Capítulo 25

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El aburrimiento se había apoderado de mi cuerpo entero, viaje por cada rincón de esta enorme casa, sin embargo, no encontré nada que hacer. Tyson había recibido una llamada y se había ido a hablar con los hombres que se encontraban en la parte de afuera, tomé una libreta y un lápiz que había en uno de los cajones de la habitación y me recosté sobre la cama. Se me ocurrió hacer dibujos sin sentido, cómo pequeños perros, casas enormes o simplemente un par de árboles. La puerta se abrió de golpe, Mario entró con una expresión que no pude descifrar, su rostro estaba un poco rojizo y las venas en su frente resaltaban, parecía que explotarían en cualquier momento, me levanté cuidadosamente de la cama y me acerque a él, dejo caer las llaves de su auto sobre una mesita que estaba en la entrada y después lanzó un suspiro.
T;N: ¿Qué tal te fue?- tome su mano y este solo me dió un intento de sonrisa.- ¿pasa algo?
Mario: no pasa nada, cariño.- dejó un beso en mi frente y después camino hasta la cama.- ¿qué tal estuvo tu tarde?
T;N: demasiado aburrida, para ser sincera.- suspiré y me senté a su lado.- estuve caminando por toda la casa y al final decidí hacer unos dibujos asquerosos.- su mirada estaba tan perdida en el suelo de la habitación, moví mi mano de un lado hacia otro frente a sus ojos y solo así su mirada volvió a la mía.- ¿qué sucede? ¿en qué piensas?
Mario: tengo muchos problemas.- suspiró.- me encargue de Tyson, al menos ese asunto ya está arreglado.- lanzó un suspiro más preocupante y después comenzó a jugar con sus manos, las venas en su frente hacían notorio lo que sentía.
T;N: no quiero saber cómo lo hiciste, ni siquiera quiero hablar de eso.- él asintió, me aterraba la idea de tener que imaginarme las millones de torturas a las que estuvo sometido, aunque no debería de sentir lástima por él.- ¿Hay algo más? ¿por qué no quieres contarme?
Mario: antes de que Tyson muriera, me hizo una confesión.- mordió su labio inferior y después centró su mirada con la mía.- me dijo que había alguien que estaba aliado con ellos y les está proporcionando una buena información mía, es una mujer, rubia y alta.- tragué en seco, ya se había enterado...
T;N: Loren...- dije sin más, él asintió levemente, su labio inferior estaba tan rojo cómo un trozo de tomate.- verás, yo ya lo sabía...- él se giró a verme con curiosidad, sus ojos vagaban por toda mi cara sin detenerse.- no quería decírtelo aún ya que no me lo habían confirmado, solo era un rumor.
Mario: ¿quién te lo dijo?- preguntó seco, lo miré por un par de segundos sin saber que responder, no quería decirle el nombre de uno de sus hombres porque iría por él, me encogí de hombros y comencé a jugar con mis manos.- con un carajo, T;N, ¿quién mierda te dijo eso?
T;N: eso no es lo que importa ahora, lo que importa es que ya sabes la clase de persona que es Loren.- él se levantó de la cama y comenzó a mover su cabello con rudeza.
Mario: ¿El único estúpido que no lo sabía, era yo?- burló, soltó un grito de rabia y tiró todo lo que había en la mesita de noche, incluyendo un florero que se partió en mil pedazos al tocar el suelo.- debiste decírmelo.
T;N: ¿Cómo te lo iba a decir? acaba de pasar el funeral de tu madre, estuve casi sin vida por horas y tú estabas demasiado ocupado cómo para ponerme a hablar contigo.- su rostro se había convertido en uno completamente diferente, había mucho odio en el, eso se reflejaba en su mirada oscura.
Mario: ¡Eso debió de importarte una mierda!- gritó lo suficientemente cerca de mi cara cómo para sentir su aliento tibio en mi nariz.- ¡Está en juego todo esto y tú más que nadie lo sabe!- me apuntó con su dedo índice, mis piernas comenzaron a temblar, por unos momentos me hacía recordar al Mario que me tuvo cautiva durante mucho tiempo.
T;N: ¿Pero por qué te desquitas conmigo?- dije tratando de mantener la firmeza de mi voz, sentía un nudo en la garganta.- yo no tengo la culpa de que ella no haya sido lo que tú creías, es tu culpa por haber confiado ciegamente y no hacer caso a las señales que definitivamente, eran más que claras.- suspiré, él me miraba con rabia.
Mario: entonces de ahora de adelante desconfiare de absolutamente todos, incluyendote.- ouch, sentí una puñalada en el pecho al escucharlo, sus ojos eran tan atacantes que me hacían querer llorar a pesar de querer evitarlo.- y no quiero verte, me da rabia saber que la mujer que amo, y en la que más pude haber confiado, me ocultó algo de esta magnitud.- la primer lágrima corrió por mi mejilla, no había ningún tipo de remordimiento en sus palabras.
T;N: yo no soy cómo ella.- lo miré, él se acercó a mí hasta quedar a unos centímetros de mi cara.
Mario: ¿quién me lo asegura?- no pude evitar controlar las lágrimas en ese momento, sus ojos no bajaban la guardia ante los míos.- tienes razón, confío ciegamente en las personas que me rodean, me demostraste que no puedo hacerlo, así que ya no puedo confiar en ti tampoco.- se encogió de hombros y después se reincorporó, cerré los ojos y las lágrimas comenzaron a salir sin detenerse, solo pude escuchar sus zapatos chocar con el suelo y después un portazo. Sentía millones de navajas cortando mi garganta mientras mis ojos se inundaban, el dolor en mi pecho era indescriptible y sus palabras resonaban en mis oídos para después situarse en mi mente una y otra vez.
Me recosté en la cama cuidando de no lastimar la herida de mi costado, mi rostro se había humedecido en cuestión de segundos y mis ojos parecían ya no tener más lágrimas que derramar, la puerta de mi habitación se abrió y entro un Taylor preocupante, se acercó a mí con cautela.
Taylor: ¿Estás bien?- negué, él se sentó en la orilla de la cama, junto a mis pies.- mire a mi jefe salir casi convertido en fuego, supuse que algo te había sucedido o que había pasado algo entre ustedes dos.
T;N: se enteró de la traición de Loren, le dije que yo me había enterado de eso, se molestó conmigo por habérselo ocultado.- suspiré.- pero tranquilo, no le dije que tú me lo habías dicho.
Taylor: debiste decirle, quizás eso haría que su rabia contra ti disminuyera.- suspiró.- entiendo lo molesto que está, a nadie le gusta que le oculten cosas, pero no debería de molestarse contigo, debería de tomar el avión e ir a dónde esa perra para arrancarle la cabeza y dársela a los perros callejeros.
T;N: eres muy rudo.- burlé, él soltó una pequeña risa.
Taylor: ¿Tienes hambre?- colocó una de sus manos sobre la mía, asentí rápidamente.- sé preparar una lasagna deliciosa, mi madre me enseñó ese platillo antes de mudarme, espérame un poco de tiempo y regresaré con tu cena, ¿está bien?- asentí rápidamente, él se levantó de la cama y corrió prácticamente hasta afuera de la habitación.

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