Capítulo 39

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Agradecía poder estar acostada en este colchón, ya no me importaba sí estaba rasgado o en el suelo, mi ropa seguía un poco húmeda pero trataba de mantenerme caliente con mi cuerpo, me habían dejado en un pequeño cuarto sin ventana y con una delgada puerta color negra, aquí no había ningún otro mueble, solamente el colchón gris en el que me encontraba. Probablemente tomaré un resfriado, siento mi cuerpo con mil heridas. 
La puerta de esta pequeña habitación se abrió, Catalina entró con una niña, le dió un leve empujón haciendo que la pequeña cayera sobre mis piernas por su falta de equilibrio, la tomé en mis brazos y esta hizo un puchero, sus mejillas estaban rosadas y las colitas en su cabello eran un desastre.
Catalina: cuidala, pero no te acostumbres a ella.- fue lo último que dijo y se fue azotando la puerta. La niña se reincorporó y volvió a sentarse a mi lado, tratando de cubrirse con mi cuerpo.
T;N: no hagas eso.- la aparte un poco y ella me miró, sus ojos estaban llenos de terror y parecía tener hambre.- tengo la ropa húmeda y enfermaras sí tu ropita humedece.- ella asintió levemente mientras jugaba con sus pulgares.- ¿cómo te llamas, bebé?- ella regreso sus hermosos ojos marrones verdosos.
Xx: Judith.- respondió simple, tenía la voz más dulce que había escuchado, se sentó a mi lado con sus piernas cruzadas y me miró, una parte de su cabello le cubría sus ojos, lo aparte para poder mirar mejor sus ojos.- ¿tú me llevarás con papá?
T;N: espero que sí.- susurré.- trabajemos juntas en esto para poder salir de este horrible lugar, ¿te parece?- ella se encogió de hombros, estaba aterrada.
Judith: papá y mamá me entregaron con esos hombres malos.- susurró.- ¿cómo te llamas?
T;N: mi nombre es T;N.- sonreí, podía ver el terror que habitaba en sus pupilas, su cuerpo estaba alerta a cualquier sonido y sus manos estaban más frías que un cubo de hielo. Tomé sus pequeñas manos entre las mías y comencé a soplar en ellas para pasarle un poco de calor.

