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εl sσ dε lα sυsρitα

17 de Mayo. 2014
~Enna

Los jueves siempre son días cargados. En estas horas tardías en las que los clientes se amontonan apunto de cenar, compadezco a los próximos compañeros, que llegan para cubrir nuestra ausencia. Mi turno toca a su fin a las nueve en punto, pero es imposible salir antes de y cuarto. Caminar todos los días durante media hora no se me hace tan dramático cuando el sol brilla, pero por la noche es muy distinto. Siempre estoy reventada y no me apetece.

El autobús suele llenarse a partir de las siete. Sin embargo hoy me encuentro en medio de asientos vacíos. Estoy tan cansada que se me cierran los ojos sin darme cuenta. Por eso me sorprende tanto ver que una pareja joven aparece de la nada, un par de asientos por delante de mí. Resulta una imagen ociosa, seguramente bonita y entrañable para la mayoría. Mas para mí, en estos momentos, ejerce la misma presión que haría en mi pecho, un puño cerrado. Cada vez que me acuerdo de la última vez que hablé con Jungkook, mis ojos se empañan como si estuvieran averiados. Por más que repaso aquel día, cada cosa que hice y que pude prever, no se me ocurre cómo podría haber cambiado algo.

Sus ojos hablaron por sí solos. No dijeron palabras exactas, ni tampoco me miraron mucho rato, pero sí lo suficiente para que entendiera que Jungkook no iba a darme más oportunidades. Cuando salí del ascensor no estaba preparada para enfrentar lo que iba a decirle, pero sí estaba dispuesta a ser lo más sincera posible. Estaba deseando poder hablar con él, explicarle que todo lo que había pasado entre nosotros era cierto pero, fue imposible. Cuando volví a casa, después de terminar mi turno en el hotel, Jordan estaba esperándome en el portal. No sabía por qué estaba tan desesperada por verme, pero cuando el miedo volvió a dibujarse en el rostro de Jungkook, entendí que se trataba de algo grave.

"¡Como vuelvas a acercarte a Jimin, te juro que te haré la vida imposible!" me gritó antes de que pudiera acercarme lo suficiente. Pero yo solo podía mirar a Jungkook. Estaba detrás de ella, procurando que mantuviera la distancia conmigo, y al igual que yo era incapaz de apartar la mirada. Jordan siguió insistiendo, a gritos me reclamó por hacer daño a Jimin, dejándome claro que nada concreto sabía de lo ocurrido realmente. No podía responder nada claro, porque confesar lo mínimo supondría involucrar a Jungkook, y no quería seguir haciéndole daño. Cuando la pelirroja se hubo marchado solo quedó el silencio. Un silencio enorme y trágico entre los dos. Una mirada de decepción, la más dura que jamás había usando conmigo y la más difícil de aceptar para mí.

"Jimin y yo no tenemos nada. Te lo prometo." le dije, pensando que al menos esa verdad sí la creería, pero no dijo nada. Su mutismo persistió sobre mis súplicas. No podía decirle nada concreto, y cada vez que intentaba salvar la situación y recordaba todas las veces que le había ocultado las cosas era más difícil.

"Ya no puedo seguir así." fue lo último que dijo, antes de coger la puerta para partir.

Era evidente que ya no íbamos a vernos por el hotel, después de marcharse como lo hizo su despido había sido inmediato. Y aquella iba a ser la última vez que nos veríamos de forma consciente.

Por eso, cada vez que llego a casa, y cruzo estas puertas de madera hasta llegar al ascensor tengo esta inquietud, el no saber si voy a encontrarle de nuevo. No sabría qué hacer, ni qué decir. Incluso si me dejaría hacer cualquier cosa. Imagino que aún seguirá enfadado conmigo. Soy tan imbécil que cuando llego a mi puerta, en lugar de introducir la llave directamente espero algunos segundos, con los ojos cerrados trato de afinar mis oídos. Por supuesto, nunca oigo nada significativo.

ㅡ Llegas tarde, ¿no? ㅡ Me reclama Héctor nada más abrir la puerta, de pie y de brazos cruzados, como si llevara plantado ahí todo el día.

ㅡ Lo siento. He perdido el primer bus. ㅡ Respondo, antes de bostezar. Me imagino que su enfado se deberá a la cena. La verdad es que no tengo mucha hambre pero comeré un poco. Después de la semana que le he dado, con mis lloros y mi cara larga, no se merece un desplante. ㅡ ¿Qué has preparado?