Capítulo 53

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La gente llegaba poco a poco, todos ansiosos por verla a ella llegar, incluyendome, creo que era el más ansioso porque pasará eso. A mi lado estaba el sacerdote, con el que anteriormente habíamos pasado una vergüenza, Taylor llegó directamente saludandolo y dejando un beso en su mano derecha. Johnson no dejaba de reírse por ese suceso.
Mario: guarden silencio.- dije en susurró pero parecía que eso les causaba más gracia, a pesar de no tener ninguna.- creí que sería una boda tranquila y privada, Taylor.
Taylor: lo siento señor, Luciana invitó a mucha gente que ella conocía.- suspiró.- por cierto, acaba de llegar la pequeña princesa de T;N.- lo miré confundido, él se acercó hasta dónde se encontraba una señora canosa con vestido azul cielo. Cuándo pude ver, era Judith, la pequeña hermana de Taylor, tenía puesto un vestido color rosa y llevaba una canasta con pétalos de rosa.
Judith: hola Mario.- dijo con su suave voz y una hermosa sonrisa que descubría los hoyuelos en sus mejillas.- te ves cómo un príncipe azul, ¿Tay, también tendré uno cómo la señorita T;N?- eso me había sonrojado un poco, aclaré mi garganta y él solo sonrió.

Narra T;N:

