Prólogo

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Bum bum

Sus manos golpeaban rítmicamente sus muslos tratando de mantener un compás para alejar sus pensamientos de una vez, pues el rubio trataba de que el tiempo pasara lo más rápido posible, pero como siempre... éste parecía ir más lento.

Solo quería confirmar si sus teorías eran ciertas, prontamente entraría a la universidad y se sentía un completo tonto ante una suposición del que hacía casi cuatro años había sido su crush, pero llevaba un año sin ver.

Ya fuera de su curso y dirigiéndose a la salida, ignoró por completo a su amigo Yoongi el cual solo rodó los ojos al ya saber lo que su amigo haría.
Buscó su tarjeta para el metro, el cual lo dejaba cerca de su casa, pero ese día dejó simplemente que éste pasara y esperó pacientemente al segundo.

Casi cuarenta minutos y suspiró notando como del metro no bajaba el rostro que deseaba ver, sus hombros decayeron y prosiguió a subirse al famoso transporte, pero ya no era tan emocionante. Posiblemente su vista el día anterior le había fallado.

Pues el día anterior, jueves, Jimin perdió su metro y tomó el segundo del medio día, siendo arrastrado por las personas al salir, solo pudo ver el perfil de un pelinegro que no rondaba por su cabeza hacía mucho tiempo, podría jurar que sus manos, en ese momento, temblaron y su corazón se agitó ante tanta perfección.

La visión podía fallar pero...

No.

Allí estaba.

A medio de colocarse sus auriculares casi se atraganta cuando un hombre robusto bajó del metro y le dió pase a su vista para notar a un alto pelinegro de más de metro ochenta a unos metros de el.

Unos metros? Estaba literalmente a un metro y medio con un libro de contaduría en sus manos, vestido con unos pantalones de vestir algo justos negros, zapatos relucientes negros, una camisa blanca perfectamente planchada bajo un suéter beige, toda esa sencillez compartida por su algo largo cabello negro chocolate y unas gafas que se ajustaban a su nariz.

Podría estar muerto ante tan bello alfa, pero lo que más lo llamaba era esa aura que lo rodeaba por completo, lo sentía como todo un hombre planificador con una tranquila vida y... Jimin era lo contrario claramente, el rubio estaba con su blusa para dormir y unos pantalones sueltos ya que ese día había llegado tarde a sus clases como siempre, sus notas no resaltaban y muchas veces le llamaban la atención por andar de chismoso con Yoongi.

Pero Jungkook no, recordaba que hacía dos años el pelinegro estaba en su último año de secundaría, éste había estado todos esos años como el primero en los porcentajes, hasta en los deportes, siempre llegaba temprano y el rubio no recordaba haberlo visto en detención alguna vez, porque si, a sus 18 años Jungkook tenía sobre el la mirada de muchos alumnos, incluyendo a Jimin.

Alejó esos pensamientos del pasado y suspiró temblorosamente tratando de mentalizarse que podía simplemente acercarse y hablarle con una buena intención, pero su omega revoltoso y sus hormonas alteradas no podrían ante tanta presión, de eso estaba seguro.

Por lo que bufó haciéndose pequeño en el asiento y miró disimuladamente como el alfa no demostraba ningún tipo de mueca ante lo que estaba leyendo.

El metro empezó a disminuir la velocidad y su ritmo cardíaco se alteró al ver como el pelinegro cerraba su libro y acomodaba el bolso de cuero envuelto en su pecho.

En un arranque de esperanzas y poca voluntad se levantó rápidamente para poder entablar una pequeña conversación pero todo se vió perdido cuando una chica se posicionó desinteresadamente entre ambos y un mohin adornó los labios de Jimin, el cual bajó su vista y sus ojos chocaron con una papel blanco perfectamente doblado, rápidamente lo tomó ante la curiosidad y al abrirlo alzó una ceja.

"Jeon Jungkook".

Leyó rápidamente una palabras algo raras escritas, al parecer un permiso para una clase, sonrió ante su oportunidad de hablarle por primera vez.

Pero toda felicidad fué nuevamente arrebatada cuando al caminar dos pasos las puertas del metro volvieron a cerrarse en sus narices, dándole una triste vista de la espalda de Jungkook alejarse.

— Pero...

Suspiró derrotado y frunció el ceño ante las cosas que decían la supuesta carta, algo contradictoria por la poca información que el tenía sobre Jungkook.

— Bueno... quién soy yo para juzgar? Nadie.

Guardó la hoja y suspiró pensando nuevamente en el lindo alfa con pocos aires de superioridad que parecía ponerse cada vez más bonito con los años.

Mala suerte para el omega ser tan curioso.

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*se retira lentamente*...

(El resto de caps tienen ésta letra xd).

Baby's Crush 과즙 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora