M | ❝ Una despedida que nunca llegará ❞
Impulsivo, impulsivo, Dan no podía dejar de ser tan impulsivo y dejarse llevar por lo que sentía en cualquier mínimo arrebato. A veces sólo debía mantener la boca cerrada, ¿no?
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Año 850.
── Erwin, el titán acorazado está viniendo hacia acá ─ informó Levi.
Erwin se encontraba con la vista al frente de la misma forma que casi todos los de la legión, sus ojos voltearon a ver al acorazado y su cabeza se coordinó para tener una mejor imagen, inclinándose un poco.
Levi se mantuvo firme a su lado, atento a cualquier indicación qué pudiera salir de los labios de su comandante y amigo.
── ¡Todos eviten luchar con el titán acorazado, no se acerquen a él!
Los soldados gritaron a la par, aceptando las órdenes sin dudarlo.
La mirada de Erwin se mantenía fija en los dos titanes desconocidos, enfocándose en el cuadrúpedo por más segundos que en el bestia. Dan prestaba toda su atención al titán encargado de lanzar la roca, detallando cada facción y guardándola en su memoria de la mejor forma que podía.
Hange y yo volveremos a casa, ella me preguntará todo lo que vi y su respondo mal va a darme de comer a los lobos.
── El titán cuadrúpedo es inteligente ─ Erwin se encargó de romper el silencio, llamando incluso la atención de Levi, que se había alejado algunos metros. ─ No, existe la posibilidad de que sea más de uno.
Levi volvió a ponerse a su altura y Dan finalmente apartó la mirada del titán, volteando a ver a su amigo.
Ambos volvieron a intercambiar miradas, por un segundo, al menos hasta que Erwin volvió a hablar.
── Parece que son más de los que creíamos...
El titán acorazado comenzó a subir el muro, usando una de las columnas sobresalientes para facilitarse el camino. Por su lado, el titán bestia levantó un puño al aire, estrellándolo contra el suelo solo unos segundos después. Todos los titanes pequeños que habían aparecido a sus espaldas comenzaron a correr en dirección al muro, o mejor dicho, a los caballos.
── ¡Comandante, el titán acorazado está demasiado cerca! ─ Armin se encargó de sacar a Erwin de sus pensamientos, pero aún con sus gritos, Erwin seguía sin apartar la mirada del frente
── Si, lo sé... ─ susurró.
Levi rodeó a Erwin, poniéndose a la izquierda de Dan con calma.
── ¿En qué piensas?
Dan no respondió al instante, sino que sus labios solo se separaron y volvieron a unir en los primeros cinco segundos que pasaron. Al inicio de los otros cinco, sus ojos se desviaron a Levi y fue al final de esos diez segundos que hablo.
── Ese tipo mató a Mike ─ su respuesta fue corta, su voz sin querer había salido un poco ronca y apenas decirlo, Levi pudo notar que su respiración era pesada.