Never say Never (Trillizos Styles x Louis)

Epílogo

Luego de dos semanas desde que cada uno tomó sus propios trabajos por fin se mudarían juntos, sus familias estaban encantadas con aquella desición puesto que así todos tendrían más privacidad. Los trillizos Styles habían pasado algunos meses remodelando la casa para hacerla más hogareña, incluso habían pensando en todo por si en un futuro venía un bebé, la casa era adecuada para un bebé, la adaptaron también para los tigres y si querían más mascotas.

Dos camiones se detuvieron frente a la casa, Edward se apresuró a abrir las puertas y de ella bajaron sus dos bebés de dos años. Los hombres que conducían se alarmaron al ver que los animales no llevaban alguna cadena, Zafiro y Zeus rugieron al salir moviendo sus largas colas.

- Entren a la casa, hermosos - ordenó Edward sobando sus cabezas, los tigres ronronearon y obedecieron entrando por la puerta principal. Los camiones se retiraron después de bajar muchas (demasiadas) maletas y Edward entró a la casa llevando consigo las maletas, Louis llegaría en cualquier momento y apenas estaban entrando sus pertenencias.

- Esta casa es gigante - dijo Harry recostado en el sofá.

- Lo es, ahora que somos una familia entre más grande la casa es mejor - Respondió Edward.

Marcel sintió deacuerdo mientras revisaba su laptop.

El timbre de la casa sonó y Harry corrió a abrir la puerta de inmediato y allí estaba Louis con una sudadera más grande que él y una pequeña maleta en su mano. - Hazzy.

- Bebé, déjame ayudarte - sonrió tomando la maleta.

- No pesa nada - soltó una suave risita.

Un rugido se escuchó y pronto unas pisadas, eran ambos tigres que corrieron desde el jardín a recibir a Louis, siempre hacían eso y se lanzaban al pequeño cuerpo del ojiazul sin cuidado alguno. Solo que esta vez un grito asustó a todos.

- ¡No! - gritó Louis tapando con sus bracitos su vientre.

Los tigres se detuvieron de inmediato antes de lanzarse sobre él, se acercaron lentamente y lamieron a Louis dando pequeños ronroneos parecidos a los de unos gatos, unos gatos muy grandes.

Marcel levantó una de sus cejas mirando a sus hermanos de forma interrogativa.

- ¿Que pasó amor? - preguntó Edward - ¿te duele algo?

- N-No, es solo que Zafiro y Zeus han crecido mucho y temí por mi vida, lo siento - rió bajito.

Marcel frunció el seño tratando de atar los cabos sueltos sin embargo no encontró nada, por el momento, no se daría por vencido tan fácilmente.

- Iremos por las maletas, amor - dijo Harry tirando la mano de ambos gemelos casi botandolos.

Louis frunció el seño asintiendo confundido, se sentó en el sofá y los tigres se subieron junto a él.

- Ahora viviremos juntos, hermosos  - dijo sonriendo acariciando sus orejas.

Mientras tanto fuera de la casa los trillizos se debatían que era lo que le pasaba a Louis, las últimas semanas estaba extraño, se enojaba por todo, lloraba sin razón y vomitaba casi todo.

- Está embarazado - dijo Marcel luego de pensar todo con más claridad.

- Seremos padres... wow - dijo Harry con los ojos muy abiertos.

- Eso es... hermoso - continuó Edward.

- Pero él nos tiene que decir, no le insinuemos nada, es su desición y tenemos que respetarla. - Habló Marcel serio.

- ¿Un empujoncito? - preguntó Harry.

- No - dijeron Edward y Marcel al mismo tiempo.

Comenzaron a entrar las maletas ante la antena mirada del ojiazul quien solo estaba en el sofá con los dos grandes animales. Louis abostezo removiendose en el sofá, sentía sus ojos pesados y su cuerpo muy cansado.