Cabos suseltos

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Mirtsa, Josias y yo acabamos de llegar al aeropuerto, mamá está histérica enviando mensajes y desviando llamadas.

Ni bien nos vio pidió que apagaramos nuestros celulares y se lo entregaramos, cada acción más sospechosa que la otra. Pero no discuto, porque sé que lo único que va a pasar es que me voy a acercar a una verdad que no quiero escuchar.

Antonio como llegó, se fue, estoy segura que mamá ya le dio instrucciones, y quién sabe que es lo que hará. ¿En verdad mi familia está metida en cosas turbias? Ahora no me caben dudas.

Al fin mamá guarda su celular y nos mira a los tres, viene caminando con premura y nos reúne en un abrazo mientras las lágrimas caen.

—¿Qué sucede mamá?—pregunta Josias acurrucadose en medio de las tres, llorando también y sin tener idea del por qué.

—A papá lo detuvieron, porque creen que hicieron cosas malas...

—¿Y si no las hizo por qué nos vamos?—pregunta Mirtsa sacándome la palabra de la boca.

Mamá nos suelta, acomoda el cabello de mi hermana tras su oreja y le ofrece una mirada tierna, lo cual es raro, nunca vi ese gesto en mamá, cariño, amor, comprensión.

—Por recurrieron a un arresto preventivo, podría durar años, y si nos quedamos, nos quitaran todo, todo el esfuerzo de tu padre puesto en la constructora, congelado, y no dejaremos que la gente corrupta se quede con eso.

>>No vamos a dejar que el esfuerzo de papá se pierda.

Las palabras de mamá se metieron en mi como agujas, definitivamente siento que no va bien, que miente y que hay algo más detrás de todo lo que dice, sin embargo, puedo reconocer que no es el momento de hacer reclamos o tirarla al frente, se supone que debo velar por mis hermanos antes que nada.

Por otro lado en verdad no quiero ver a mi padre como culpable, siento, que no lo es, o al menos quiero creer que no lo es. Me aferro a los pocos recuerdos cariñosos que tengo con él, y analizo cada detalle de esos momentos, y juro que no veo maldad alguna en sus actos. ¿Si las acusaciones son ciertas, no debería ver algo de esto en él?

Aunque mamá diga que no, siento que algo de verdad hay en en todo el actuar de la policía, porque en verdad no creo que Alanis se haya tomado años para tomar evidencias y finalmente ser inocentes los De la Sierra.

La cabeza me empieza a doler, y ya me empieza a incomodar el hecho de que no puedo escribir ahora a Paola para explicarle que me voy y que no podré estar en la fiesta de Asier, que no puedo enviar un mensaje a Zelaia y a Aron para preguntarles cómo han tomado la noticia los niños y Gladys.

Me molesta profundamente que no pueda vengarme de Federico y Giorgio, la fiesta de Asier iba a ser genial gracias a ese detalle. Y no que decir, me duele, aunque esté enojada con Asier, no poder despedirme bien de él, o de Renan.

<<Eire>>

Recuerdo los besos de mi querido jardinero y la tristeza comienza a asechar.

—¿Por qué no esperamos más tiempo?—se me escapa la pregunta mientras miro al suelo.

Mamá se me acerca, pone sus manos sobre mis hombros, levanto mi cabeza para verla, y ahora está seria, no dice nada, solo queda callada mirándome, analizando mis ojos.

—Porque mucho de esto es tu culpa Gala—mi corazón se volvió de pluma, y comenzó a latir con rapidez—, si nos quedamos un segundo más de lo planeado, no podremos salir del país, nuestras cuentas serán congeladas, y la familia de tu amiguito Maluf, habrá conseguido lo que quería—susurra para que mis hermanos no escuchen.

—¿Qué?—Pregunto aferrandome a la cuerda de mi mochila.

Mamá abre la boca para decirme algo, sus ojos están cargados de odio, pero el llamado desesperado de la voz de Eire interrumpe lo que iba a decir.

