Capítulo 30 Continuidad.

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1 año después.

El estrés me consume, el trabajo se ha multiplicado y en parte estoy feliz por ello pero a veces siento que es demasiado para mí, me quito los lentes para acariciar el puente de mi nariz.

-¿Te encuentras bien?

-Sí, solo estoy cansado...- Y estar sentado no sirve.

-Tal vez podrías dejar que yo me encargue de las cosas.

-Aun no sabes cómo hacerlo- Deja escapar un gruñido –Estas aprendiendo.

-Quizás si me dejaras hacerlo aprendería más rápido- Su voz se escucha tan cerca, percibo sus manos en mis piernas, luego como toma asiento en ellas, inmediatamente sujeto su cintura para sostenerla contra mí.

-Lo estás haciendo bien- Arrebata mis lentes de mi mano, estoy por reclamar pero ella me los coloca, es cuando puedo apreciarla completamente –Marinette te aseguro que aún no debes preocuparte por ello.

-No me parece correcto que hagas todo el trabajo- Sus manos pasan por mis hombros uniéndose detrás de mi cuello.

-No lo hago, solo me encargo del papeleo- Deja escapar una risa –Lo harás cuando sea prudente.

-Siempre dices eso- Ahora soy yo quien dejo salir una carcajada.

-Te enseñaría más seguido pero a veces desapareces- Intento sonar la más normal posible.

-No desaparezco- Discute –Solo me pierdes de vista un momento- Si ella lo dice.

-Aun puedo ver bien- Con los lentes claro –Y te escapas muchas veces.

-¿Estas insinuando algo?

-No- Contesto enseguida –Sea lo que sea que hagas, te apoyo y es por eso que aún me sigo encargando de todo.

-Gracias- Me atrae hacia ella, juntando mis labios a los suyos, no pierdo un solo instante para responderle.

Me besa con intensidad, la obligo a separar sus labios, mi lengua roza la suya entrando en ella; explorando sin temor, saboreándola con avidez y pasión, ella responde con la misma energía robándome el aliento.

Esto hubiese continuado más pero su celular incesante comienza a sonar, ella misma me empuja lejos; espero pacientemente mientras toma su celular para revisarlo, de pronto se levanta por lo que aparto mis manos.

-Olvide que tenía algo que hacer...- Aquí vamos –Debo irme, volveré en cuanto pueda.

-Marinette...

-Deberás lo siento pero es una emergencia y...

-Marinette...

-Sabes que a veces olvido mencionar compromisos que tengo pendientes pero te prometo que es una emergencia...- ¿Me dejara hablar?

-Marinette- Finalmente me deja hablar, me levanto, posicionándome frente de ella –No llegues muy tarde- Depósito un corto beso en sus labios.

-¡Gracias!- Tan pronto como pronuncia aquella frase se va corriendo de ahí.

Ni siquiera escucho el sonido de la puerta principal, debería ser más cuidadosa.

Nunca lo fue conmigo desde que esto comenzó, me dio aquella oportunidad que tanto le rogué, fue algo extraño para ambos, para suerte mia tuvimos el apoyo inmediato de Alix quien era hasta el momento la única que lo sabía.

Lo más raro de todo fue lo fácil que conectamos, en especial yo; aunque lo más sorprendente de todo fue lo mucho que parecía conocerla, y como terminamos juntos fue más sencillo de lo que pareciera, todo fluyó de manera tan natural que ambos no lográbamos entenderlo, pero no importaba.

𝐼𝑚𝑝𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 [𝐺𝑎𝑏𝑟𝑖𝑛𝑒𝑡𝑡𝑒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora