Capítulo 15

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La casa había sido hermosamente decorada, me había acompañado a conocer cada parte de las habitaciones, a excepción de la mía, había cambiado mucho a comparación de ayer que venimos a decorar la que sería mi habitación. A pesar de intentar tener buena actitud, era claro que se comenzaba a sentir su ausencia aunque siga aquí, Rose había preparado la comida favorita de Mario y se notaba un poco triste, a pesar de negarlo, todos nos sentamos a comer y en el transcurso, todo fue serio, realmente fue incómodo y doloroso estar en la mesa, me dolía saber que estaríamos ella y yo sentadas aquí pero él no lo estaría, me había impuesto a las comidas junto a él y sus comentarios sarcásticos, o sus caricias en mi mano por debajo de la mesa. Tenía el nudo formado en mi garganta, por más de que lo intentará, no se deshacía, tengo el temor de no volverlo a ver.
Mario: mamá, te quedó delicioso.- se recargo en el respaldo de la silla mientras acariciaba su estómago.- eres mi cocinera favorita.
Rose: me alegro de que te haya gustado, hijo.- la relación de ambos había mejorado bastante, realmente pensé que sería difícil poder juntarlos de esta manera, pero todo resultó bien y él se ve tranquilo cuándo está con ella.- quiero que te vayas con tu estómago lleno.
Mario: gracias por estos momentos que me permitieron pasar con ustedes.- tomó mi mano y nos sonrió a ambas.- sé que mi actitud ha sido un tanto irritante e hice cosas que las lastimaron a ambas, no me alcanzará la vida para pedirles perdón por todo el daño que les hice.- suspiró.- espero regresar con todo arreglado, poder vivir tranquilamente con ustedes y poder casarme con el amor de mi vida.- me miró.- y formaremos una hermosa familia.
Rose: así será, te estaremos esperando aquí con muchas ansias.- sonrió.- y voy a prepararte tu postre favorito el día en que vuelvas, eso tenlo por seguro.
Mario: uy, lo comenzaré a desear desde este momento.- ambos rieron, pasaron unos segundos y la alegría que había en la mesa se esfumó, él acarició nuevamente mi mano y lanzó un suspiro.- me duele decirles esto pero...creo que llegó el momento de irme.- en ese momento sentí una espada atravesar por mi pecho, quería tomarlo de la mano y retenerlo conmigo, apreté su mano y él me sonrió.
Rose: traeré tus cosas, hijo.- él asintió, la señora Rose se levantó de la silla y camino hasta salir de la cocina.
Mario: dijimos que serías fuerte ¿lo recuerdas?- asentí y baje la mirada.- oh mi pequeña.- pegó mi cabeza a su pecho y comenzó a acariciar mi cabello.- estaré aquí pronto y entonces nos daremos los besos que no nos pudimos dar mientras estuvimos separados.
T;N: esto es muy complicado, lo siento.- mi voz sonó entrecortada, estaba tratando de evitar llorar pero claramente me era imposible, estar en sus brazos me hacía sentir vulnerable y lloraba sin poder detenerme, sentía sus manos acariciando mi nuca y sus labios dándome pequeños besos en la frente.
Mario: está bien, no tienes que disculparte.- susurró.- te prometo que volveré, cariño, mientras eso sucede, guardaré todo el amor que tengo para dártelo en cuanto esté nuevamente junto a ti.
Rose: aquí están mi niño.- colocó la maleta negra a un lado de Mario, él enseguida se levantó de la silla con su mano entrelazada con la mía.- cuídate mucho ¿está bien?, aquí te vamos a estar esperando con los brazos abiertos, llámame de vez en cuándo solo para saber que estás bien.- sus ojos estaban rojos pero a pesar de acumular lágrimas en ellos, no derramaba ninguna.- y no solo me llames a mí, llama a T;N, ella estará preocupada por ti también.
Mario: lo haré, mamá.- sonrió.- ¿vendrán conmigo?
Rose: por supuesto que sí.- sonrió, él apretó un poco más mi mano y besó mi frente, con su mano libre tomó la maleta y caminamos hasta la puerta de salida.- llevo dinero para el taxi, te avisaremos cuándo estemos en casa.
Mario: no claro que no se vendrán en taxi.- dijo mientras abría la puerta del auto para que ambas subieramos, yo iba en el asiento del copiloto y Rose se sentó detrás de él.- T;N sabe conducir así que les dejaré el auto y ustedes se regresarán en el. Su vista se concentró en la carretera, su mano seguía entrelazada con la mía, me hacía sentir tranquila. El camino fue silencioso, nadie hablaba, mi ánimo estaba por el suelo y no tenía la mínima intención de articular ni una sola palabra, observé los árboles que pasaban casi invisibles por la velocidad en la que conducía. Hubiese agradecido que hoy los minutos se hicieran eternos para poder disfrutar su compañía por un momento más, él estacionó el auto afuera de lo que parecía ser una bodega grande, bajamos de ahí mientras el sacaba su maleta de la cajuela. La puerta metálica del lugar se abrió de orilla a orilla y de ahí salió un señor de cabello blanco, él comenzó a caminar en dirección a nosotros.