Podía ver la gente a lo lejos, le había pedido a Luciana que esperará un poco antes de estacionarse frente a la iglesia, ver a tantas personas me ponía muy nerviosa.
Luciana: todo estará bien.- sus palabras me daban un poco de seguridad, pero era inevitable no pensar en que me caería frente a todos y sería la burla entera.- me estacionare frente a la iglesia.- asentí resignada, creía que estaba lista pero ahora comenzaba a dudarlo. Cuándo el auto se puso frente a la alfombra rosada, mi corazón latio con fuerza. Todos comenzaron a murmurar, Taylor le dió un leve empujón a Mario para que entrará de una vez a la iglesia.
T;N: estoy nerviosa, luciana.- dije con mi voz temblorina mientras veía cómo Johnson se acercaba al auto abrochándose uno de los botones de su saco.
Luciana: tú tranquila y yo nerviosa.- eso no me tranquilizaba en lo absoluto, Johnson abrió la puerta trasera del auto y me miró con una sonrisa. Tomé su mano, me ayudó a bajar con cuidado mientras que Luciana bajaba la cola de mi vestido.
T;N: no puede ser, siento que voy a morir.- susurré y ambos soltaron una pequeña risa.
Johnson: todo estará bien, T;N.- ¿por qué todos me decían eso?
T;N: sí por alguna razón tropiezo, tienes que detenerme a cómo dé lugar.- él asintió sonriendo.- bien, vayamos entonces.- solté un suspiro y ambos comenzamos a caminar, él sería la persona que me entregaría en el altar, no estaba enterada hasta que hoy por la mañana se lo pregunté a Luciana. Las campanas de la iglesia comenzaron a sonar en cuanto me pare en la puerta, había mucha gente en las bancas, todas estaban de pie mirándome.
T;N: quiero regresar al auto.- susurré, solo escuché una risa por parte de él.
Johnson: enfrente está el amor de tu vida, no te enfoques en nadie más, solo en él. Lo miré, tenía sus manos cruzadas y su mirada fija en mí, a su lado estaba Taylor con una sonrisa sosteniendo la mano de Judith.
Los pianistas de la iglesia comenzaron a tocar la tradicional melodía que ponen en las bodas, cada vez estaba más cerca de mi futuro esposo, podía ver mejor las facciones de su rostro y las lágrimas resbalandose por sus mejillas. Johnson le pasó mi mano y este enseguida la tomó con delicadeza.
Johnson: sé que la cuidarás con tu vida, eso espero, o me olvidaré de que eres mi amigo y yo mismo te pateare.- aclaró su garganta.- no te diré dónde porque estamos en un lugar sagrado.- dicho esto, nos sonrió y se fue a sentar junto a los demás, en la banca principal. Luciana se sentó junto a él.
Mario: no existe una palabra correcta o que se asemeje a lo hermosa que te ves.- sonrió mientras tomaba mis manos.- quiero pasar al sí acepto de una vez por todas y besarte cómo sí mi vida dependiera de ello.
Sacerdote:
Queridos hermanos: Estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia la voluntad de contraer Matrimonio ante el Ministro de la Iglesia y la comunidad ahora reunida. Cristo bendice copiosamente el amor conyugal, y él, que los consagró un día con el santo Bautismo, los enriquece hoy y les da fuerza con un Sacramento peculiar para que les guarde mutua y perpetua fidelidad y puedan cumplir las demás obligaciones del Matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, les pregunto sobre la intención de ambos.- nuestras manos temblaban, él no había querido soltarme en ningún momento desde que nos encontramos por primera vez aquí.
Sacerdote: ¿vienen aquí sin ser obligados, presionados o involuntariamente?- ambos negamos enseguida.- ¿están decididos a amarse, respetarse y seguir con el modo de vida del sagrado matrimonio por el resto de sus vidas?
Mario: estamos decididos.- respondió, el sacerdote me miró esperando mi respuesta y asentí enseguida.
Sacerdote: tomense de las manos.- ambos lo hicimos, nuestras miradas se encontraron y recorrieron un abismo de emociones juntas, su sonrisa me daba la tranquilidad que necesitaba.
Sacerdote: señorita T;N, ¿acepta usted cómo esposo al joven Mario, para serle fiel, amarlo y respetarlo por el resto de sus vidas?
T;N: sí, acepto.- dije sin dejar de mirar sus ojos.
Sacerdote: joven Mario, ¿acepta usted cómo esposa a la señorita T;N, para serle fiel, amarla y respetarla por el resto de sus vidas?- él me sonrió con dulzura.
Mario: sí, acepto, completamente sí.- dicho esto, Luciana y Johnson se acercaron a nosotros, ella nos colocó el lazo color blanco y él le entregó los anillos al sacerdote.
Sacerdote: El Señor bendiga estos anillos que se entregarán uno al otro en señal de amor y de fidelidad.
Mario: yo, Mario, te quiero a ti, T;N, cómo esposa y me entrego a ti, prometo serte siempre fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, así amarte y respetarte todos los días de mi vida.- en este momento nadie más existía, solo podía escuchar su voz y ver sus ojos cafés.- T;N, recibe este anillo cómo signo de mi amor y fidelidad, en el nombre del padre y del hijo y del espíritu Santo.- Le sonreí mientras él me colocaba el anillo con delicadeza.
T;N: yo, T;N, te tomo a ti, Mario, cómo esposo y me entrego a ti, prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.- todo se quedó en silencio por unos segundos, una sonrisa enorme y brillante se formó en sus labios, mostrándome esos hoyuelos que tanto me encantaban.- Mario, recibe este anillo cómo signo de mi amor y de mí fidelidad, en el nombre del padre y del hijo y del espíritu Santo.- terminé de colocar el anillo en su dedo y recibí un leve apretón de sus manos mientras me seguía sonriendo.
Sacerdote: dejando en claro sus promesas y entrega total, frente a la comunidad reunida ahora en este lugar sagrado, los declaro marido y mujer.- hizo una cruz entre nosotros y cruzó sus manos.- puede besar a la novia.- él lamió sus labios, estaba nervioso, podía notarlo en sus mejillas rosadas y en sus manos temblorinas. Con una mano tomó mi cintura y la otra tomó mi mejilla, sus labios fríos se colocaron en los míos, sellando así nuestra promesa de amor. Una ola de aplausos se escuchaba a nuestro lado, acompañados de gritos llenos de emoción, incluso de personas que jamás había visto en mi vida.
Mario: gracias por hacerme el hombre más afortunado de todo el mundo.- sonrió mientras una lágrima resbalaba por su mejilla. Le sonreí y limpie aquella gota. Mi mano se entrelazó con la suya y comenzamos a caminar sobre aquella alfombra, todos los invitados ya se encontraban afuera esperando con las canastas llenas de pétalos, en cuánto la luz del sol se reflejo en nuestros cuerpos, aquellos pétalos fueron lanzados en nuestra dirección, cayendo algunos sobre nosotros y otros decorando el camino que recorríamos. Luciana corrió hasta dónde yo me encontraba y con ella venía la pequeña Judith, ambas me abrazaron con emoción.
Luciana: estoy tan orgullosa.- llevábamos poco tiempo de habernos conocido, pero como dije anteriormente, se había vuelto muy cercana a mí.
Judith: tu bebé está creciendo.- dijo mientras su pequeña mano acariciaba mi vientre.
Mario: pronto llegará, espero que lo recibas con mucho amor.- la niña sonrió y asintió rápidamente, todos nos abrazaron y felicitaron con sinceridad, incluso aquellos que no me conocían pero a Mario sí.
Johnson: mi regalo está en manos de Mario, espero que la pasen muy bien.- guiño un ojo y Taylor le dió un codazo.- claro claro, es un regalo de Taylor también.
T;N: muchas gracias a los tres, por todo.- ellos sonrieron y asintieron.- seguramente querían una fiesta después de esto, pero solo habrá una pequeña comida.
Luciana: lo sabemos, no estás en condiciones de tener una fiesta ahora.- sonrió.- pero ya suban, tienen que llegar a la casa, los alcanzaremos enseguida.
Mario: bien, no tarden o la comida se enfriará.- todos asintieron, él me ayudó a subir a su auto, el vestido era lo bastante flexible y no era tan complicado, además de que no estorbaba mucho en el asiento del copiloto. Él encendió el auto y comenzó a conducir. 
Mario: ahora mismo no hay persona más alegre que yo.- tomó mi mano y me miró por unos segundos.- tengo a mis dos amores conmigo, te repito, soy el hombre más afortunado.
T;N: lo eres.- él soltó una pequeña risa, por supuesto que yo también me sentía la más afortunada.

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