Veinte

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Alejandra:

Dios, no puedo con esto.

-¡Ashton largo de aquí!  -Grité hacia el chico, ya llevaba alrrededor de media hora molestandome sin dejarme concentrar en como sería el vestido de novia de mi hermana.

-Pero Bebé estamos solos -Ronroneó en mi oído.

-No me digas bebé, no estamos solos, estoy con mis sobrinos hijos de Brad mientras su madre se encarga de las cosas para la bida de mi hermana, la cual está donde su esposo, mientras que yo estoy tratando de hacerle el puto vestido mientras tu estas molestandome -Dije rápidamente, me estoy enojado, y no han pasado ni cinco minutos, soy igual de enojona que mi madre.

-Uy está bien pero luego vamos a por algo de comer -Le ignoré, no quería escucharle.

Mientras el decía cosas que yo no escuchaba ni entendía, empezé a seguir dibujando el boceto que tenía.

-Amor... Los pequeños se despertaron -Escuché decir a Ashton, giré mi cabeza como solía hacerlo cada vez que alguien me molestaba. -Dios... ¡Es el exorcista! -Chilló asustado, yo le miré extrañada, es un estúpido.

-Cállate Ashton -Me levanté, fuí a la habitación donde solamente Anthony estaba haciendo pucheros, lo tomé en brazos y empezé a meserlo y al fin se quedaba tranquilo, lo apoyé en mi hombro y empezé a sobar su espalda para que sacará eruptos si es que tenía.

-Dejamelo a mi tu no sabes -Ashton me sacó al pequeño.

-Ashton no... -Era tarde, él ya tenía la mueca de asco en su rostro viéndo con asco su camiseta llena de vómito, tomé a Anthony en mis brazos mientras mordía mi labio inferior tratando de no reír.

Acosté al pequeño, después de limpiarlo obviamente, y cuando me dí la vuelta no ví a Ashton, me encogí de hombros y luego volví a la sala para seguir con el diseño.

Pasé por el baño y escuché un quejido.

-Dios que asco -Me volví a morder el labio para ni reír pero no pude al volver a recordar lo que habia pasado minutos antes.

Dí la carcajada de mi vida y empezé a reír, si, soy mala, pero solo con Ashton, la puerta se abrió y el chico solo estaba en boxérs mirándome con el ceño fruncido.

Me tapé la boca y me dí la vuelta dispuesta a irme pero sus manos me tomaron de la cintura y me tiraron a la pieza de invitados donde yo dormía.

Me empezó a hacer cosquillas y mis risas aumentaron, no podía respirar y núnca habia reido tanto.

-Me encantas cuando ries -Murmuró dejando de hacerme cosquillas, él me tenía entre la cama y su cuerpo -¿Por qué nunca te ries?, tu risa es hermosa -Acarició mi rostro y mis mejillas se encendieron.

-Tu no me conoces Ashton -Susurré mirándole a los ojos.

-Me gustaría -Se empezó a acercar.

-No, no... -Negué y lo alejé de mí, me acerqué a la puerta.

-¿Por qué no me quieres?... -No respondí, no estana segura si no lo quería o si lo hacia -Yo no soy de Hierro, algun día me cansaré de éste jueguito y seguiré de luchar por tí, llevo más de un año tratando de que me quieras y nada, ¿¡Por qué!?  -Solo lo miraba mientras me decía eso, aunque no fuera tanto, sabia que él tenía razón en lo poco dicho.

-Solo... Deja de intentar -Dije, él me miró con las cejas levantadas y la mirada dolida.

-Bueno... Si es lo que quieres, me iré, no te molestaré más.  -Sin mirarme pasó por mi lado y salió de la habitación, luego de unos minutos escuché la puerta cerrarse.

Como criarlos (#2 LNG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora