Capítulo 37.

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Rebecca's POV

Después de un largo día, por fin, llegué a casa. Era consciente de que la situación con Axel era tensa. Le enseñé la habitación de invitados, la cual tenía baño y podía usarlo para darse una ducha. Mientras tanto, yo también me estaba dando una ducha de agua fría. Lo necesitaba. Necesitaba aclarar mis ideas.

"Confío en ti. Es en los demás en quien no confío. Por eso, si pasa algo, espero que no sea demasiado tarde para poder ayudarte, angelito."

Sus palabras no paraban de dar vueltas por mi cabeza. Axel tenía razón y yo, en el fondo, lo sabía. ¿Y si ocurre algo? ¿Y si es demasiado tarde para ayudarme?

No sabía como iba a actuar, pero tenía que idear un plan y no podía hacerlo sola. Víctor me había revelado la identidad del Halcón y lo único que quería ahora era ir y conseguir su cabeza. Me arrebató a mi madre y lo iba a pagar muy caro.

Por otra parte, estaba Damien. No me había mentido respecto al juicio de mi padre. Me había avisado de que algo muy malo iba a pasar, ¿y si era verdad y no le quedó más remedio que entregar a mi padre? ¿y si realmente no era un traidor? Necesitaba verle y aclarar las dudas que tenía respecto a él de una vez por todas, pero sabía que no podía acudir sola. Axel era mi mejor opción y si quería que me acompañara iba a tener que ser totalmente sincera con él.

Salí de mi habitación y me dirigí a la habitación de invitados. Dudé unos segundos antes de llamar a la puerta, pero finalmente me decidí.

Un Axel recién salido de la ducha me abrió la puerta. Solo llevaba una toalla alrededor de su cintura. No sabía por qué, pero me había puesto nerviosa.

Alzó una ceja al ver que no tomaba la palabra.

—Eh... Esto... puedo volver más tarde.

Axel esbozó una amplia sonrisa.—Después de todo, ¿te sigues poniendo nerviosa?

—No.

—Ya lo veo.—Se acercó un poco más a mi y estaba segura de que podía notar mi nerviosismo. Estaba convencida de que estaba disfrutando.

—Es la verdad.

—También veo que sigues sin saber mentirme.

En esos momentos me odiaba a mi misma por estar haciendo el ridículo de esa forma. Nunca me había pasado eso hasta que lo conocí a él.

—Tengo que decirte algo importante. Cuando te cambies, estaré en mi habitación.—Conseguí decir del tirón.

Asintió y cerró la puerta sin decir una palabra. La situación era entre extraña y tensa. Axel sabía que le estaba ocultando algo y eso estaba influyendo negativamente en nosotros.

No sabía por dónde empezar. No sabía cómo decirle que sabía quién se encontraba detrás del Halcón. Quería hacerle pagar por todo el daño que nos había causado, pero también sabía que tenía que actuar con cabeza. Debía pensar en mi padre, ¿debía decírselo a él también?

No llegué a responderme porque unos golpes en la puerta me sobresaltaron. Le dije que pasara.

Mi habitación era lo suficientemente grande como para tener un rincón con un sofá acogedor. Axel se sentó a mi lado y esperó a que yo tomara la palabra.

Estaba nerviosa. Demasiado. Pero contarle la verdad era la única forma de que confiara en mí.

—La razón por la cual te estoy ocultando información es porque no quiero ponerte en peligro.—Intentó cortarme, pero le hice un gesto con la mano para que me dejara terminar.—Ya sabes como funciona este mundo. Cuanta menos información tengas, más seguro estarás. En el juicio, sospecho que no sólo querían matarme a mí. También a Víctor porque poseía información muy valiosa.

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