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29 de Abril. 2014
53 8. Residencia Zaslav. Torre Baró, Barcelona.


|02:28h|

~Enna

ㅡ Su excitable amigo también asume que guardo bajo llave a Lee. En esta casa. Temo que ambos se hayan dejado llevar por la intriga de demasiadas ficciones cinematográficas. Pero lamento ser yo el que tenga que destruir sus esperanzas. Él no se encuentra en esta casa.

ㅡ ¿Dónde está?

ㅡ Lamento que, no me hallo en disposición de contestar. Entienda que esa información es muy valiosa para mí, ¡incluso ha procurado un encuentro entre nosotros! No quisiera desprenderme de ella con tanta facilidad.

ㅡ ¿Qué quiere?

ㅡ ¡Oh, me conmueve su implicación en este asunto! No se andará con pasos débiles, ¿verdad? ㅡ hace una pausa, esperando a que responda, pero solo consigue avivar la desesperación en mis ojos. La angustia que siento me asfixia, me mata. ㅡ Dígame, Enna. ¿Hasta dónde podría llegar, para encontrar a su amado Lee?

Su expresión de suficiencia me insta, como si tratara de hacerme creer que no sabe lo que voy a responderle. Su cinismo me molesta más de lo que puedo comprender.

ㅡ Hasta el final.ㅡ sostengo sin dudarlo. Sabiendo que me estoy condenado ante él.

La sonrisa se amplía en su rostro. Le acabo de demostrar su influencia sobre mí, que no tengo nada que ofrecer y que sólo puedo perder en esto, pero no me importa. Quiero saberlo. Necesito completar esa parte de mi vida.

ㅡ Sabía que no iba a decepcionarme. Es usted tal como Lee la describió. ㅡ Mis nervios se colapsan y agarro la navaja con la mano cuando acentúa su expresión de complacencia. ㅡ Creo que, es justo que haga algo por mí, a cambio de la información que busca, digamos; un favor inocente a cambio de una respuesta merecida. Quisiera ser una ayuda para usted. A demás estoy convencido de que Lee, se sentirá feliz de volver a verla.

ㅡ ¿Qué quiere que haga?

Se empeña en hallarme con sus ojos grises sin ningún reparo mientras encamina sus pasos por la habitación. Mi tensión sube a medida que sus pasos avanzan, separándose de mí. Finalmente decide sentarse en un sofá. Sobre el mueble hay una botella ya empezada de Moskovskaya. Él se sirve un trago.

ㅡ Verá, últimamente he tenido algunos, desacuerdos, con uno de mis socios. Un tipejo inservible llamado Fernando Casares. Guarda en su poder ciertos documentos que son de vital importancia para mí y, quisiera recuperarlos. Se hospeda en mi hotel, en una de las suites de la última planta. Temo que no recuerdo exactamente cuál pero, confío en que usted lo resolverá. Estoy seguro de que no tendrá el menor inconveniente en llevar con él a una dama tan adorable como usted.




29 de Abril. 2014
50633 Hotel Zaslav plaza. Barcelona.


|22:45h|

La música que se oye a través de las puertas acristaladas permite acercar a sus invitados, tienta con promesas de una noche satisfactoria. Es un piano desafinado que ofrece réplicas baratas de piezas de Schubert, mas ninguno de los presentes en la fiesta parece notar su mediocridad. Me presento en un salón basto, cercado de paredes blancas que brillan por su simplismo, nada las ornamenta más que algunas lucecillas doradas que se reparten tímidamente por las esquinas. Al fondo una tarima modesta en la que los músicos hacen lo que pueden por animar, dentro de lo debidamente permitido, el ambiente cargado de tanto hastío. Y a la izquierda una barra extensa que derrocha alcohol, tal vez el único refugio que guarece del tedio de esas charlas insulsas.

PVERTΔS CEЯЯΛDΔS _Donde viven las historias. Descúbrelo ahora