Capítulo 41

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Solo bastaban un par de segundos para que Catalina o Loren salieran a revisar el entorno, aunque teníamos la sospecha de que tenía a hombres vigilando el interior y estos saldrían a revisar. Habíamos enviado a uno de los hombres que nos respaldaban, le habíamos puesto ropa de vagabundo y debajo de esta, llevaba un arma para defenderse. La puerta de madera se abrió y salió ella junto a dos hombres más, mis sospechas eran ciertas. Uno de mis hombres los miraban a través de sus armas. Bajé un barranco que daba directamente a esa cabaña, ella centró su mirada en mí e inmediatamente sus hombres se pusieron en alerta con sus armas apuntando hacia mí. Solté una pequeña risa al estar frente a ella, su mirada era desafiante pero también estaba algo sorprendida.
Mario: ha pasado un tiempo, ¿cierto?- ella se burló y asintió enseguida, se acercó un poco a mí de manera coqueta pero sé que estaba alerta a cualquier movimiento.
Catalina: te miras mejor ahora, ¿te has estado ejercitando?- tocó mis brazos y sonrió.- da igual, estás en el lugar equivocado, ¿sabes que sí mi jefe viene te matará en cuestión de segundos?- solté una carcajada y ella me miró confundida.
Mario: ¿tu jefe?- suspiré.- él ya está muerto, ¿no te avisaron que yo fui quien lo mató?- su cara palidecio, sus ojos comenzaron a moverse rápidamente mientras veía el suelo y sus manos comenzaban a masajearse entre sí.- ahora dime, ¿en dónde está mi mujer y la pequeña hermana de Taylor?
Catalina: oh, veo que también estás enterado de eso.- sonrió.- ella no está aquí, espero que con esa respuesta te sea suficiente para regresar por dónde llegaste.- se dió la vuelta, Taylor, quien ahora se encontraba de mi lado, sacó su arma y le apuntó en la espalda a Catalina, está se quedó estática mientras que los dos hombres nos apuntaban con sus armas.
Mario: ¿De verdad quieren hacer de esto una segunda guerra?- suspiré.
Xx: entre, señorita, nosotros nos encargaremos de esta basura.- ella asintió y continuó caminando hasta desaparecer por la puerta de esa cabaña.- será mejor que se vayan, aquí no hay nada que pueda interesarles.
Taylor: por supuesto que sí, pedazo de mierda, está mi hermana ahí.- dicho lo último, puso su pistola en la frente del hombre y disparó sin pensarlo, el otro de los hombres le apuntó dispuesto a disparar pero una bala atravesó su nuca, Johnson estaba aquí. Cruzamos miradas y este le sopló a la punta de su pistola con elegancia.
Mario: ¿Creen que estamos en una escena dramática?- los mire a ambos y estos negaron rápidamente.- el tiempo es oro muchachos, pilas.- entramos con rapidez a ese lugar, el olor que despedían las paredes era de madera vieja y húmeda, había computadoras por todos lados mostrando cámaras de vigilancia en distintos puntos de la ciudad. Abrí una puerta delgada con brusquedad, solo estaba un colchón viejo, una silla de madera con cuerdas atadas y una manta húmeda.
Mario: da la orden, vigilen la zona, no deben de estar lejos.- Taylor y Johnson asintieron, salieron de esa diminuta habitación, la rabia y la impotencia corría por mis venas, no quería que este fuera el fin de alguno de nosotros.
Salí de ese lugar y comencé a romper absolutamente todas las pantallas que estaban en la sala, quería llorar y gritar por la desesperación.
Xx: ¡Ah!- escuche un chillante grito detrás de mí, me gire enseguida y mire a una pequeña niña de ojos grandes, sus mejillas estaban sucias y en ellas se habían marcado líneas finas de lágrimas secas. su rostro estaba atemorizado, sus pequeñas manos estaban sosteniendo un oso pequeño de felpa y sus pies jugaban entre sí.
Taylor: Señor, ya dí la orden de...- guardo silencio al ver a la pequeña niña, ella lo miró con dulzura y llanto, corrió con dificultad hasta dónde él se encontraba y rodeó la pierna de Taylor con sus diminutos brazos.- ¡Mi pequeña Jud!- su voz sonaba entrecortada, quería ser fuerte pero las lágrimas en sus mejillas lo traicionaban. La niña sollozaba sobre el hombro de su hermano.
