Capítulo 18

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La oscuridad en mi habitación se estaba volviendo mi mejor amiga, la madera crujiendo era lo único que podía escucharse, señal de que alguien venía. La perilla de la puerta se giró y solo pude observar una silueta, al escuchar su voz me percate de quién se trataba.
Rose: oh mi niño, la oscuridad te hace mal.- se dirigió hasta el interruptor de luz y lo encendió enseguida.
Mario: Rose, quiero seguir durmiendo.- pase la manta por encima de mi cabeza para que ella creyera que estaba durmiendo. Mi cama se hundió y escuché cómo dejaba algo sobre mi mueble de noche.
Rose: sé que no estás durmiendo.- me quitó la manta y me sonrió.- te preparé un té tranquilizante para que hoy puedas descansar bien.- me quite la manta del cuerpo y me senté a su lado, ella me pasó aquella taza.- sabes que puedes contar conmigo en todo momento ¿verdad?, puedo escucharte y aconsejarte sí me lo permites.
Mario: lo sé.- sonreí.- ¿Tú sabes que te quiero cómo una mamá?- sus hermosos ojos negros brillaron y la sonrisa en sus labios no tardó en aparecer.- siempre eres cómo mi heroína, sabes cuándo estoy mal y vienes enseguida al rescate, gracias por eso, por quedarte a mi lado a pesar de saber que soy un monstruo.
Rose: lo seré siempre que tú me lo permitas.- suspiró.- y gracias a ti por quererme de esa manera, por abrirme las puertas de tu corazón.- acarició mi hombro.- no voy a irme de tu lado nunca.
Mario: ¿me lo prometes?- ella asintió y depositó un beso en mi mejilla.
Rose: espero que encuentres a una mujer que te quiera tal cuál eres y que te haga mejorar tu camino.- suspiró.- esta no debería de ser tu vida, mi pequeño.
Mario: ¿Te cuento un secreto?- ella asintió enseguida.- hace días conocí a una chica en un club nocturno.
Rose: ¿En serio?- asentí, sentía emoción y mi corazón revoloteaba de felicidad.- ¿Te acercaste a ella? ¿Le hablaste?
Mario: no, ella jamás se fijaría en un narcotraficante de mierda cómo yo.- suspiré.- pero es hermosa, ella es una de las meseras y le tocó llevarme las bebidas, pude verla de cerca ¿sabes lo enamorado que quede?- elle me sonrió con ternura y acarició mi hombro.
Rose: debiste pedirle su número.- negué.- ¿Y si ya no vuelves a verla?
Mario: lo haré, Math y yo decidimos seguir sus pasos, hoy ví que también trabajaba en una cafetería y por las noches cuido sus pasos de regreso a su casa, ya se dónde vive.- sonreí.- quizás no sea lo correcto pero...mañana por la noche iré por ella y la traeré aquí.
Rose: ¿estás pensado en un secuestro?- asentí y ella negó enseguida.- ¿estás loco? sí haces eso ella te odiara y no podrá mirarte cómo alguien a quien amará, sino que te mirará cómo su agresor ¿quieres eso?
Mario: ella me ha ignorado.- suspiré.- ella me gusta, quizás hasta me estoy obsesionado con ella.- la miré, ella tenía cara molesta así que solo apreté sus cachetes y la abracé.- ¿Sabes lo mucho que te quiero?
Rose: yo también te adoro pero eso no me hará cambiar de opinión ¿De acuerdo?- cruzó sus brazos y la miré.- así no se gana un amor.
Mario: seguro que ella quedará encantada contigo, eres un amor y sé que tendrá una mamá contigo.- suspiré.- investigue un poco sobre ella, sus padres la abandonaron cuándo era una niña, la dejaron a cargo de su abuela pero ella murió.- sus facciones se volvieron de lamento.- su casa se está cayendo a pedazos y se está matando para conseguir dinero extra, secuestrandola la salvaría de la crisis en la que está viviendo.- ella se quedó en silencio por un momento y después me dió un golpe en el hombro.
Rose: sí logras salvarla yo me sentiré contenta pero no vengas a mí cuándo ella te diga que te odia ¿de acuerdo?- se levantó de la cama y me miró, me levanté también y la hundí en mis brazos.
