Capítulo 13.

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Rebecca's POV

Éramos nueve contra una, así que la balanza no estaba equilibrada, pero no para mi, sino para ellos. Si querían matarme, iban a necesitar un equipo entero.

Miré el reloj de mi muñeca y marcaban las 0:03 así que, esperé la señal y en cuanto desapareció el punto rojo de mi pecho, aquellos hombres se dieron cuenta de que algo iba mal.

—¡No te he dado la orden de...—Intentó comunicarse por el pinganillo, pero le di una patada y un puñetazo a la vez que sacaba una de las pistolas que tenía en el muslo. Se desestabilizó y cayó al suelo unos segundos. Los cuales fueron suficientes para eliminar a dos de los tes matones que salían de la oscuridad con un tiro limpio en la frente.

Pegué un tiro al suelo, muy cerca de él, para evitar que se levantará. Esquivé un tiro y me acerqué al otro matón que quedaba mientras los otros cinco llegaban a nuestro encuentro. Le di un golpe con la pistola en la cabeza y aprovechando que se había quedado conmocionado, le quite la pistola y me la guardé. Lo cogí como rehén y me dirigí a los otros cinco, quienes estaban pegando tiros a diestro y siniestro. Eso era bueno, porque el hombre del pasamontañas, seguía en el suelo, cubriéndose la cabeza con las manos para evitar recibir un balazo. Cobarde–pensé.

Me acerqué a ellos llevando al matón como escudo. Disparé dos tiros limpios a la cabeza y cayeron desplomados. Los otros dos que quedaban, comenzaron a disparar como locos, así que tuve que cubrirme con el matón, el cual cayó muerto al suelo a causa de los disparos.

Divisé un contenedor, así que corrí hasta él para poder cubrirme. Los hombres seguían disparando. Tiré la pistola la cual se me había quedado sin balas y con la otra disparé sin cesar a la vez que sacaba una de las dagas. La lancé contra el matón que más cerca estaba y se la clavé de lleno en el corazón. Salí de detrás del contenedor y esquivé los disparos del último matón. Disparé hasta quedar cara a cara con él. Me lanzó un puñetazo, pero me agaché para esquivarlo. Le di una patada y cayó al suelo. Una vez allí, lo rematé con un tiro en la cabeza.

Levanté la vista y vi que el hombre del pasamontañas estaba intentando huir. Disparé dos veces en su dirección y corrí detrás de él.

—No tan rápido.—Dije una vez que lo alcancé.

Disparó hacia mi, pero conseguí esquivarlos.—¿Cómo es posible...?—El hombre no entendía nada. No entendía cómo podía estar ilesa.

Saqué la otra pistola y le apunté con ambas.—Tira el arma al suelo y aléjala con el pie.—Amenacé. El hombre hizo caso inmediatamente porque sabía que si no lo hacía, el siguiente en morir iba a ser él.

—Quítate el pasamontañas.—Dije con tono autoritario.

El hombre negó con la cabeza.

Le disparé en la pierna.—Quítate el pasamontañas o el próximo te lo pego en la cabeza.

Se notaba como a aquel hombre le costaba tragar saliva y tras unos segundos que me parecieron eternos confirmé lo que ya me esperaba.

—¡Joder!—Maldije.—¡Lo sabía!—Debajo del pasamontañas no se escondía nadie más que otro simple matón.

El matón se taponó la herida con él.—Me has dado pero bien.

—Relájate que tiene orificio de salida, no te vas a morir.—Cambié completamente el tono de voz.—Ahora escúchame bien porque estas palabras son las que vas a repetir a tus jefes.—Le atravesé con la mirada.—Estáis muertos.—Dije lentamente.

El hombre asintió y desapareció en la oscuridad. Saqué un cigarrillo y lo encendí. El Ángel de la Muerte estaba de vuelta.

Axel's POV

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