A la Luz

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Eire 19:06

—Hay un problema

De la Sierra 19:07

—Habla rápido

Eire 19:07

—Los Maluf están metiendo narices, creo que Gala sospecha sobre su negocio

De la Sierra 19:07

—Imposible, los Maluf ni saben cuál es mi negocio.

Eire 19:07

—Por lo que oí, tiene razón, pero hay una acusación, sobre desvío de fondos de un colegio

De la Sierra 19:08

—Yo no tengo nada que ver allí

Eire 19:08

—Lo supuse, pero debía de ponerle al tanto, están haciendo que Gala investigue.

De la Sierra 19:10

—Aunque pensándolo bien, quizás y es una buena oportunidad para que pueda continuar... Por otro lado ¿Cómo ha ido la venta esta semana?

Eire 19:10

—Sin la competencia, el territorio ha dejado buenas ganancias.

De la Sierra 19:11

—Genial, manda saludos a tu madre y dile que siga así, por cierto, habla con Juan, sus ventas han bajado, necesito reportes.

Eire 19:11

—Ok, se lo diré.

De la Sierra 19:12

—¿Algo más Eire? ¿Quieres que adelante algún pago?

Eire 19:12

—No, no, gracias, por suerte no ha faltado comida en la casa y hemos podido terminar de construir la habitación para mis hermanos, gracias por preguntar, ya me encargo yo de hablar con Juan... nos vemos.

De la Sierra 19:12

—Nos vemos, gracias y hazme el favor de vigilar bien a Gala

Eire 19:12

—No se preocupe, justo eso es lo que haré.

Guardo el celular mientras mi mano comienza a temblar. Escondido entre los parrales, enciendo un cigarrillo, veo el panorama muy oscuro para mi, y para lo que tengamos en frente.

Desde la llegada de los Maluf al pais la tensión se llenó en el ambiente de la empresa paralela a De la Sierra, tuvimos que hacer hasta lo imposible para evitar que se infiltraran en las zonas donde comercializamos, pero lo más importante que se enteren qué es lo que realmente se hace aquí. 

Ellos han sido enemigos comerciales, en ambos territorios, en lo empresarial con su petrolera y en esto otro, con sus distribuidores. 

Trabajan muy diferente a nosotros, son más obvios y visibles, y también más agresivos, a diferencia de nosotros. 

En estos lugares la batalla es más silenciosa, más elegante, menos sangrienta, pero igual de dura que en los barrios bajos.

La etiqueta que nos caracteriza es el silencio absoluto, la manipulación y el tráfico de influencias... es increíble lo que se logra cuando ya hay mucho dinero de por medio, cuando solo toca dejar el recado, cuando el trabajo es recoger las ganancias y anunciar los puntos de entrega.

Escondidos, disfrazados muchos de ellos como si fueran simples albañiles en medio de obras gigantes, proveedores que entregan la cal y la arena como si eso fuera todo su trabajo, una red demasiado organizada, demasiado sigilosa, pero no perfecta.

<<Esto no es lo que debería pasar>>

Se supone que trabajo para De la Sierra, como simple jardinero, pero un día, cuando estaba hablando con Antonio de cosas que en ese momento no comprendía me miró, observó mi complexión, preguntó sobre mi familia, sobre mis necesidades, sobre mi hambre.

Ese día pidió hablar con mi madre, ofreció un trato justo, lo único que ella debía hacer era recibir a los suyos, darles una cama en caso de que necesite, comida si tienen hambre y juntar sus reportes cuando ya no puedan cargar con lo suyo.

Desde allí, nunca faltó el pan sobre la mesa, mi madre se hizo de un pequeño copetín, en donde recibe a los trabajadores.

Un año después entendí el negocio y me ofrecieron el extra, lo único que debía hacer, era reclutar a vendedores, a chicos como yo, mostrarles como podían mejorar sus vidas, siendo parte de la "Familia que da de comer" es así como nos conocen en los escondrijos.

La mayoría de las veces, el trabajo real es contratar a otras personas que hagan de carnada, para desviar lo que realmente estamos haciendo.

Miles y miles de kg de cocaina escondidos en materiales de construcción, nadie los ve, porque simplemente somos impecables, trabajamos como equipo, como hormigas, que juntan sus cuerpos para atravesar el agua.

Este iba a ser mi ultimo año de infiltrado dentro de la casa, pues me infiltrarian a las ligas mayores, me pondrían a estudiar, no lo que yo quería que es gastronomía, pero iba a estudiar al fin, y terminaría dentro de la distribuidora de la constructora.

De la Sierra trabaja tan bien, que sólo los que conocemos los secretos a fondo estamos al tanto de la gran máscara del negocio, porque para la vista de hasta su propia pareja, esto no es más que una de las más grandes constructoras de Latino America.

Si Gala supiera lo que en verdad hacen en ese lugar, estoy seguro que quedaría destrozada, o si tan solo supierra que yo soy uno de los más grandes confidentes del negocio.

Por eso, no puedo dejar que Maluf continué con su investigación, si bien es verdad que él tampoco tiene conocimiento de lo que hace su familia, es momento de que lo sepa, y lo voy a detener cueste lo que cueste.

Apago el cigarro, lo tiro al suelo, lo piso con algo de desprecio, tomo el móvil y marco al número.

—¿Hola?

—Asier ¿Cómo estás? Nada más llamaba para confirmar si aún quieres que cocine en tu fiesta.

—¡Oh! Eire ¡Claro! pero sabes, creo que Gala no vendrá... y honestamente no sé si quiera festejar mi cumpleaños así.

—¿Estan peleados?

—Algo así...

—No te preocupes, la voy a convencer de estar allí...

—¡Oh! me encantaría ver como convences a la terca—su tono parece engreído y eso me molesta, porque quiere hacerme entender que no conozco tanto a la chica—, pero, mira, si lo consigues, hacemos la fiesta como debe ser este fin de semana, y de paso, le hacemos la despedida ¿Te parece?

—¡Por supuesto! ¡Nos vemos Asier!—Cuelgo la llamada con rabia, recordando el momento en que besó a Gala, pero se supone que él no sabe de eso.

Miro arriba al cielo, esperando que alguna señal caiga sabre mi, algo que me diga que lo que estoy haciendo no está mal, que al final del día aún tendré la oportunidad e quedarme con la chica, o al menos que no la perderé de la peor forma.

Saco otro cigarrillo, lo prendo, guardo el encendedor y mientras me dejo caer a la terrible idea de que lo pierdo todo, en especial las caricias y el fuego de la chica que me tiene loco.

Si De la Sierra se entera que me he envuelto cn su hija, estoy seguro que me quedo en la calle, sin embargo, eso sería soportable, versus, un panorama en donde Gala, descubre lo que realmente hago con mi vida.

Solo espero, que Gala se haya ido, cuando el lío salga a la luz. 

Harta de las alas (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora