M | ❝ Una despedida que nunca llegará ❞
Impulsivo, impulsivo, Dan no podía dejar de ser tan impulsivo y dejarse llevar por lo que sentía en cualquier mínimo arrebato. A veces sólo debía mantener la boca cerrada, ¿no?
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Inicios de año. Año 845.
── ¿Es necesaria mi estadía en este lugar, comandante?
La tensión en la oficina de Keith Shadis podía ser percibida desde las afueras del cuartel. Dan se sentía incómodo con las miradas de todos los encargados de los puestos más altos sobre él, podía sentir como sus ojos luchaban por mantenerse abiertos a consecuencia de la falta de sueño. Toda su noche se había ido en arreglar papeles de la enfermería y en evitar al comandante, pero apenas llegar la mañana había sido interceptado por el capitán Mosé Piras y sin darse cuenta, estaba sentado en la oficina de Shadis.
Y es que no era un secreto para nadie todo lo que Shadis había planeado sin el apoyo de Erwin, que parecía más ocupado en buscar formas de hacer que Levi destacará, el puesto de subcapitán estaba desocupado en el escuadrón del capitán Delco Testa y no tenía mejor opción que Dan Fischer.
── Lo es, Fischer ─ Keith, comenzando a impacientarse por la demora de la única capitana de la legión, se puso de pie.
Resultaba imposible para Dan el dejar de temblar, llevaba días saltandose diversos entrenamientos únicamente para tener tiempo que invertir en la enfermería y si bien no estaba al tanto de los temas que se tratarían en aquella reunión, no podía dejar de pensar en la última carta que había recibido de parte de Zelik.
Un cambio de cuartel.
Todo lo que contenía aquella carta podía resumirse de aquella forma, acuerdos y problemas internos que obligaban a la legión de reconocimiento a dejar aquel lugar sólo para instalarse en una zona más cercana a la muralla Sina.
La puerta fue golpeada un par de veces y cuando Shadis dio el paso, la cabellera castaña de Hange lo obligó a buscar la forma de mantener la calma para no decir alguna tontería o algo asociado a los planes todavía activos de su amiga.
── ¡Lo siento por la demora!
── Toma asiento para que podamos comenzar. ─ Hange tomó asiento a unos pasos de Dan, recargandose en el respaldo de la silla.
Rostro sonrojado, una sonrisa enorme en el rostro y una coleta desacomodada; había ido a molestar a alguien o había corrido al darse cuenta de la hora, tal vez ambas.
── Hay algo que tengo que informarles ─ Keith volvió a tomar asiento y observó de reojo a todos los presentes antes de centrarse en el más joven ─ Lo he pensado y lo mejor que podemos hacer es promover a Fischer al puesto de subcapitán ─ un suspiro escapó de los labios del mencionado, aguantando las ganas de responder algo indebido ─ Tengo entendido que ha mejorado su estilo de combate cuerpo a cuerpo y eso era lo único que me impedía promoverlo hace un año.
── No hay razón para hacerlo.
Erwin la arrebató la palabra a Keith, que no tardó en dirigirle una mirada de molestia para callarlo.