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30 de Abril. 2014
50633 Hotel Zaslav plaza. Barcelona.


|00:06h|

~Enna

ㅡ Por favor no. Por favor, ahora no puedo.

ㅡ Escúchame, ¡oye! ㅡ exige tirando de mi brazo con fuerza, hastiado ya de gritarme porque no he parado de caminar desde que hemos salido del hotel. Intento deshacerme de él pero no me suelta. Me gira para que le mire a la cara y me sujeta con ambos brazos. ㅡ¿Es que no entiendes que no puedo dejar que te vayas así?! ¡Necesitas que te vea un médico!

ㅡ ¡No necesito nada, por favor, aléjate de mí! ㅡ ladro golpeando su pecho, pero no quiere dejarme en paz.

Grito por ayuda y me revuelvo contra él pero no consigo nada. Parece mentira que no haya nadie por la calle, aún que sea solo por cotillear. Con el espectáculo que estamos dando.

ㅡ ¡Intento ayudarte!¡Para de gritar de una vez! ㅡ insiste bastante cabreado.

ㅡ ¡Si lo que quieres es ayudarme, déjame en paz! ¡Suéltame!

ㅡ De acuerdo.ㅡ Asevera su agarre en mis brazos, tanto que empieza a hacerme daño. Me arrastra por la acera repentinamente y me lleva hacia una esquina. Mi espalda rebota contra la pared. ㅡ Escúchame bien, no estoy para esto. ㅡ Sus ojos arden en furia. ㅡ He intentado ser cordial pero mi paciencia tiene un límite y tú has conseguido pasarlo hace diez minutos.

La rabia hace que me hierva la sangre. Mi mano va directa a su cara, pero a penas rozo su mejilla cuando él vuelve a estamparme el brazo contra la pared fría.

ㅡ Vuelve a intentar algo así y te prometo que será la última vez que uses la mano.

Estoy hiperventilando. Tengo calor, la cabeza me da vueltas y no puedo calmarme. He cubierto mi cupo de disgustos por una noche, me siento derrotada y siento un asco monstruoso que oprime mi garganta. Estoy a punto de llorar otra vez, pero hago lo posible por reírme aunque me cueste.

ㅡ Sois dos hijos de puta... ㅡ entono tratando de liberarme de mi frustración. Él no se sorprende. Su rostro sigue siendo severo, pero cambia cuando mi risa empieza a crecer. Ahora me mira confuso. De repente me hace mucha gracia la situación y dejo de llorar. ㅡ¿Dices que te llamas Jimin? Es muy adecuado para un perro faldero...

Sus ojos se oscurecen. Tanto que parece que en cualquier momento va a soltarme una bofetada. Pero el miedo no me quita la risa.

ㅡ Vas a venir conmigo y vas a portarte como una niña buena. ㅡ dice cogiéndome de la nuca para que sienta su aliento sobre mi oreja y acto seguido se aparta y me empuja hacia la acera. ㅡ Ahora camina.

Su mano no me hace daño pero ejerce la suficiente presión para que siga su ritmo. Sé que intentar salir corriendo no es una opción. Estamos cerca del hotel. Estos tacones me están matando, tengo frío y cada vez me siento más nerviosa, pero sus empujones se dinamizan.

Este chico me desconcierta como un espectro desdibujado en las rocas de un desierto árido. Por sus cambios de humor parece inestable, pero antes, en la habitación del hotel ha mantenido la cabeza fría. No sé muy bien qué pensar de él.

Hace que me detenga al lado de un coche coupé negro con los cristales tintados. Se adelanta para abrir la puerta y tira de mi brazo. ㅡ Entra en el coche.

Me niego pero él empuja detrás de mí. Me apoyo en la puerta y me resisto como puedo, pero él tiene fuerza y consigue meterme dentro.

Esta situación me tiene desorientada por completo. Perdida en mitad de un bosque negro y frondoso poblado de espinas. Hay muchas cosas que no comprendo. Zaslav me ha enviado a buscar algo que podía conseguir sin mí. Ha mandado a este chico para que se lo trajera. Un chico que conocía a Casares. Que sabía en qué habitación estaba y tenía una tarjeta para abrir la puerta. Sabía lo que tenía que buscar y dónde encontrarlo.

PVERTΔS CEЯЯΛDΔS _Donde viven las historias. Descúbrelo ahora