Mis piernas tiemblan, ¿Cómo es que mamá sabe de Asier? ¿Acaso fue su familia quien hizo esto? ¿Asier me mintió y habían pruebas?

—Eire—Saluda mamá y me extraña que sepa el nombre del jardinero.

—Señora De la Sierra—Eire llega con cuatro maletas las cuales las baja en el suelo, mi madre ni se molesta en agarrarlas, simplemente quita de su cartera su billetera y le entrega un cheque al muchacho—. Entrégaselo a tu madre, dile que cuide bien de mis trabajadores, cuando logre hacer las trasferencias en mis cuentas en el exterior me encargaré de enviarle el dinero de los siguientes meses, en cuanto a la casa, ya hablé con Antonio y dejé dispensas para 3 meses aproximadamente, sus salarios se les acreditará puntualmente como siempre... por fa, cuida mucho de mis flores.

—Lo haré señora—Eire ni siquiera me mira, él presta toda la atención a mi madre, como si le rindiera homenaje, como si fuera su más grande fan.

—Bien, muchas gracias por traerme las maletas, estaré en contacto contigo y tu madre para coordinar algunas cositas.

—Estaremos atentos, jefe.

—Nos vemos niño... —Mamá voltea a vernos, yo sigo pendiente de Eire y él ahora de mi, en sus ojos veo algo de culpa, algo de dolor y tristeza—¡Vamos a hacer el check in para ir a zona de abordaje chicos!

Mamá comienza a caminar, mis hermanos la siguen, pero yo sigo apretando la correa de mi mochila mirando a Eire quien no ha despegado sus ojos de mi, de repente la claridad se aproxima a mi mente y las ganas de dejar de ser confianzuda y estúpida se me hacen más y más grandes.

—Tú le dijiste a mamá lo de Asier...

Eire no contesta, sólo tiene sus ojos en mí, la rabia me sube de los pies a la cabeza, y no puedo entender cómo pudo traicionarme así.

—Debía hacerlo Gala, si no lo hacía, es seguro que ahora no se estarían yendo lejos del caos.

—Tú sabes algo más...—Aprieto mis labios cuando la voz de mamá me llama, la ignoro—. Habla, ¿Mi padre es realmente lo que dicen que es?

—No...—dice sin titubear—, Gala, te puedo asegurar que tu madre no es lo que dicen que es, y que tarde o temprano saldrá libre. Confía en mí, tú. solo abre tus alas, ve y vuela alto, todo esto se va a solucionar.

La frustración y el dolor se llevaban mi corazón, no podía creer que él, mi amor, estuviera ocultando cosas importantes como esas, pero lo peor no puedo creer que haya caído con la confianza plena que le tenía.

—Me pides que confíe en ti...—Digo entre dientes—¿Para que vuelvas a usar en mi contra? te dije que yo se lo diría a mis padres lo de Asier, pero tú corriste a decírselo a mi madre, y para más te atreves a decirme que "vuele alto" ¿Con qué putas alas si acabas de hacer que pierda la confianza en todo? Nunca, pero nunca te atrevas a volver a hablarme, por que te juro que lo único que tendrás de mí, será odio, Eire.

—¡Gala, espera!—suena desesperado, dolido y destrozado... que se imagine cómo me siento yo.

Camino en dirección a embarque, no me inmuto en el llamado de Eire quién comenzó a seguirme, pero me metí tan rápido a la zona de check in, que no le dio tiempo de alcanzarme.

Miro por última vez al chico que me trae loca, pero con sabor a traición, con la certeza de que él sabe mucho más de lo que dice y de que aquí hay un gran secreto que revelar, me hago la promesa de descubrir lo que hay bajo esta nube de misterios, por sobre todo... más que decidida que voy a atar los cabos sueltos que acaban de dejar ante mi. 

Harta de las alas (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora