Capítulo 50

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Respire profundamente, creo que hace tiempo que no me sentía tan nerviosa cómo ahora, era una sensación extraña, el médico estaba frente a nosotros con una carpeta amarilla que contenía un papel con algo escrito, Mario tomó mi mano para tratar de calmarme, pero sabía que él también estaba igual de nervioso que yo.
Doctor: de acuerdo, los análisis de sangre no arrojaron ningún resultado malo.- suspiro.- aunque eso depende de cómo lo vean ustedes.- me entregó aquella carpeta y comencé a leer con lentitud cada palabra mientras mis oídos se encargaban de escuchar al doctor.
Doctor: usted no tiene ningún problema grave, los mareos, desmayos y debilidad se deben a que usted está embarazada, los estudios arrojaron que tiene aproximadamente un mes de embarazo.- sentí el frío recorrer mi espalda, parecía que tenía cubos de hielo en la bata de hospital, todo se quedó en silencio por unos minutos, sentí la mano de Mario apretar aún más la mía y sus ojos se centraron en los míos, me sonrió tiernamente, ¿estaba emocionado?
Doctor: vaya, al parecer fue una magnífica noticia para su esposo.- suspiró.- usted ya puede irse a su casa, manténgase hidratada y venga a chequeo.- el doctor se retiró con una sonrisa y sin decir nada más. Lo miré nuevamente, sus ojos brillaban como dos pequeñas perlas.
Mario: ¡No puede ser!- gritó haciéndome estremecer, no tenía idea de cómo tomar esa noticia, quería y deseaba ser madre, pero realmente no tenía idea de que sería tan pronto, me sentía emocionada pero también me aterraba.- carajo, no puedes imaginar la emoción que siento ahora, seré papá.- me abrazó por un momento y después se separó de mí.- ¿estás bien? ¿no estás emocionada?
T;N: ehm, solo estoy un poco impactada por la noticia.- le sonreí tratando de fingir que todo estaba perfectamente bien, sus ojos me veían incrédulos, su rostro se había puesto serio en cuestión de segundos.
Mario: cámbiate de ropa para irnos a casa, quizás el olor del hospital te está haciendo daño.- asentí levemente, me senté sobre la cama mientras él ponía a mí lado la ropa perfectamente doblada, era un conjunto deportivo. Él se dió la vuelta y salió de la habitación sin palabra alguna, sé que quizás mi emoción invisible le había confundido, estaba emocionada por tener un bebé, de verdad lo estaba...pero eso no quita la sensación de temor, ¿qué pasará sí lo pierdo de nuevo? ¿y sí nuestra vida sigue corriendo peligro?, había planeado tanto este momento, pero consideraba que hoy, no era ese momento correcto. Termine de cambiarme y salí de la habitación, él estaba sentado en unas sillas que se encontraban a lado de una puerta de cristal.
T;N: estoy lista, ¿nos vamos?- él asintió enseguida y se puso de pie.
Mario: pagaré antes la factura del hospital.- asentí con una sonrisa, era algo incómodo ver su rostro después de todo esto, seguramente ahora piensa que no deseaba quedar embarazada. Llegó a un módulo y el hombre canoso lo atendió enseguida, mi mente no era clara aún, tenía un millón de dudas y miedos. El hombre le entrego un ticket y Mario enseguida tomó mi mano para después salir del hospital. La suave brisa del viento chocó con mis mejillas, era una tarde fría, supongo que es el resultado de la nevada mañanera, había algunas personas quitando la nieve de las calles para evitar accidentes automovilísticos. Nos subimos al auto de Mario y este enseguida comenzó a conducir, era indescriptible el silencio que había entre nosotros, recargue mi cabeza en la ventanilla del auto y me dispuse a ver los árboles decorados por la nieve. No sé en qué momento me quedé dormida, podía escuchar los pasos de alguien chocando con la nieve y un suave olor entrando por mi nariz, estaba en sus brazos, abrí los ojos lentamente y pude ver su perfecto rostro mirando recto, no llevaba su chaqueta puesta, el clima cálido rápidamente me abrazó, haciéndome saber que me encontraba en casa. Él me dejó sobre el sofá sin decirme ni una sola palabra, se dió la vuelta pero tome su mano rápidamente, podía asegurar que estaba más fría que la misma nieve, sus dedos estaban rojos, seguramente tenía mucho frío.
T;N: ¿Puedes abrazarme?- dije sin más, él me miró por unos segundos.
Mario: prepararé algo para ti.- me negué enseguida.- vamos, espérame aquí, te prepararé sopa caliente.
T;N: no tengo hambre ahora...- hice una pausa, estaba mintiendo.- bueno sí, pero no quiero comer ahora, ¿puedes abrazarme?- él se sentó a mi lado sin moverse, me acerqué poco a poco y me acurruque en su pecho mientras trataba de cubrirnos con su chaqueta. Estuvimos así por varios segundos, sus brazos tomaron confianza y me abrazaron también.
T;N: seguramente ahora estás pensando lo peor.- suspiré.- quizás mi reacción no fue cómo tú esperabas, yo deseaba tanto poder ser madre algún día, pero serlo ahora... me aterra demasiado.- él no decía nada y eso me ponía más nerviosa de lo que ya estaba.- en el primer embarazo nada salió bien, debes de entenderme sí tengo miedo de estar embarazada ahora, no hemos estado en las mejores circunstancias, y tengo miedo  de que ese pequeñín venga a un mundo dónde podrían hacerle daño por nuestra culpa. 
Mario: escucha.- me levanté de su pecho y lo miré, él acarició suavemente mi mejilla.- entiendo perfectamente el miedo que tienes, y lo siento por haber reaccionado así antes, la noticia de ser padre me alegro por completo, parecía que la luz se había convertido en una más fuerte en el túnel de mi vida.- suspiró.- voy a protegerlos, incluso más que antes, ya no tengo ninguna alianza con personas peligrosas, ni tampoco le debo nada a nadie, dudo que alguien quiera matarme solo por existir, la última vez que toque un arma, fue cuándo maté a Hernández.- sonrió segundos después.- les daré una vida tranquila y segura a ambos, nada les faltará, yo te lo prometo, cariño.
T;N: bien, creo que eso al menos me quita los nervios un poco.- sonreí, él se quedó en silencio por unos segundos y después dejó un beso en mis labios.
Mario: gracias por ser tan maravillosa y hacerme el hombre más feliz de este mundo.- era notorio el entusiasmo que tenía en sus hermosos ojos cafés.- muero de ganas por decirles a todos que seré padre, claro que eso será después de consentirte y mimarte hoy.- me abrazó enseguida mientras dejaba un sin fin de besos alrededor de mi cara, era reconfortante.

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