*Narra Mario*

El olor excesivo a medicamentos era fastidiante, eso sin contar el fastidiante pitido del monitor que estaba a mi lado. Había despertado hace unas cuantas horas con un dolor intenso en mi abdomen, al parecer me dieron solo unas cuantas puntadas y pronto dejaría de estar conectado al suero, los minutos eran un punto decisivo y no quería esperar más tiempo. Taylor se había encargado de mantenerme a salvó en todo este tiempo que estuve inconsciente, al parecer quedaron algunos hombres vivos pero huyeron enseguida, Hernández agonizó a mi lado hasta quedar sin signos vitales, la zona fue acordonada unos cuántos minutos después, afortunadamente ni mis hombres ni yo nos encontrábamos ahí. La puerta deslizante de la habitación se abrió, Taylor y Johnson entraron y se colocaron frente a mí camilla.
Mario: ¿no estoy en un hospital, verdad?- ambos negaron.- esto parece uno, el olor y los sonidos, necesito salir de aquí ahora mismo.
Taylor: señor, T;N ya no se encuentra en la casa de seguridad, al parecer Catalina y Loren la sacaron de ahí y la llevaron a otro lugar.- esto no podía ser cierto, golpeé la cama en la que me encontraba y dejé caer mi cabeza sobre la almohada.
Mario: estamos contra el tiempo.- renegue, ambos se quedaron en total silencio frente a mí.- tengo que hablar con Abdel.- me levanté de la cama, rápidamente me arranque las agujas que se encontraban en mi brazo y mire a Johnson, sé que estaba intentando detenerme.- no me mires así y dame mi ropa. Este terminó accediendo, me coloque la ropa con cuidado pero a la vez lo suficientemente rápido para ganar segundos.
Taylor: ¿está seguro que quiere salir así? acaban de suturarle la herida, creo que eso no es conve...- lo miré enseguida y este guardo silencio mientras su mirada hacia contacto con el suelo. Abrí la puerta corrediza y salí de esa habitación, parecía estar en una casa bastante arreglada, las paredes estaban perfectamente pintadas con tonos grisáceos, había cuadros colgados en las paredes, escaleras alfombradas que llevaban al segundo piso, una chimenea de ladrillo con un cuadro de paisaje en la parte de arriba, abrí la puerta de la salida y sentí el frío congelar mis mejillas, al parecer me había acostumbrado muy rápido a la calidez de esa habitación. Afuera estaba el auto que era conducido por Johnson, todos subimos ahí, al parecer era una casa alejada del centro de la ciudad, ni siquiera había hombres merodeando por ahí, era cómo un escondite de alguno de estos dos.
Mario: ¿Dónde es aquí?- dije mientras me acomodaba cuidadosamente en el asiento.
Johnson: aquí vivía mi madre antes de morir, elegí este lugar porqué está retirado del peligro, ni siquiera se imaginarian que usted está aquí.- suspiró mientras comenzaba a conducir.
Mario: ¿que pasó cuándo caí inconsciente? ¿Alguien levantó el cuerpo de Hernández?- Taylor negó enseguida y se giró sobre el asiento del copiloto para mirarme.
Taylor: el cuerpo se quedó ahí, uno de nuestros informantes nos comentó que los peritos llegaron unas horas después, los policías fueron los primeros en estar ahí y acordonar la zona, incluso salió una nota de emergencia sobre ese caso y la fotografía de Hernández se volvió viral en cuestión de segundos, al parecer era muy buscado en varios lugares, el hombre que era su mano derecha en cuestión de manejo de propiedades, murió en el ataque.- asentí levemente.- Loren y Catalina no tienen mucha seguridad ahora mismo, la mayoría de hombres acompañaron a Hernández y ellas tuvieron que trasladarse por su cuenta.- lancé un suspiro, el castaño miró a Johnson, quien ahora estaba estacionando el auto. Todos bajamos de ahí, la herida se estaba convirtiendo en algo mortificante para mí. Pasamos por el oscuro pasadizo hasta llegar a la puerta metálica, Taylor la abrió y me dejó entrar a mí primero.
Mario: Abdel.- este levantó poco a poco su cara desgastada y pálida, sus labios estaban secos y sus ojos estaban perdiendo el brillo poco a poco. Me detuve frente a él y me miró.- mencioname los lugares de seguridad que tenía tu jefe.
Abdel: la casa de campaña a la orilla del río, es uno de los lugares más usados por él para guardar mercancía.- dijo con pesadez, su voz se había convertido en un eco sin energía.- la cabaña se encuentra en el rincón del Giant Forest, ese lugar no es tan interesante y tampoco creo que haya algo para ustedes ahí, solo lo usa para vacacionar de vez en cuándo, el sótano del bar en el que yo trabajaba lo utiliza cómo escondite en caso de emergencia.- asentí levemente, este dejó caer su cabeza y se tambaleó un poco.
Mario: Johnson, encárgate de comprar algunos sandwiches y bebidas energéticas para él.- ambos me miraron con sorpresa, sé que lo que estoy haciendo es ridículo, solo que me gustaría que a mi pequeña le estén dando comida al menos.- Taylor, tú y yo iremos a buscar esos lugares, encárgate de avisar a los hombres que llevaremos.
Taylor: pero señor, usted aún no está en condición para atacar.- lo miré enseguida.
Mario: no necesito de ninguna condición para ir a salvar a mi mujer, no vuelvas a tratar de prohibirme que haga algo, ¿está claro?- este asintió sin decir ni una sola palabra.
Abdel: ¿Qué sucedió con mi jefe?- dijo casi en susurro, lo miré de reojo y sonreí.
Mario: él está muerto.- dije seco, escuche un suspiro por parte de él y una ligera sonrisa se dibujo en su rostro.
Abdel: gracias.- susurró, debo admitir que eso creó una gran duda en mi, lo miré inmediatamente y levanté su rostro.
Mario: ¿Qué dijiste?- su seca mirada se cruzó con la mía y sonrió.
Abdel: gracias por haberme quitado esa carga de mi espalda.- suspiró.- quería matarlo yo, aunque eso probablemente me hubiese causado la muerte enseguida...aunque sé que voy a morir de cualquier forma.- lo solté y le hice una señal a Johnson para que hiciera lo que le pedí, este enseguida se retiró y detrás de él salió Taylor con su celular en la mano. Me puse en cuclillas con esfuerzo para poder verlo, su cabeza no tenía la suficiente fuerza cómo para mantenerse elevada.
Abdel: ¿te sorprende mi respuesta?- burló y me miró por un par de segundos.- ¿tendrías consideración con alguien que asesinó a tu familia completa?- negué enseguida.- él asesinó a mi familia frente a mí, yo estaba atado de manos y este me inclinó ante mi familia, todos estaban parados frente a mí, no he podido olvidar la mirada de cada uno de ellos, sobretodo la de mis pequeños hermanos, ambos eran gemelos y siempre me esperaban para jugar videojuegos, los ojos de ellos estaban llenos de terror, uno de ellos me sonrió al ver que yo estaba apunto de llorar, por un momento creí que él dejaría ir a mis hermanos y a mi madre, ellos no tenían nada que ver en las decisiones que mi padre tomó y en las cuáles me involucró sin yo estar de acuerdo, les disparó a uno por uno mientras yo le suplicaba que por favor no lo hiciera, al final también mataron a mi padre y me tomaron a mí en su lugar, ni siquiera pude darles una buena sepultura a las personas que amé y tampoco pude despedirme de mis hermanos, me gané un poco de su confianza y me hizo su mano derecha en el bar, no me platicaba de sus negocios sucios y solamente hablábamos de los ingresos semanales que había en ese repugnante bar.- hizo una mueca de asco.- es por eso que agradezco que lo hayas asesinado, prefiero morir por tus manos que por las manos de esa basura.- se recargó en la silla de madera y tragó saliva.- y lamento lo que le hice a tu mujer aquella noche, estaba bajo efectos de sustancias psicoactivas.- la puerta metálica rechino al abrirse y entro Johnson con una bolsa de supermercado.
Johnson: he comprado unas cuántas cosas que pueden servirle.- asentí y se acercó a mí con esa bolsa. Saque poco a poco las cosas que había ahí, era un par de sandwiches, una pequeña canasta con fruta picada y unas cuántas botellas de bebidas saludables.
Mario: asegúrate de que coma bien, ¿de acuerdo?- asintió.- sí intenta algo que te pueda poner en riesgo, disparale en la cabeza.

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