Xx: buenas tardes.- saludó.
Rose, T;N: buenas tardes.- dijimos al unisono. Mario se colocó a mi lado y le hizo la señal de que en un momento iría.
Mario: sé que esto es complicado pero necesito que mi mujer sea fuerte ¿de acuerdo?- acarició mi mejilla.- voy a volver por ti y me quedaré para siempre a tu lado, yo te lo prometo.
T;N: bien.- asentí.- mantente sano y regresa con bien ¿de acuerdo?
Mario: de acuerdo, mi niña.- sonrió, después, unió sus labios con los míos por un par de segundos.- cuídate mucho, trataré de llamarte cada noche antes de ir a dormir.
T;N: ¿Por el Pinky promise?.- él asintió mientras unía su meñique con el mío, acto seguido, beso mis labios con lentitud,después se giró para ver a Rose, rápidamente la envolvió en sus brazos y beso su frente.
Mario: cuídate y no hagas cosas que pueden lastimarte ¿de acuerdo?- ella asintió.- no salgas a regar las plantas por la noche y abrígate bien antes de ir a dormir.
Rose: lo haré mi niño.- dejó un beso en la mejilla de Mario y después le dió la bendición.- aliméntate bien mientras estés allá y no te pongas en peligro, recuerda que te estaré esperando con tu postre favorito, y no te preocupes por tu niña, yo la cuidaré con mi vida.
Mario: gracias mamá, te amo.- ella derramó una lágrima y después lo abrazo con fuerza, sentí un nudo en la garganta y la primer lágrima salió, él se giró a verme y me sonrió.- nos veremos pronto.- ambas asentimos, él tomó la maleta y caminó hasta dónde se encontraba el señor, supongo que él lo llevaría hasta la pista donde se encuentra el avión. Se giró a verme y me dió una última sonrisa, corrí hasta dónde él se encontraba y lo abracé nuevamente.
T;N: te amo.- susurré en su oído, él me separó lentamente, tenía una sonrisa de oreja a oreja y sus mejillas se habían enrojecido, sus ojos se volvieron cristalinos.
Mario: yo te amo a ti.- unió sus labios con los míos, un beso lento, quizás lleno de tristeza por su partida pero también lleno de amor mutuo.- acepta ser mi novia.
T;N: Es una manera muy directa pero claro que acepto ser tu novia.- él me sonrió y volvió a besarme, en ese momento se escuchó un silbido, el señor se encontraba parado en su camioneta mientras le daba prisa a Mario, él me dió un leve beso en los labios y después siguió su camino, lo miré subirse a la camioneta color blanca, se despidió con la mano de mí y entonces el señor arrancó. Mi mundo se vino abajo en ese momento, cuándo lo ví partir, sentí que me habían arrancado un pedazo de mi alma, o cuándo a un juguete le comienzan a fallar las baterías.
Rose: ¿nos vamos?- la miré y asentí, acarició mi hombro, ella más que nadie comprendía el dolor que yo sentía por verlo partir de nuevo, sé que ella de igual manera está sufriendo. Ambas nos subimos al auto y yo comencé a conducir, aún estaba su olor y me parecía escucharlo diciendo sus comentarios fuera de lugar que me hacían sonrojar.- sé que esto te duele pero pronto él vendrá y entonces podrán estar juntos.
T;N: eres muy fuerte.- ella lanzó un suspiro y miro a través de la ventana.
Rose: por dentro me estoy partiendo en mil pedazos, toda su adolescencia se desaparecía por las noches sin decirme ni una sola palabra, salía de viaje y a veces me pedía la bendición.- sonrió al recordar.- pero siempre estuve con el miedo de no volver a verlo, es mi único hijo, solo estoy anhelando que llegue el día en que regrese junto a nosotras.
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Seguí conduciendo en total silencio, ella se había quedado dormida en el asiento del copiloto, se notaba que se había quedado despierta hasta muy tarde, sus ojeras estaban muy marcadas e incluso sus ojos un poco inflamados debido al llanto. Estacioné el auto de Mario en el garaje y desperté con cuidado a Rose, ella enseguida abrió sus ojos y miro su alrededor, ambas bajamos y después entramos a casa.
Sé que su ausencia será notable aquí, a pesar de ser el primer día en que me quedo aquí, sé que él estaría por todas partes burlándose de mí o haciendo travesuras, Rose se dirigió a su habitación ya que dijo que estaba cansada y se iría a recostar un momento, deje las llaves del auto sobre la mesita de centro y me senté en el sofá, no me gustaba volver a depender emocionalmente de él porque en casos como este, me sentiré sola. Es cómo tener una cuerda rodeando mi cuello pero esta está atada en el techo, estoy sobre sus hombros, en el momento en que él se vaya, voy a caer y la cuerda me asfixiara.

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