Mario: llévala a un lugar seguro.- me miró por unos segundos y después asintió, levantó del suelo su delgado cuerpo y la puso en sus brazos. Entonces fue ahí donde todo comenzó, el fuerte sonido de un disparo hizo chillar mis oídos, Catalina tenía en sus manos un arma apuntada hacía Taylor, este me miró enseguida mientras sostenía a la pequeña niña, sus piernas se doblaron haciendo que cayera de rodillas en la fría madera, la niña golpeó su espalda con el suelo mientras soltaba un fuerte llanto. Detrás de Catalina apareció Loren con T;N, le tenía rodeado el cuello con su pálido brazo.
Catalina: no cabe duda, el amor los vuelve tan jodidamente vulnerables.- burló.- en fin, alguien se encargó de distraer a tus hombres, ¿no crees que es un buen momento para que te humilles?- era tan frustrante, el llanto de la niña y la voz de esa mujer entraban por mis oídos al mismo tiempo causándome un fuerte dolor de cabeza. La mire a ella, su rostro estaba tan pálido y las ojeras rodeaban sus hermosos ojos cafés, me sonrió con dulzura, quería hacerme saber que todo estaría bien, de alguna manera me sentí confiado con su mirada.
Mario: tienes razón, el amor puede volvernos vulnerables.- suspiré mientras miraba al amor de mi vida.- pero es un sentimiento que ustedes jamás podrán experimentar, el amor tiene el poder de volvernos débiles pero también, gracias a él podemos sacar la valentía que creíamos que no teníamos.- miré a Taylor, estaba tirado en el suelo con sangre en su espalda, la niña acariciaba su rostro con delicadeza mientras le decía unas cuántas cosas que yo no entendía.- no sean tan mierdas y dejen que saquen a la niña de aquí, no dañen más su vida, ella no tiene la culpa de absolutamente nada que le haya traído hasta aquí.
Loren: ¿tú crees que eso nos importa?- burló.- lo que quiero ahora es matar a esta zorra de mierda que se interpuso en mi camino una infinidad de veces.- empujó un poco el cuerpo de T;N: haciendo que mi chica se moviera en su intento de liberarse.
T;N: ¿y crees que lograrás matarme?- escuchar su melodiosa voz ahora me llenaba de más fuerza, sé que estaba molesta.- ustedes creen que tienen todo bajo control pero no es así, mi hombre siempre está por muchísimos pasos más adelante que ustedes.
Catalina: ¡Cállate!- gritó. Me tenían cansado, quería meterles una bala en la cabeza a cada una, ¿y por qué no hacerlo?, saque el arma que había metido en mi pantalón y al ya tenerla cargada le disparé en el pecho en un par de ocasiones. Ella me miró mientras caía al suelo, la sangre brotó de su pecho enseguida manchando su camisa rosada, pocos segundos pasaron, el líquido rojo ya comenzaba a salir de su asquerosa boca. En ese momento T;N golpeó el estómago de Loren, al parecer fue tan fuerte que logró sofocarla y ganar un poco de ventaja. La tomé de su rubio cabello y la dejé caer en el sofá viejo.
Mario: vete de aquí, pide ayuda y llévate a la niña.- la miré, ella lo pensó por unos segundos mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas, joder, no llores ahora, tomó a la niña en sus brazos y se quedó quieta frente a mí. La puerta trasera se abrió, al parecer había unos cuántos hombres más.- ¡Ahora, vete!- fue lo único que dije, ella los miró y después salió corriendo de la cabaña con la pequeña en sus brazos. No tenía idea de lo que pasaría, quizás me matarían ahora mismo ya que no tengo ningún tipo de ayuda, Taylor está frente a mí con un disparo en la espalda y los demás no sé dónde mierda están. Antes de morir, quiero estar seguro de que esta mujer esta muerta y no le fastidiará más la vida a mi mujer. Coloque mi arma en su vientre y le dejé todas las balas restantes que tenía mi arma, su cuerpo se quedó inmóvil y en ese momento lo sentí también, un par de balas traspasaron mi cuerpo, creo que era a nivel de mis costillas. Me dejé caer en el suelo con pesadez, sabía que esto podía terminar aquí, quería verla al menos una última vez. Mi visión se estaba volviendo borrosa, solo pude escuchar balazos lejanos y sombras pasando frente a mí sin poder distinguirlas, la voz que tanto me gustaba se escuchaba lejana también y luchaba con las pocas fuerzas que me quedaban para poder seguirla escuchando, elevaron mi cuerpo y no supe más de mi.

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