εl mυя qυε εls sεραrα

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5 de Mayo. 2014
08034 Hospital privado CIMA,
Barcelona.


|10:08h|

~Jimin

Tal vez sea el este pesado olor, o tal vez resulte por la estrechez de ese cubículo, que mis nervios se han agrupado sobre mi cabeza. Nunca me han gustado los ascensores, pero el tiempo me apremia. Cuando llego a la segunda planta y veo a Iván en el pasillo no consigo adivinar si la situación es favorable o desafortunada, claro que, tal como había predicho, acoge mi llegada con un gran gesto de desaprobación.

ㅡ No debería estar permitida la entrada al hospital de aquellos que no albergan razón para acudir. ㅡ Me regaña antes de que abra la boca para saludarle.

ㅡ ¿Qué esperabas que hiciera si no consigo localizarte en tu despacho? Tu secretaria me dijo que estabas en el hospital.

ㅡ Concretamente desde las seis y veinticinco de esta mañana. ㅡ dice con una sonrisa amarga en los labios. ㅡ Mi querido hermano y su falta de cortesía, ya sabes. Ni siquiera es capaz de respetar los horarios de sueño ordinarios.

ㅡ No digas eso. Sabes que no es culpa suya. ㅡ Contesto tratando de calmar su mal carácter, sabiendo que sin duda se debe al estrés. Me acerco a la habitación para ver a Maksim y ahí lo encuentro, reposando en la cama con los ojos cerrados. Me asombra que pueda descansar así, como si durmiera profundamente ajeno a la cantidad de sudor que cubre su rostro. Incluso empiezo a sentirme sofocado solo de verle. Por ello me acerco hasta él y saco mi pañuelo de seda del bolsillo. Lo humedezco ligeramente en un cuenco que hallo sobre la mesilla y procuro tener cuidado mientras refresco su cara.

ㅡ No es necesario que te ocupes de él, las enfermeras tienen el deber de encargarse de esas labores. ㅡ Me reclama ingresando en la habitación.

ㅡ ¿Qué le ha pasado?

ㅡ Accidente cardiovascular. Temo que no esperaban usar tanto tiempo en estabilizarlo.

ㅡ ¿Pero está bien?

ㅡ Le darán el alta antes de que termine la jornada, si a eso quieres llegar, Jimin. ㅡ Concluye sin el menor atisbo de preocupación en su mirada de lobo ártico. Por más que trato de descifrar en sus ojos grises, no sé hasta qué punto exacto es capaz de llegar su frialdad en este asunto.

ㅡ Tu hermano está aguantando mucho, Vania. Si yo estuviera en tu lugar, trataría de hablarle. No puedes prever si mañana habrá sido demasiado tarde para arreglar las cosas.

ㅡ Aquel caballero que ose luchar contra la naturaleza invicta de la muerte resultará vencido antes o después. Además temo que no soy el único presa de su orgullo. Si mal no recuerdo Jimin, también debes cuentas a alguien, ¿no es así? ㅡ Me recuerda con cierto halo de satisfacción, que consigue molestarme.

Su móvil emite un sonido insistente entonces, y él se aleja para contestar. Decido ser prudente y tragarme mis ansias de contestarle, pues soy consciente de que mi último comentario ha sido más que impertinente.

Me preocupo de seguir con mi labor mientras él atiende su llamada. Maksim parece algo mejor ahora, a pesar de sus ojeras y el tono blanquecino de su piel cadavérica, algo me dice que está más aliviado. De su hermano en cambio, no puedo decir lo mismo. Por su tono de voz creo que no está especialmente cómodo con su interlocutor.

ㅡ Me temo que mi jornada está enteramente comprometida, amigo.ㅡ contesta sin asomo de implicación en sus palabras, dejando más que clara la espesor de su fastidio. Sea quien sea, no es santo de su devoción.

PVERTΔS CEЯЯΛDΔS _Donde viven las historias. Descúbrelo ahora