Un par de meses habían pasado ya, los nervios por el día de la boda se volvían cada día más intensos, mi vientre comenzaba a notarse y me hacía emocionarme por el día de su nacimiento. Mario se ha convertido en un hombre dulce, entregado y apasionado por todo lo que le rodea, me complace con mis antojos, aún cuándo le digo que no es necesario que cumpla cada uno de ellos, todas las noches me dice diferentes nombres que podrían ser para nuestro bebé, es hermoso el brillo que hay en sus ojos desde que se enteró de que sería papá. Estos últimos días hemos estado algo ocupados, cada uno por su lado, Johnson me había presentado a su ahora novia, Luciana, era una hermosa chica pelinegra con una sonrisa preciosa, no se diga de su forma de ser, se hizo cercana a mí y compartimos un par de cosas desde entonces, ahora estábamos en un salón con una gran cantidad de vestidos de novia, difícil de elegir entre tanta preciosura.
Luciana: vamos, tienes que elegir al menos uno de ellos.- burló.- no puedes elegir primero uno, después otro, y otro, y otro.- suspiró.- ¿tienes alguna idea de cómo lo quieres?
T;N: no me había puesto a pensar en eso, estos meses no me he sentido muy bien que digamos.- hice una mueca.- pero prestaré más atención a cada uno de ellos para poder elegir uno.
Luciana: está bien.- asintió.- házlo con tranquilidad y no te sientas presionada, tienes que elegir uno que te haga feliz y guste demasiado, recuerda que solo se vive una vez esa emoción.- asentí, era una chica muy apasionada, parecía una pequeña niña llena de ilusión. Comenzamos a caminar mientras veíamos los vestidos que había en ese salón, una de las chicas que atendían se acercaba de vez en cuándo a nosotras para ofrecer ayuda, no tenía idea del vestido que quería, solo sabía que quería de color blanco. Había algunos azules con lentejuelas en el encaje, otros con tirantes bruscos y otros que parecían de baile. Al final del pasillo pude observar uno, me acerque hasta allá para poder ver cada uno de sus detalles, me había enamorado por completo de el, quería acariciar su tela que parecía ser demasiado suave, sin embargo, éramos separados por un cristal. Tenía unas mangas floreadas hermosas, la espalda parecía estar descubierta y tenía un hermoso escote de corazón, también tenía pequeñas perlas esparcidas por la suave tela.
T;N: lo quiero.- susurré. Luciana se colocó a mi lado y miró con ilusión aquel vestido, asintió enseguida y llamó a la chica que se encontraba aún parada al inicio del pasillo, escuche sus tacones apresurados que venían hacia nosotras.
Xx: ¿Se han decidido?- asentí.- perfecto, es edición limitada, viene con zapatillas incluídas, un ramo de flores, el tradicional velo y una pequeña corona decorada con pequeñas flores, no se verán exuberantes.
T;N: de acuerdo, lo pediré.- la chica asintió mientras anotaba unas cosas en su tableta.
Xx: venga por acá, por favor, le tomaremos sus medidas.- caminamos a su lado mientras nos seguía explicando el precio y descuento del vestido, caminamos por varios pasillos hasta que llegamos a lo que parecía ser una sala de espera.- esperen aquí, traeré el vestido para que pueda medirselo y saber que debemos ajustar. Así fue, esperamos al rededor de diez minutos hasta que la chica llegó con el vestido en sus brazos y una cinta de costura.
Xx: de acuerdo, puede ponérselo en aquel vestidor, si necesita ayuda en algo no dude en llamarme.- asentí mientras tomaba el vestido con sumo cuidado, creía que se rompería en cualquier momento, entre al vestidor y afortunadamente era lo suficientemente espacioso para mí. Me quite la ropa que llevaba puesta y me coloque el vestido, primero creí que vendría con las piezas separadas, pero no fue así, estaba unido. Tardé un poco en subirlo pero al final lo logré con un poco de esfuerzo, me quedaba un poco grande del escote y esté hacía que las mangas resbalaran por mis hombros. Salí del vestidor, la mirada de Luciana se centro en mí con mucha impresión y la chica que me atendía, llamada Kristal, sonreía con entusiasmo.
