Capítulo 27

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Serví la pasta que me había preparado en uno de los platos brillantes que había en la encimera, sobre ella le puse un par de albóndigas y lo acompañé con un vaso de jugo. La puerta de la cocina se abrió y pude ver al pequeño castaño que se había convertido en un amigo para mí, él me sonrió.
Taylor: ¿qué tal, pequeñuela?- revolvió mi cabello haciendo que cayera un poco en mi cara.- uy, eso se ve riquísimo.- dijo mientras tomaba mi tenedor y se metía un poco de pasta a su boca.- uhm, definitivamente, está delicioso.
T;N: ¿Quieres que te sirva un poco?- él me miró por un par de segundos, estaba dudando su respuesta, estoy segura que en parte iba a negarse por el miedo que le tiene a Mario, rodé los ojos y me levanté de la silla, él me detuvo enseguida.
Taylor: come, yo me serviré, tienes que tener una rápida recuperación para que puedas acompañarnos a Los Ángeles.- regresé a mi silla, él sacó un plato de la encimera y se dirigió a los sartenes para después servirse algo de comida. Al terminar de servirse, se sentó frente a mí y comenzó a comer.- He comprado un par de vestidos, que a mí parecer, son bastante provocativos.- asentí y metí un poco de pasta a mi boca.- ¿Él te dió permiso?
T;N: no.- suspiré.- pero aún así lo haré, él me trata cómo sí fuera una inútil incapaz de hacer cualquier cosa, quiero demostrarle que no, además de que haberme comparado con Loren fue la mayor humillación, y no porque ella sea fea, sino porque creyó que yo sería igual a ella y que no podía confiar en mí, eso me lastimó mucho, le he demostrado en distintas ocasiones lo mucho que puede confiar en mí.- él me miró atento, su mirada me trajo el recuerdo de Math, recuerdo cuándo se sentó a comer conmigo y me habló un poco de Mario, incluyendo que le pondríamos su nombre al bebé que yo estaba esperando. Su sonrisa llena de luz la tenía grabada en mi cabeza, agradecía que no se desapareciera aún, el sonido melodioso de su voz sonaba en mis oídos cada que lo recordaba, sentí una fuerte presión en el pecho y mi vista borrosa, el llanto quería comenzar a salir pero no se lo permitiría.- ¿sabes? me recuerdas mucho a mi mejor amigo, también era como el hermano de Mario, no sé sí él alguna vez te hablo sobre eso.
Taylor: no, él casi no me tiene confianza.- rio para después meterse un bocado.- he intentado de mil maneras ser tan cercano a él cómo Johnson, pero no me cuenta absolutamente nada.
Mario: sí no te cuento nada es porqué no quiero hablar del tema.- su voz ronca me hizo girar a la puerta, él traía en sus manos un celular color azúl y una hoja blanca.- investiga estos números, necesitamos enviar a algunos hombres a Los Ángeles para que comiencen a ver el parámetro y hacer un pequeño mapa, así será más fácil llegar.
Taylor: de acuerdo, señor.- asintió con los cachetes gordos por la comida.- iré cuándo termine de comer.
Mario: ¿Estás en hora de comida?- el castaño guardó silencio y después me miró mientras masticaba lentamente su comida.
T;N: entonces, cómo te decía, Taylor.- ignore por completo lo que Mario le estaba ordenando.- me recuerdas mucho a él, siempre llegaba en el momento preciso y me hacía sonreír, tú tienes esa energía.
Mario: Taylor, házlo ahora o te despediré.- el chico trago rápidamente su comida y se levantó de aquella silla, se tropezaba con sus propios pies pero jamás caía. Sentí su mirada sobre mí pero hice caso omiso, la puerta de la cocina volvió a abrirse y entro Johnson con un par de bolsas de supermercado, al mirar a Mario hizo una reverencia.
Johnson: disculpe, señor, Taylor fue a comprar las cosas para la señorita.- Mario le quitó las bolsas y las dejó caer sobre el comedor.
Mario: consigan a esa mujer lo más pronto posible, y que sea alguien con esta talla de ropa.- dijo mientras sacaba un pequeño vestido con brillos plateados.
T;N: no hay necesidad de que busques, John, seré yo quien vaya a ese lugar y quién use esos vestidos.- me levanté de la silla y le arrebaté el vestido que tenía en las manos.- ¿no crees que este vestido me quedaría maravilloso?- me lo puse sobre la ropa y mire a Johnson, este enseguida trago saliva y desvío la mirada.
Johnson: también debemos de contratar a una mujer para que le ponga un maquillaje diferente, uno que le haga lucir otra persona, recordemos que ella está en la lista de presas de Hernández y sus ratas.- su voz estaba temblorosa, mi intención no era ponerlo nervioso.
Mario: ese es un punto muy válido, por esa misma razón tenemos que buscar a otra mujer.- volvió a quitarme el vestido con brusquedad.- házlo por mí, ¿quieres?- el chico asintió, hizo una reverencia y salió de la cocina a paso apresurado. Me gire a verlo, él estaba guardando el vestido con furia.
T;N: no sé que carajo te pasa conmigo, pero hagas lo que hagas, digas lo que digas, yo iré a ese lugar.- él me miró.- no me importa sí no quieres llevarme en tu avión, puedo comprar un pasaje con los ahorros que tengo e ir a Los Ángeles.
Mario: ya te dije que no irás, me importa una mierda sí tengo que atarte a la cama hasta que yo regrese, ¿escuchaste?- su labio inferior temblaba cómo una gelatina recién salida del refrigerador.
T;N: claro, eso ya es súper fácil para ti, creo que eres el más experto en hacer ese tipo de cosas.- cerró los ojos con furia y soltó un respiro.- y no tienes otra opción más que llevarme a esa "misión", no tienes a nadie que pueda ayudarte, solo yo.- tomé las bolsas que estaban en la mesa y camine hasta afuera de la cocina, escuche cómo un plato caía al suelo pero lo ignore y seguí mi camino a la habitación. Cuándo entré, solté el aire que había acumulado en mis pulmones y me recargue en la puerta, abrí los ojos y pude observar el desastre de vidrios que había en el suelo, tenía mucho trabajo que hacer hoy. Deje las bolsas sobre el sofá esquinero y arremangue mis mangas para ponerme a limpiar, ya no quería estar más en la cama, estaba cansada de tanto reposo. No tenía en dónde escuchar música así que solo me quedaba tararear alguna canción. Comencé a recoger los cristales que había en el suelo y los eché en una bolsa transparente, así lo hice hasta que solo quedaron algunos pequeñitos.

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