Capítulo 37

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*Narra Mario*

La pesadez en los ojos seguía presente, la casa se había convertido en un completo desastre y ni siquiera tenía idea de dónde más buscar. Abdel ha sido torturado desde el día en que ella desapareció, tengo hombres en cada rincón de la ciudad pero no hay señales de ella, quería encontrar a Taylor también, la idea de torturarlo hasta morir me parecía realmente excitante. Le dí un último sorbo a la botella de Whisky que tenía sobre mi escritorio, detrás de ella lo adornaba la dulce imágen de mi mujer, sonriente y llena de luz... sentía culpa de lo que le estaba sucediendo, en todos estos días me he encargado de maldecirme desde el amanecer hasta el anochecer, no debí aparecer nuevamente en su vida, debí hacerme a la idea de que era por el bien de ella.
Loren había venido recientemente, seguramente no tiene ni puta idea de que estoy anhelando asesinarla. La puerta se abrió de golpe, estaba apunto de reclamar la manera en la que invaden mi espacio personal, pero entonces, lo miré, su flacucho cuerpo se encontraba de rodillas frente a mí, su ropa estaba medio rasgada y la sangre salía por la comisura de sus secos labios.
Johnson: estaba afuera, señor.- suspiró, sé que le costaba un testículo tener golpearlo, pero el agradecía eso.- quiere hablar con usted, me encargaré de que los ajenos se encuentren lejos de su oficina.- asentí levemente, este le dió una palmada en el hombro a Taylor y se retiró dando un portazo. Tomé del cuello al hombrecillo y lo levanté del suelo, este soltó un quejido y colocó sus manos en mis hombros.
Taylor: señor...- mirarlo me causaba rabia, quería sacarle los órganos con mis propias manos.- tengo información importante.
Mario: ¿crees que eso me importa ahora? apareciste rata traidora, voy a matarte.- este palidecio enseguida y negó desesperadamente con la cabeza.
Taylor: es sobre la señorita T;N.- escuchar el nombre de mi amada me sorprendió, lo miré.- Hernández la tiene secuestrada en una de sus propiedades, por suerte aún se encuentra bien, la están presionando para decir información sobre usted pero ella se ha estado negando.- lo solté enseguida y me dirigí hasta mi asiento, él se sentó frente a mí.- ayer me tocó llevarle un cambio de ropa y una cobija, Loren y Catalina le vaciaron una cubeta de agua, pero eso no es lo importante ahora, a su novia se le ocurrió un plan y estoy aquí para llevarlo a cabo.
Mario: continúa.- dije tratando de ahogar la bilis, este asintió.
Taylor: le dará información falsa a Hernández para que pueda caer ante usted, por la noche regrese a dónde la tienen y me dijo lo que usted tiene que hacer.- sonreí, era la primera vez que ella me daba este tipo de órdenes y me hace pensar que está bien por ahora. Asentí y él prosiguió.- le dí la idea de que pueden tener el punto de encuentro en Library Bar, en la parte trasera hay una casa que está desalojada, ella aceptó y le dijo ese punto a Hernández, usted estará solo en ese lugar pero a su alrededor habrá hombres que le ayudarán en caso de que algo quiera descontrolarse y se encargarán de los matones que lleve Hernández para cuidar su espalda.- asentí.- supuestamente ahí usted se encontrará con una persona y no llevará a ninguno de sus hombres porque no quiere levantar sospechas, él piensa que usted no confía en ninguno de los que trabajan para usted, el encuentro será este sábado.- es mañana...tengo que tener todo bien preparado desde hoy.
Mario: de acuerdo.- suspiré.- ¿por qué me traicionaste, Taylor?
Taylor: no fue así, señor.- siempre había sido sentimental, su voz entrecortada me lo confirmaba.- ellos me obligaron, me pusieron a prueba y eso consistía en secuestrar a su novia, yo realmente no quería...pero encontraron a mi hermana y la tienen con ellos, sí no lo hacía ellos mataban a mi hermana de la peor manera posible.
Mario: ¿tienes familia? tú me dijiste que estabas solo.- reclamé, él asintió mientras una lágrima recorría su mejilla.
Taylor: lo siento por haberle mentido, señor, pero era algo que me costaba mucho contar.- suspiró.- ellos encontraron a mis padres en un estado miserable, les fue fácil conseguir a mi hermana, ella fue vendida a Hernández cómo sí fuera un objeto.- esto le estaba costando mucho, podía verlo en su labio tembloroso.- necesito que me ayude a recuperarla también.
Mario: lo haré, Taylor.- él me sonrió.- necesitamos recuperarlas a ambas, sanas y salvas, aunque nos cueste la vida.- asintió.- ¿volverás a ese lugar?
Taylor: por supuesto, tengo que asegurarme de que su novia esté bien, además de que matarán a mi hermana sí no regreso.- asentí y me levanté de aquella silla, abrí el primer cajón de mi escritorio y saque una navaja que había comprado hace unos días.
Mario: esto te ayudará en caso de que te sientas amenazado o intenten lastimarte.- le puse la navaja entre sus manos y este asintió.- cuídalas a ambas ¿está bien?
Taylor: a sus órdenes, señor.- le dí unas palmadas en el hombro y este se retiró enseguida, la paz había regresado a mi cuerpo, tomé la fotografía de ella y le dejé un suave beso, voy a traerte junto a mí.

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