Kristal: perfecto, es claro cuál es el primer detalle que debemos arreglar.- me coloque sobre una pequeño círculo y ella comenzó a tomar medidas de mi busto, cintura y hombros.- te mirarás divina ese día, y más sí tu bebé también quiere estar presente.- acarició mi vientre con dulzura.
Luciana: ¿Verdad? es lo que yo le digo, ahora está un poco insegura debido a eso, cree que se mirará desfigurada el día de su boda.- rodó los ojos mientras se acercaba a nosotras.
Kristal: pues no, te mirarás espectacular.- volvió a guardar la cinta en su bolsa y me colocó las zapatillas para poder verlas.- están incrustados de perlas diminutas y son demasiado cómodas, no te molestarán ese día, de igual manera, te recomiendo que solo las uses mientras te casas, no queremos que tú y tu bebé la pasen mal, te podemos dejar unos zapatos planos del mismo estilo a muy bajo precio.- me negué, no quería gastar demasiado en esto, y más porque la mayoría del dinero no era mío.
Luciana: claro, nos llevaremos los zapatos también.- la mire y esta sacó su lengua, Kristal asintió con una sonrisa y después se retiró, no sin antes decirme que ya podía quitarme aquel vestido. Entre nuevamente al vestidor y me lo quité con el mismo cuidado que antes, después me coloque la ropa que me pertenecía.
Luciana: estoy muy emocionada por el día de tu boda, espero que sea yo quien te ayude a arreglar, eh, o no te lo perdonaré jamás.- dijo mientras se cruzaba de brazos ofendida.
T;N: sí no eres tú, ¿quien?- suspiré.- sabes que no tengo más amigos.- mi celular comenzó a sonar en el bolsillo de mi sudadera, lo tomé enseguida para ver quién era.
Luciana: ve, yo me encargaré de lo que se necesite.- dijo con una sonrisa, asentí levemente, ella tenía a su cargo la tarjeta de crédito de Mario. Él le había dicho que eligiera lo mejor sin importar el precio final. Respondí la llamada.
Mario: Hola, mi vida.- su voz sonaba muy dulce.- ¿cómo está yendo todo por allá?
T;N: todo salió bien, ahora Luciana está pagando todo.- suspiré.- me siento cansada, entramos a varias tiendas pero ninguna logró convencerme.- escuché una risa preciosa del otro lado del teléfono.- ya sé, últimamente nada me convence.
Mario: te extraño.- me quedé en silencio por unos minutos hasta que lo escuché hablar de nuevo.- espero terminar los compromisos temprano e ir a casa, quiero cenar con mi futura esposa.
T;N: siendo así, llegaré a casa y prepararé algo rico para cenar.
Mario: por supuesto que no, quiero que descanses lo más que se pueda, han sido días complicados, más para ti que para mí.- suspiró.- llevaré la comida que a ti se te antoje.
T;N: ya has gastado lo suficiente.- me sentía culpable e inútil por eso, él estaba pagando las citas con el médico, las comidas, las cosas para la boda, etc.
Mario: sabes que no me importa el asunto ese del dinero y tampoco aceptaré un no por respuesta.- era imposible tratar de hacerlo entender.- además de que no hemos comprado la despensa, no hay mucho que hacer en casa.
T;N: de acuerdo.- suspiré resignada.- ya viene Luciana, te espero en la noche, cariño, te amo.
Mario: bien, vayan con cuidado a casa, te amo.- dicho esto, ambos colgamos la llamada.
Luciana: ya está, arregle unas cuantas cosas para que el vestido te lo envíen a casa, dijeron que en un periodo de 2 días lo tendrás en tus manos.- dijo emocionada.- ahora vayamos a casa, es tarde y necesitas descansar.- a veces creía que exageraban un poco con la forma en la que me cuidaban, pero estaba agradecida con todos ellos, incluso Johnson se comportaba diferente conmigo y me traía dulces a escondidas, Taylor me compraba rebanadas de pastel cuándo sabía que Mario no estaría en casa por un buen rato, eran encantadores, me sentía cómo en una verdadera familia.
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Te Encontré
Romance~ Así estés en el lugar más escondido de la tierra, te encontraré, y volverás a ser tan mía cómo la primera vez.~