Narrador externo
Rebecca sabía que el tiempo se le había echado encima y que era cuestión de segundos que el resto de los miembros bajaran a aquella sala, por lo que no le quedó más remedio que salir por donde había entrado.
Volvió sobre sus pasos y salió por la puerta trasera. Tuvo que dar la vuelta para entrar por la entrada principal, pero no había rastro de su equipo.
—Rebecca, tienes que salir de ahí ¡ahora!—Gritó Jax.—Se dirigen al sótano.
—Estoy fuera.—Los tranquilizó.
Se escucharon suspirar de alivio a todos los miembros del equipo.
—¿Dónde estas, hija?
—Dando la vuelta. En seguida os alcanzo y terminamos con esto.
Rebecca tenía muchas cosas en la cabeza. Entre ellas, no llegar tarde. Sabía que nueve miembros eran demasiados, pero no imposible. No sería la primera vez que se enfrentaba a sus adversarios siendo minoría.
Se dirigió al jardín y pudo ver tres cuerpos inertes justo en la entrada. Sonrió para sus adentros. Iba por buen camino.
Entró a la casa y solo estaban las luces de emergencia encendidas. Probó a encender un interruptor, pero no consiguió resultados. Habían sido inteligentes. Dentro de casa reinaba el silencio y no tenía ni idea de hacia dónde podían haber ido.
Subió las escaleras para ir al piso de arriba. Seguro que se habían dividido.
Rebecca comprobó que aún tenía balas en el cargador y se dispuso a entrar en la primera habitación sigilosamente. Había perdido la ventaja puesto que a oscuras era más difícil moverse en un sitio que no conocía como la palma de su mano.
Abrió la puerta con cautela y entró. Su vista aun estaba acostumbrándose a la negrura. No se escuchaba un solo ruido en la habitación, ni siquiera en los alrededores. Comprobó que no había nadie y se dirigió a la siguiente habitación. Jax no era de gran ayuda ahora porque habían desactivado el sistema de vigilancia y no podía decirnos dónde se encontraban exactamente, así que la única opción era comprobar una por una las diferentes habitaciones.
Se dispuso a entrar en la siguiente habitación, pero se paró antes de entrar porque escuchó un ruido apenas perceptible. Se lo pensó unos segundos, pero entró decidida.
—¿Quién...?—Pero no le dio tiempo a terminar la frase. Rebecca fue mucho más rápida que él. Lo cogió por el cuello y se lo partió. Con cuidado, lo dejó en el suelo haciendo el menor ruido posible y salió.
Sabía que no iba a estar segura en ninguna de las habitaciones así que, la única manera de ganar la batalla era ir hasta la sala de vigilancia. El sistema había sido desactivado y la única forma de activarlo y de ver donde estaban era desde aquella sala.
Se movió por las instalaciones lo más sigilosa posible hasta que llegó a la sala. Rebecca sabía que era extraño no esuchar ni un solo ruido, pero ahora solo quedaban ocho. No sabía si iba a haber alguien, pero tenía que prepararse.
Las cámaras estaban encendidas y Rebecca frunció el ceño. No estaba sola. Había alguien en la habitación.
Cuando quiso darse cuenta, alguien la había agarrado por el brazo y la inmovilizó en un movimiento muy rápido. Intentó soltarse, pero el agarre era demasiado fuerte. Para su sorpresa, la soltó al instante.
—Rebecca... ¿Estás bien?
—Axel...—Soltó un suspiro pesado al saber que era él.—Sí. He tenido que salir de ahí. ¿Tú como estás? ¿Dónde está mi padre?
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BESTIA
RomanceES INDEPENDIENTE DE LOS ANTERIORES. La bestia interior se apodera de ti cuando el humano ya no puede escapar. A los ojos de todo el mundo la belleza es algo increíble y que no todos pueden poseer. Sin embargo, no es real: es una máscara que oculta...