Culpable

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—Bien, explícame cómo se supone que tus padres no te van a castigar más porque vine a tu casa a escondidas Gala, tus hermanos pueden contarles —Asier se ve nervioso mientras entra a la casa.

—Primero, mis hermanos van a callar, están en lo suyo, y obviamente portandose mal, siempre nos cubrimos, y segundo... nos vamos a ir al fondo, a la casa de servicio, donde viven Lisenda y Antonio.

—Lo dices como si fueras de excursión ¿Nunca fuiste a ver dónde viven los de servicio en tu casa Gala?

Río sonoramente mientras lo hago subir las escaleras tras mío y lo llevo hasta la puerta de mi habitación, el reloj de a las 17:00 y con eso el sonido de libertad, pues estas serán las 24:00 qué más disfrutaré.

Asier se queda congelado ante mi cuarto, como si hubiese visto un fantasma, por lo que tuve que estirarle de las manos.

—Este es... tu cuarto, yo, no deberia, yo...

—¡Ay por Dios señor Asier! Mi cuarto  no es un templo.

—Mmmm okok, es solo qué, no es, uffff —Su rostro se tiñó de rojo al verme sentar en mi cama—Si tus padres se enteran que estuve aquí y para más en tu cuarto  ¿Qué crees que va a pasar?

—Seguro te cuelgan en el patio... ¡Ay Asier basta de Paranoias!

Asier intenta relajarse y camina hasta mi, para sentarse en la alfombra a los pies de mi cama.

Los dos quedamos viéndonos desde el espejo que ds frente a nosotros, con ese acto, ahora soy yo quién se ruboriza, mis ojos estaban sobre los ojos azules de Asier quien me esbozo una leve sonrisa, haciendo parecer tierno y sexy a la vez.

—Mi mañana fue horrible—Suelto al fin—Sé que te prometí Açai y una tarde divertida, pero necesito contarte algunas cosas.

Me bajé de la cama y me senté a su lado, Asier me vio, como si estuviese hechizado, y la verdad es que yo también lo vi así.

—Sabes que estoy para eso, para que me cuentes todo, no solo lo bueno, al menos, eso es ser un amigo.

—Entiéndeme, esto es nuevo para mi... pero voy aprendiendo.

—Un poco mal, porque estamos encontrándonos a escondidas de tus padres, pero aprendiendo al fin.

Le di un pequeño golpe con mi puño sobre su hombro para que ambos nos hecharamos a reir.

—Hoy por la mañana, me sentí super expuesta, por primera vez y cai en la cuenta de que vivo en una gran y horrible burbuja, enfrenté a mis padres, por que quieren volver a tenerme de muñeca de porcelana y ¿Sabes qué es lo peor? Que me dijeron que el día que me case y salga de esta casa, podré hacer lo que se me antoje.

>>¡Ese es el pensamiento más retrograda y machista que escuché en esta casa!

>>Y juro que yo creía que esas cosas ya no existian, y mira nada más en que joyita de familia vine a parar ¿Qué les pasa?

—Supongo que quieren protegerte, Gala, que te ven como un ángel, con las alas frágiles, y solo te quieren pavimentar el camino.

—No, eso no tiene justificación...¿O crees que sí? ¿Reflejo la imagen de alguien que necesite que la cuiden?

Asier se encoge de hombros y me sonrie, de nuevo lo volví a pegar en el hombro esta vez con más fuerza.

—Hoy tumbe a Giorgio de un solo golpe, yo creo que no necesito de nadie...

—El problema Gala, es que la vida no se soluciona a Golpes, y es eso lo que te falta aprender  a parete de vivir más la calle, la vida real, conocer personas, y no estar en esa burbuja que sabes que te rodea.

Por un momento ambos nos quedamos viendo directo a los ojos, y mi interior se hizo como mantequilla, no podía comprender porqué, pero estaba nerviosa, ida, perdida en sus ojos.

—Es por eso... —Dije poniendome de pie de una. —Que esta tarde vamos a ir a la casa de servicio, quiero conocer primero, a la gente que me rodea, y resulta que hoy es el cumpleaños de Antonio, así que pasaremos bien...

Asier me observa, como intentando decir algo, pero lleva su mano a su cabello, se pone de pié y me asegura moviendo la cabeza de que he elegido un buen camino, y me alegro por ello.

—¿Tendré mi Açai no?

—¡Oh! Claro, está en la cocina, vamos por él, ¿Quieres ver alguna película?antes de ir, es que creo que es muy temprano.

—Y ¿Si jugamos algo en el patio? Baloncesto?

—Yo no sé jugar...

—¿Por qué crees que te estoy invitado a hacerlo?

—¿Y no te sientes culpable por usar mis debilidades a tu favor?

—Ni un poquito, a decir verdad.

Él me toma de la mano, para que juntos salgamos de la habitación, había algo en su tono, parecia mentira, y que mi pregunta lo hubiese afectado de alguna manera, pero, creo que sólo estoy reflejando la culpa mía por hacer algo indevido a escondidas de mis padres.

Cuando llegamos a la cocina, Lisenda y Sara, la cocinera, están preparando la merienda a mis hermanos quienes están más concentrados en sus móviles,  que se supone, no deberían tener,  porque también están castigados.

—Ya le tengo listo el Açai—Dice Sara poniendo ambos vasos sobre la isla, en eso Lisenda coloca el frasco de leche en polvo delante de Asier.

—Oh, gracias—Dice sorprendido.

Lisenda y Sara solo sonrien y continúan con lo suyo.

—¿Ustedes no comen açai?—pregunta Asier a mis hermanos quienes de inmediato bajan sus moviles y miran de forma extraña al chico.

—No—Dicen al mismo tiempo.

—¿Y no les apetece ir a jugar al baloncesto luego de la merienda?

—¿Jugar?—Pregunta Josias mirando ya con más curiosidad a mi invitado.

—Sí,  en el patio, en su cancha, o sea, tienen una cancha...

—Es solo para presumirle a las visitas—Contesta Mirsa riendo, pero de buen humor, lo que se me hace extraño.

— ¿Y no les apetece aprender?

Mis hermanos se miran, luego me miran a mi, y finalmente con una gran sonrisa, les sale un Sí de sus labios, la verdad es que seria genial vivir nuevas experiencias.

—¡Acabas de hacer un milagro!— Asegura Lisenda—Ninguno hace ejercicio y mira nada más que los vas hacer jugar.

— Disfrutemos de eso entonces... pero acaben su merienda primero.

Yo no paro de sonreír, la verdad es que siento que Asier realmente se preocupa por nosotros, que de verdad es un chico lleno de luz y buenas intenciones.

No puedo estar más agradecida con la vida que en este momento, porque por primera vez siento que yo puedo reír, compartir, sentir a la vida, tener a alguien genial a mi lado, y creer en algo más que simplemente en que los lujos lo son todo.

Quiero a Asier, lo quiero tanto, que en verdad creo que su persona me irradia paz y esperanza, como esas que nunca antes habia tenido.

Harta de las alas (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora