoy haciendo lo que creo debe de ser correcto.

—¿Volverás a hablarme? — le pregunto cuando salimos de la bodega, camino a su lado.

—Lo hare cuando regrese mi hermano el razonable— comenta y trata de adelantarme, pero le sigo el ritmo— sé que lo haces porque crees que es lo mejor...

—Es lo mejor y lo sabes.

—¿Es lo mejor para quién? — cuestiona dándome la cara.

—Es lo mejor para ella— digo, aunque no muy convencido.

—No te mientas Santino, se podría decir que es lo mejor para ti, por las preocupaciones, por el miedo, por su vida, por las cosas que deseas— toma un respiro me mira y continua— te das cuenta que en realidad estas lastimándote a ti y a ella.

Siempre he tratado de pensar lo contrario, pero en el fondo lo tengo muy marcado, trato de ocultarlo porque sé que es lo mejor para todos, es lo mejor para ella y su vida, es una decisión que solo ella puede tomar, aunque yo deba darle un empujón.

—Es mucho pedir que me apoyes con toda esta mierda— comienzo a caminar, no quiero que me niegue su apoyo.

—No esperes que ponga buena cara, no soy un hipócrita— me abraza por lo hombros— si te vas a le mierda me voy contigo.

Me rio un poco y después subimos al carro.

Las cosas no están bien por lómenos no desde la unión de los Ricci con la DEA. Siempre se ha dicho que esa rama judicial es inquebrantable, pero míralos haciendo negocios con mafiosos solo para quitarnos la plaza a nosotros, lo curioso es que mientras nosotros limpiamos las calles de Italia ellos las ensucian.

No somos unos santos, jamás dije eso. Pero en nuestras calles se respira tranquilidad, no matamos sin motivos, no tocamos mujeres y niños, ayudamos a mantener la economía en el país... Mi padre solía decir que estas calles eran nuestra responsabilidad, yo lo veía a el trabajar, veía al mafioso que ayudaba a cada mujer que se lo pidiera, lo veía defendiendo a niños y niñas, solía decir hay personas y cosas que se respetan.

Mi identidad no es publica, pero eso no significa que no sepan lo que están buscando, lo que si nunca he permitido es que se conozca la identidad de mi familia, nadie fuera del mundo de la mafia, o personas que saben que pueden morir por abrir la boca conocen los rostros de mi hermana, y mi madre.

El rostro de Katerina si es conocido, pero solo en la mafia, nadie la tocaría porque saben perfectamente como los ficharía la bratva. A pesar de eso la mafia italiana también interferiría por ser mi mejor amiga y una de las personas que más amo en este mundo.

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