Capítulo 11 Exaltación

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Los labios de Marinette han dejado de estar helados como en un principio pero continúan igual de dulces, no quisiera separarme de sus labios jamás pero por desgracia la falta de aliento hace esto más complicado.

Deposito un último beso en sus dulces labios antes de separarme centímetros de ella, abro mis ojos para obsérvala mejor, ambos respiramos con necesidad; ella aun sostiene mi mano y lo único que hago es dar una leve caricia a su mejilla.

-No me molesta estar contigo... me encantaría ver el futuro que tendrás en la moda- Intento romper la tensión.

-No creo poder tener un futuro muy grande en eso- El efecto contrario, se desanimó.

-¿Por qué dirías eso? Ya presentaste algo de tu creación ahora solo debes subir.

-Lo sé pero según Audrey aun me falta demasiado camino y quiere ayudarme pero la condición es que vaya con ella a New York y no puedo irme...

-Es tu gran oportunidad Marinette, oportunidades así no siempre se presentan- Si tan solo yo tuviera algo así, desde luego que aceptaría.

-Aquí está toda mi vida, mi familia, amigos, sé que podre hacer todo desde aquí- Claro, ella tiene a que quedarse a diferencia de mi –Y ahora estas tú.

-Eres demasiado buena, no dudes que triunfaras- Ánimos es lo único que podría ofrecer –Un día serás de las más grandes diseñadoras de París.

-Tienes mucha fe en mi- Ahora sus mejillas vuelven a estar sonrojadas –Pienso que podrías ayudarme.

-Solo reconozco el talento cuando lo veo y no sé cómo podría ayudarte.

-Se necesita mucho carácter para este tipo de cosas, tienes de sobra- ¿Fue un halago? –Creo que podrías ayudarme con ello.

-Claro... solo asegúrate de triunfar ¿Si? Así podre verte donde sea que este- Y aunque no la recuerde al menos espero verlo...

~º~

Me costó un rato darme cuenta que íbamos a la casa de Marinette, después de todo ella no tiene idea de donde vivo y tengo que arreglar las cosas con el maestro Fu; una vez que llegamos a su casa ella me dirige a la puerta a un lado de la panadería.

-Por favor arregla ese asunto con tu abuelo.

-Lo hare, ya no me escapare más- Suelta mi mano pero vuelvo a sostenerla –Marinette...

-¿Qué pasa?- Me acerco a ella aun sosteniendo su mano, me observa tan fijamente, lo único que hago es dar un corto besos en sus labios.

-Gracias- Ella me sonríe mientras sus mejillas se ponen rojas –Te veré pronto.

Solo asiente, abre su puerta y entra ahí, observo por unos segundos antes de comenzar a irme también.

-Gabriel ¿Qué es todo lo que hiciste?

-Plaga ¿Podrías regañarme luego? Ahora tengo que arreglar las cosas con el maestro- Decirle otra vez todo...

-De acuerdo.

Durante el camino pienso en que debo decirle pero las cosas nunca salen como planeó, mejor dejare que todo fluya, perfecto ¿No? Cuando entro a la casa lo busco enseguida donde siempre.Apenas entro y observo al maestro sentado, tomando su té, tomo asiento justo enfrente de él esperando que diga algo.

-Gabriel ¿Has logrado calmarte?- Asiento -¿Tienes algo que decirme?

-Tengo que confesarle una cosa- Él me observa, esperando –Las veces que me he escapado han sido para ver a una persona...

𝐼𝑚𝑝𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 [𝐺𝑎𝑏𝑟𝑖𝑛𝑒𝑡𝑡𝑒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora