Honesta

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—Lo siento Federico, pero la verdad es que no te creo, la señorita De la Sierra tiene un historial impecable, así que... creo que esto está de más.

Al escuchar las palabras de la profesora guía la verdad me indigné, y me indigné tanto que me puse de pié, Asier me estaba mirando, y creo que estaba rogando que me quede callada, pero no, no puedo hacerlo. 

—Disculpe profesora Alanis, yo entiendo, que cueste crees a Federico, por sobre todo, porque sabemos que el chico carece de intelecto...

—Ten cuidado De la Sierra—Federico amenaza, pero lo ignoro, más cuando veo que Asier lo tiene vigilado, eso sí me incomoda. 

—Pero Federico no miente, intenté golpearlo, hay varios testigos incluyendo al jardinero y Asier, el chico nuevo quién me sostuvo para que no le rompiera la boca a Federico, por que Giorgio terminó corriendo...

>> El punto, señorita Alanis, es ¿Por qué lo hice? porque el señor Federico, consideró que me pondría en el mapa haciendo Alusión a que este año tengo pechos... hizo un gesto ofensivo y me alteró.

—Lo ve, eso es salvajismo, por una simple broma la chica se alteró—Habla Giorgio mirando a Alanis quién está con la boca semi abierta mirándome. 

—Entonces lo amenazaste...

—Sí...

—Y te tiraste sobre su rostro...

—Sí, pero Asier me detuvo... antes de golpearlo.

—Gala, sabes lo que significa tu confesión ¿Verdad?

Alanis queda mirandome esperando a que dijera algo más, pero yo sólo muevo mi cabeza para afirmar de que soy consciente, y la verdad a estas alturas ya no me importa la suspensión.

—Tendré que llamar a tu madre...

Federico y Giorgio comenzaron a reir, ambos saben que implica el hecho de que me suspendan, mis puntos del año irán abajo y es probable que no salga mejor alumna este año, sería un golpe para mi madre, pero no para mi, sé lo que valgo. 

—Señorita Alanis—Habla Asier—.Creo que seré un poco sincerisida en este momento, pero creo que debería llamar a los encargados de los 4, Federico y Giorgio, fueron indiscretos, para no mencionar que también fueron vulgares, frente a toda la secundaria, quizás frente a padres que llegaban ante la institución...

—Asier, tienes razón, los 4 irán a suspensión...no, mejor a voluntariado... no quiero empezar restando creditos a mi mejor alumna, y a ustedes les viene bien faltar a clases y no quiero darles ese placer...—la jefa de disciplinas se pone de pie, y nos ofrece una mirada severa—.Van a hacer el voluntariado en la escuela que apadrinamos, por 6 sábados, iran a dar clases.

—¿Qué?—Federico y Giorgio se indignan ante semejante castigo, a mi por el contrario me parece una idea genial, por supuesto que mi madre y mi padre van a infartar de igual manera, pero en verdad estoy feliz por que no voy a ir a las estupidas clases de piano por 4 semanas. 

—Señorita Alanis, le pido lo que sea, menos eso, si me pone por 4 sábados... mis padres no me dejarán salir los fines de semana, y...—Federico queda en silencio cuando la maestra levanta la mano y le hace un gesto para hacerle entender de que a ella le da igual si sale o no sale de fiestas el chico.

— Ustedes vinieron con el lío... y ya lo hemos resuelto, así que, a su clase, que ya no quiero oir absolutamente nada sobre este pleito. 

Trago fuerte al ver que Federico y Giorgio me miran con rabia, pero los ignoro, me volteo como para salir de la oficina de Alanis, hasta que ella me llama de nuevo, al igual que a Asier.

Harta de las alas (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora