MORT ━ Levi Ackerman [Male OC]

I.

Levi, ¿crees que algún día veremos al sol
apagarse?

Año 836.

Dan aquella mañana despertó sintiendo como el mundo se movía a su alrededor, observó de reojo la carta sobre su mesa de noche y la tomó, volviendo a leer el nombre escrito. Juraría que aquel sentimiento de emoción y felicidad había vuelto a instalarse en su pecho con una facilidad abismal para su gusto. Por un momento, creyó que alguna de las palabras había cambiado y había dormido haciéndose una idea de algo que no sucedería, pero después de releerla un par de veces pudo confirmar que lo primero que había entendido era lo que decía aquella carta.

Hange se está esforzando en la legión.

No había dormido como le gustaría haberlo hecho, sentía como su cuerpo pesaba al momento de levantarse de la cama para arreglarla y arreglarse.
El día anterior se había resumido en él intentando conseguir trabajo en el pueblo y siendo rechazado en distintas ocasiones como tantas veces atrás, por las mismas personas.

Se dirigió al primer piso de su hogar, deteniéndose al final de las escaleras para observar la mesa que estaba a sólo un metro de él, en donde su padre se encontraba recostado y sosteniendo una carta. Estaba seguro de que se trataba de una carta del doctor Jaeger, pues cuando llegaban para informar del estado de su madre eso solía ocurrir.
Dan caminó hasta estar a centímetros de él y lo movió un poco, buscando despertarlo.

Cuando sus ojos comenzaron a luchar por abrirse, alejó su mano para observarlo con una pequeña sonrisa que no tardó en ser correspondida por el intento de una ── ¿Ocurre algo, Dan? ─ el adolescente asintió, tomando asiento en la silla de a un lado, evitando mantener el contacto visual con su padre.

── Si lo que te preocupa es que el dinero no alcance para cubrir nuestros gastos, entonces yo buscaré la forma de conseguir más, podría alistarme en el ejército de ser lo más conveniente ─ la mano sobre su hombro lo detuvo al igual que la que sostenía su mentón, obligándolo a ver a su padre a los ojos, las lágrimas acumuladas le impedían verlo pero era consciente de que aquella sonrisa tan reconfortante se encontraba ahí, viéndolo con tranquilidad y empatía.

── Dan, eres más huesos que nada ─ dijo su padre en un intento de tono bromista, Dan intentó sonreír al notar la intención de su padre, terminando por hacerlo naturalmente al sentir los brazos de su padre cubriéndolo ─ Sigues sin dejar de ser ese niño que llegaba con los pies y brazos heridos ─ Dan dejó escapar un pequeño sollozo, sintiendo como su padre lo apegaba más a él ─ Tu mamá va a estar bien, ¿si? No hay nada de lo que preocuparse, no tienes ninguna razón para poner en tus hombros el peso de algo que no es tu culpa, nada de lo que ocurre a tu alrededor es tu culpa, así que deja de culparte ─ el mayor intentó limpiar las lágrimas que comenzaban a caer por el rostro de su hijo ─ Incluso si quedamos sólo tú y yo, todo estará bien, ¿si?