Capítulo 43

718 57 4
                                    

Tres días sonaba a una eternidad, no había dormido bien y tampoco me daba ningún apetito, mi estado de ánimo había disminuido lo suficiente como para no tener ganas de absolutamente nada, solo de estar a su lado. Tenía que cuidar a Judith, por suerte ella era tranquila y tenía mucha paciencia para poder ver a su hermano, lograba estabilizar mi estado de ánimo y siempre quería mantener mi mente ocupada, me platicaba sobre sus padres, que por cierto, eran unos cretinos con ella, su forma de hablar era increíblemente clara a pesar de ser tan pequeña.
Judith: ¿Entonces no eres novia de Tay?- negué rápidamente, ella estaba sentada en la barra de la cocina mientras yo preparaba una mezcla de hotcakes.- creí que lo eras, eres muy bonita y él también es muy bonito.
T;N: tú también eres muy bonita y estoy segura de que ya tienes mucha hambre, ¿cierto?- asintió con entusiasmo.- aquí hay un par de moldes para hacer hotcakes, ¿dinosaurios o gatitos?- ella hizo una mueca y colocó su pulgar debajo de su suave barbilla.
Judith: me gustan los dinosaurios.- asentí y tome el molde que tenía figuras medianas de dinosaurios.- ¿podemos llevarles unos a Tay y al señor que lanza pantallas?- ella ya le había apodado así a Mario y era bastante gracioso.
T;N: ¿Deberíamos?- asintió rápidamente, espero que cuándo vayamos ellos ya hayan despertado, encendí la estufa y coloque los moldes sobre un sartén para apoyarme. Dejé caer un poco de mezcla sobre la primer figura y esperé unos cuántos segundos para después girarla con la espátula, así lo hice unas cuántas veces más hasta conseguir la cantidad esperada.
Johnson: he regresado, señorita, ¿alguna novedad?- negué levemente, él solo hizo una mueca.- ¿quiere ir a ver cómo se encuentra?
T;N: ¿Te quedarías con ella por un rato?- él asintió enseguida.- bien, ya le he preparado el desayuno, siéntate con ella y desayuna también.
Johnson: le agradezco.- asentí, le di una leve sonrisa a la pequeña castaña y después salí de la cocina. Camine por todo el patio hasta llegar a los cuartos que estaban en la parte trasera de la casa, había ya solo un par de hombres merodeando por ahí, abrí la puerta de madera de aquel cuarto y entre. Todo seguía igual, su cuerpo estaba inmóvil en esa cama, sin embargo, sus mejillas estaban un poco rosadas. Abrí la silla que se encontraba a su lado y me senté ahí mientras tomaba su mano.
T;N: ha sido difícil, ¿cierto?- dije en susurro mientras acariciaba los nudillos de sus manos.- siempre estoy metiéndote en problemas, lamento ser tan débil ahora mismo, me es imposible ser fuerte.- lo miré por unos segundos.- han pasado varios días ya, sé que siempre vengo a informarte sobre las cosas que suceden al rededor, hoy más que eso, vengo a implorarte que despiertes, deja de ser un holgazán y abre esos ojos que me dan tanta paz, por favor.- suplique con lágrimas resbalando por mis mejillas.- quiero golpearte ahora mismo por hacerme sufrir tanto, que seas bonito no te da derecho a lastimarme de esta manera, idiota.- susurré mientras veía su mano, no quería pensar en lo que había dicho el médico ayer, me rehusaba a creer que él podía morir en cualquier momento. Le dejé un leve beso en su mano y suspiré después.
Mario: eres increíble, me insultas aún cuándo sabes que estoy moribundo.- abrí los ojos inmediatamente y lo miré, mi corazón se aceleró tanto que incluso las náuseas volvieron, parecía que mis ojos eran un par de tubos rotos y tenían una fuga de agua.- ¿no me darás un abrazo?- inmediatamente me dejé caer sobre su cuerpo, él soltó un gemido de dolor y me separé enseguida, sin embargo, él pasó sus brazos por mi cintura y me dejó ahí, abrazándolo.- lamento haberte lastimado tanto durante este tiempo.
T;N: no sabes lo mucho que te odio.- mi llanto parecía de una niña pequeña a la cual se le fue arrebatada su muñeca favorita.- odio amarte tanto.
Mario: amo que me ames tanto.- dijo, su voz era demasiado ronca y silenciosa, pero sonaba bien para mí.- has adelgazado, ¿cuánto tiempo pasó?
T;N: tres días.- me separé de él y lo miré.- el doctor dijo que podrías morir en cualquier momento, creí que eso pasaría...- él me limpió las lágrimas que seguían cayendo, acercó mi rostro hacia él con delicadeza y después unió sus labios con los míos.
Mario: ¿Mi boca huele mal?- asentí con un puchero y él frunció su nariz.- seguramente huele a inodoro público, ¿no es así?
T;N: un poco.- reí.- pero te extrañe muchísimo, los días se me hicieron semanas y las horas parecían minutos eternos.
Mario: estoy seguro de que también te extrañe.- sonrió y tomó mi mano.- ¿cómo va Taylor?
T;N: el médico dijo que se está recuperando, afortunadamente la bala no daño ninguno de sus órganos.- suspiró aliviado.- pero aún no despierta.
Mario: tengamos paciencia, quizás también le pusieron un medicamento duradero.- tenía razón, quizás el médico les había colocado un antibiótico demasiado fuerte que los mantendría inconscientes por un tiempo.- mi estómago ruge cómo un león hambriento.
T;N: preparé hotcakes y licuado de banana, ¿quieres un poquito?- él asintió.- de acuerdo, te traeré un poco.
Mario: no te demores mucho o iré a buscarte.- reí y asentí enseguida. ¿Existe alguna palabra que describiera la alegría que sentía en estos momentos? mi corazón estaba revoloteando de felicidad, tenía náuseas y una presión en el pecho indescriptible. Entre a la cocina y ahí estaba Johnson, él supo lo que había sucedido debido a mi cara de alegría.
Johnson: ¡La puta madre!- gritó con emoción haciendo que la pequeña Judith se asustara.- iré a verlo ahora.- dejó el plato casi intacto y salió corriendo de la cocina.
Judith: ¿Que sucede?- su tierna voz estaba temblorosa por el susto.
T;N: ¿Quieres llevarle pequeños dinosaurios al lanzapantallas?- ella con emoción dijo que sí, saque un plato del estante y serví unos cuantos hotcakes con un poco de miel y frutillas, Judith me pasó un vaso en forma de elefante para que le sirviera licuado, lo tome enseguida, no le diría que no ante semejante gesto de amabilidad.
T;N: entonces vamos.- ella tomó el vaso con delicadeza y salimos de la cocina, el patio me parecía demasiado grande ahora mismo. Uno de los hombres abrió la puerta para ambas pudiéramos entrar sin derramar nada, Johnson estaba casi encima de Mario con lágrimas en los ojos.
Johnson: de acuerdo, señor.- se puso firme al notar nuestra presencia.- ¿que me ves?- le dijo a la pequeña niña y solo sonrió.
Judith: ¿Él es el señor lanzapantallas?- me dijo en susurro y asentí rápidamente.- parece un vampiro.- burló. Ambas caminamos hacia la camilla de Mario, ella le entrego el pequeño vaso mientras que yo le colocaba el plato en una pequeña mesita metálica.
Mario: ¿vaso de elefantito y hotcakes de dinosaurios?- me encogí de hombros y señale a la pequeña Judith.- lo aceptaré, pero que quede claro que soy un hombre varonil.

Te EncontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora