Bien, relaja los músculos. Piensa en arcoíris y unicornios. Piensa en mariposas y cosas bonitas. No puede ser tan difícil asistir al primer día de clases luego de las vacaciones navideñas. Al duende, ese día es terrible, más aún si todos se darán cuenta de que en las vacaciones recibiste un increíble regalo de navidad, aclarando, un humano. Y, por si fuera poco, nadie sabe que ahora estamos juntos. Ya me puedo imaginar los rostros de todos, en especial de nuestros amigos.
Al duende la confianza en uno mismo, al duende que papá me enseñara a decir "duende" en lugar de "demonio", como lo haría cualquier adolescente normal.
EN-FÓ-CA-TE.
Concéntrate en ti misma. No soy una tonta, y no pretendo serlo. Reconozco que soy bonita, inteligente y quizás, un tanto, bueno exageradamente simpática.
Pero es que Taehyung es, como he pensado tantas veces, de los favoritos de Dios. Y ser de esos le da tantas ventajas.
Bueno, no voy a fingir que soy fea. Porque absolutamente nadie debería considerarse de ese modo, todos somos hermosos de maneras tan diferentes y extraordinarias. Y sé que a Taehyung le encanta mi rostro, sobretodo mis ojos y mis labios.
Lo aterrador es que todos nos vean y vayan a susurras e inventar historias.
La escuela comienza mañana, en la segunda semana de enero. La última semana ha sido como vivir en un mundo falso, alejados de las responsabilidades educativas, alejados de los chismes.—Lisa —se levanta de la silla de su escritorio y se sienta a mi lado en la cama —. ¿En qué planeta estás ahora? Sunny, ¿en qué planeta supones que está Lisa?
—Yo digo que está en Marte, porque está un poquito roja —suelta ella con una paleta en la boca, coloreando a una princesa.
—Ya ves, hasta Sunny lo sabe —coloca su mano sobre la mía—. Ya te dije que no estés nerviosa por mañana, solo es otro día normal.
—No lo es, porque ahora somos... —me callo, aún si poder creerlo del todo.
—Somos timón y Pumbaa —dice él, sonriendo.
—Timón y Pumbra eran solo amigos —mi mirada le indica que está muy perdido.
—Entonces somos Romeo y Julieta.
—Ellos murieron, Tae.
—¿Heathcliff y Catherine? —pregunta temeroso.
—Ella se casa con otro y luego muere —le digo exasperada hasta querer golpearlo por no saber de ninguna novela romántica con un final feliz.
—Perdóname, lo mío no es la lectura romántica —se lleva un mano a la nuca avergonzado, un gesto muy típico de él. Veo los libros de su habitación, todos de suspenso o ficción.
—Ya me lo figuro —sin embargo, es el chico más tierno y caballeroso del mundo.
—Seamos Timón y Pumba, me gusta lo de Hakuna matata, ahora mismo te hace falta un poco de eso —expresa apretando mi mano.
Me dedica una sonrisa, y luego comienza a tararear la chistosa canción del Rey León.
Hakuna matata, vive y deja vivir.
Hakuna matata, vive y sé feliz.
Ningún problema debe hacerte sufrir.—De verdad, Lisa. Ningún problema debe hacerte sufrir, yo te cuidaré —me da un beso en la mejilla —. Además, quizás Timón y Pumbaa tenían un romance secreto.
—¡Ay, qué asco! Me vas a arruinar la mente con tus perversidades —le doy un golpe en el pecho, que se siente bien trabajado.
—Estamos en el siglo veintiuno, no deberías despreciar las relaciones homosexuales —me apunta acusador con el dedo.
—No seas tonto. Lo asqueroso sería la relación interespecie —le proporciono otro golpe en el pecho, dejando mi mano allí más tiempo del necesario —. Le vas a arruinar la mente a tu hermana.
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¡Santa, soy Lalisa Manoban!
Teen FictionMis deseos de navidad siempre han sido cumplidos, pero quizás este año he excedido mi lista. Historia original. Está en proceso.