Mario: por favor, nunca te vayas de mi lado.- le susurré.- sí lo haces, estaré perdido.
Rose: puedes estar tranquilo, voy a estar a tu lado siempre.- acarició mi espalda y después arregló mi cabello.- me sacarás más canas de las que ya tengo, solo espero que esa chica se vuelva un ángel para ti o de lo contrario, voy a castigarte cómo sí fueras un niño pequeño.- reí y ella hizo lo mismo segundos después.
Mario: tú también eres mi ángel.- ella rodó los ojos mientras sonreía.- ¿Preparamos mi postre favorito?
Rose: por supuesto, vamos.- sonrió, tomé la taza y seguí sus pasos, pasamos por el pasillo oscuro y bajamos las escaleras para ir después a la cocina.
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Mis ojos se sentían pesados, los abrí poco a poco tratando de acostumbrarlos a la luz, mi cuerpo se sentía completamente desganado y las ganas de llorar no desaparecían, las imágenes del asesinato de mi madre rondaban por mi cabeza sin detenerse, parecían un avión desplomandose por mi mente. La puerta se abrió de golpe, me acomodé en la silla de mi escritorio para ver de quién se trataba.
José: señor.- me miró e hizo una reverencia, comenzó a caminar hasta mi escritorio y dejó unas hojas con fotografías impresas.- busque lugares que pudieran coincidir con la descripción que la señorita T;N alcanzó a decir, podemos dividirnos mi compañero y yo e ir a investigar en las zonas que encontramos.
Mario: háganlo.- dije frío.- maten a todo aquel que los vea o intente interponerse en su camino, llámenme para cualquier cosa ¿Está claro?
José: sí señor.- volvió a hacer una reverencia y se retiró, tomé las hojas impresas y comencé a verlas con detenimiento.
Sobre mi escritorio tenía una foto de T;N, la tomé en mis manos y deposité un beso en ella.
Mario: voy a encontrarlas, así tenga que morir después de eso.- guarde la foto en mi billetera y salí de ahí, la casa se sentía en total soledad. Tendría que buscar un doctor y acomodar una habitación para que sea un pequeño consultorio, llevarla a un hospital causaría muchos problemas y cuestionamientos, no quiero eso. Marqué el número de uno de mis más fieles guardaespaldas en Los Ángeles, este enseguida respondió.
Taylor: diga señor.- respondió firme.
Mario: contacta al mejor doctor de la ciudad y envíalo a México, tienes mi ubicación, evita dar detalles a los demás, esto será secreto.
Taylor: entendido señor.- dicho esto colgué, tomé una cajetilla de cigarrillos que tenía en uno de los cajones de la sala, dude por unos segundos en sí debería hacerlo, al final, lo coloqué entre mis labios y lo encendí. Les haré pagar las heridas de mi chica y los torturare lo suficiente para que logren arrepentirse por la muerte de mi madre, al final, morirán de la manera más cruel posible. Mi imaginación me estaba volviendo loco, los dolores de cabeza se hicieron más fuertes y los gritos y llantos que había escuchado ayer retumbaban en mis oídos, la imagen del disparo en el pecho de mi madre y la sangre de ambas en el suelo me torturaba, los minutos se me hacían eternos, quería que esto fuese un sueño del cuál despertaré mañana. Entre a la cocina, estaba la última comida que seguramente preparo mi madre antes de ser secuestrada, salí de la cocina y subí hasta su habitación, la cama estaba destendida y en el suelo se encontraban sus pantuflas rosadas, sobre el mueble de noche se encontraba un portarretratos con una foto que nos habíamos tomado días antes de que secuestrará a T;N. La tomé en mis manos y me dejé caer en la cama mientras las lágrimas volvían a salir, me maldecía una y mil veces por haberla puesto en riesgo, debí protegerla con mi vida...sus palabras me hacían pedazos el alma, haber escuchado su te amo antes de colgar la llamada, escucharla diciendo que comiera bien y me abrigara porque de lo contrario, se molestaría. Muchas veces me comporte cómo una mierda con ella, la hice sentir mal en incontables ocasiones, debí haberla cuidado más cuándo la tuve, ella no merecía que le hicieran daño de esta manera.

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