Deep End • Seventeen

Where can I go

La suave brisa del mar relajaba a Seungcheol, le gustaba estar en aquel lugar lo hacía pensar mejor y aunque no quisiera a su mente volvía todo eso que había vivido solo hacía semanas, y aunque aquello había sido algo que estuvo fuera de sus planes, le ponía orgulloso saber que gracias a él y su plan todos estaban lejos de la cárcel, claro el padre de Jihoon también había tenido mucho que ver, pero durante todas las horas que estuvieron dentro gracias a él lograron eludir a Haneul.

Aún era incierto su futuro pues el caso podía ser abierto de nuevo en cualquier momento, por eso Seungcheol había ideado una forma de seguirle la pista a todos. Una reunión cada mes en el café donde trabajaba Mingyu, no podían verlos a todos juntos por lo cual solo podrían estar unos minutos en aquel lugar hasta que los trece estuvieran juntos. Realmente los únicos que le preocupaban eran Joshua y Seungkwan, porque sabía que ellos eran los débiles del grupo y por ellos podían perderlo todo.

—¿Hablaste con los demás?—la mirada de Seungcheol se centro de Jeonghan.—¿aceptaron?

—Todos estarán presentes.—respondió el mayor volviendo su vista al mar.—mis planes siempre salen bien, así que no debemos preocuparnos.

—Te estás confiando demasiado Choi, no sabemos hasta qué punto el arreglo del padre de Jihoon nos pueda proteger y conocemos lo inestables que son Hong y Boo.—Jeonghan parecía agotado.—no creo que podamos seguir mintiendo más.

—¿Te estas rindiendo?—por un momento la tensión había bajado entre ambos.

—No, pero presiento que todo esto terminará muy mal para nosotros, ¿qué somos ahora? ¿Los avengers? No.—el chico castaño movía la arena debajo de él con su pie.—somos un par de trastornados jugando a ser los buenos de la historia.

—Pensé que no sentías nada.—el mayor se burlaba el otro para que dejara de pensar que saldrían las cosas mal.—¿seguro que estás diagnosticado?

—Tú no aprendes Choi, esto es demasiado serio, tu estás creyendo que esto es juego, pero la realidad es que si nos equivocamos en algo esos chicos irán a la cárcel por encubrir a un asesino y nosotros incluidos.—Jeonghan suspiraba una vez más.—no es justo.

—La vida misma no es justa, pero no puedes traicionarnos no en este momento.—Seungcheol regresaba su mirada a Jeonghan.—eso también acabaría con todos nosotros.

Sin saberlo todos ahora eran parte de algo que no sabían si podrían controlar, el error de uno podía afectar al otro y era demasiado difícil empezar a vivir con ese problema, cada segundo que pasaba era un más cerca de la cárcel a la que inevitablemente irían.

—Deja de pensar tanto, yo cuidaré de todos.—el mayor ocupaba que el otro chico volviera a confiar en su plan pues era lo único que tenía.—lo logramos una vez, de nuevo lo haremos.

Jeonghan quería creer en aquellas palabras y aunque se mentía a sí mismo diciéndose que con la gran mente de Seungcheol lograrían superar aquello, otra parte le gritaba que todo saldrían terriblemente mal.

—No me preocupo por mi, hay chicos en este grupo que de verdad son buenos.—dijo el castaño esperando el Choi lo entendiera.

—Si algo llegará a pasar, me culparé.—afirmó Seungcheol.

Aquello era demasiado, pero era lo que Jeonghan ocupaba escuchar, necesitaba demasiado tener una salvaguarda y no le interesaba mucho que Seungcheol se culpara pues había sido su plan desde el inicio.

—Debemos regresar.—el mayor muro una última vez el mar, deseando regresar pronto para encontrar tranquilidad en su mente.—puedo dejarte en tu casa.

—Espero que cuando llegue el momento de verdad hagas lo que acabas de decir.—dijo Jeonghan mientras caminaba hacia el auto del otro.

El mayor sabía bien que a Jeonghan poco le importaba que él fuera a la cárcel, pero jamás se imaginó estar en la necesidad de tener que ponerse en peligro para que le creyeran, aunque sí todo salía tan bien como esperaba jamás tendría que ir a la cárcel.

Sin saberlo ellos aún eran vigilados, seguían sus pasos muy cerca, esperando a que se equivocaran en lo más mínimo para hacerlos caer y ella se encargaría de ponerlos al borde del límite. Haneul había sido derrotada por un par de chicos y no lo dejaría así, no cuando sabía la verdad.

—Todos ustedes caerán.—Haneul seguía con la vista a ambos chicos.—empezando por ti Choi Seungcheol.