No quiero ir, señor Stark.

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Taehyung y yo quedamos de vernos fuera del instituto. Esto es, si me lo preguntan, un poco vergonzoso. Entrar juntos será extraño, aunque me llena de emoción y adrenalina.

—Bien, ve y estudia —papá me da un beso en la frente ya cuando el auto está frenado —. Ve y presume a tu novio, el que tanto me costo que fuera a nuestra casa en plena navidad.

—¡Papá! Últimamente nadie tiene escrúpulos —abro la puerta del auto.

—Lo siento, pero soy tu padre y me conoces. Hoy te haré tu comida favorita para la cena, estoy levantando la bandera blanca —sonrío y le doy un sonoro beso en la mejilla.

Voy caminando y lo busco con la mirada. Allí está, con las manos en los bolsillos y luciendo como el duende, dicho como adolescente normal "demonio".
Siento la necesidad de correr hasta él y tomarle la mano, pero una escena aquí sería lo último que haría.

—¡Zanahoria! —dice él corriendo hasta mí, levantándome del suelo como si yo no fuese 47 kilogramos de peso—. Vamos, tenemos un nuevo rumor que esparcir.

—No ayudas, no ayudas —le digo golpeando su hombro, pero aferrándome a su cuello, a su aroma, a él.

—Hakuna Matata, ¿recuerdas? —me baja al suelo y su mano despeina mi cabello —. Que no te importe lo que digan, eres la chica más ardiente.

—No soy ardiente, soy Lalisa Manoban —me señalo con frustración.

—Exacto, ¿no sabías de tu apodo? —se hace a mi altura y lo odio, me odio por ser tan baja y cero imponente.

—¿Tengo un apodo? —le alejó el rostro poniendo mi dedo en su frente y haciéndolo hacía atrás.

—Bueno, si te cuento esa historia tendré que contarte el día en que casi peleo con Jackson —su mirada se oscurece —. Pero soy muy educado para las peleas, y no me gusta la violencia. Además, me gusta mi rostro sin cicatrices.

—Cuéntame, por favor —mis palmas se juntan y doy brinquitos.

—Otro día, contártelo sería poner mis sentimientos por ti en mayor evidencia —comienza a caminar rápidamente.

¿Les dije que hago berrinches? Sí, esa soy yo. Me quedó de brazos cruzados detrás de él, esperando que se de cuenta. Cuando lo hace suspira con una sonrisa y viene a mí, toma mi brazo y caminamos.

—Te ves encantadora en ese uniforme —dice bajito cerca de mí —. Estas entre lo tierno y lo sensual, una combinación espléndida.

—¡Cállate! Alguien podría oírte.

—No me importa, si por mí fuera podría gritar a los cuatro vientos que soy novio de Lisa —Taehyung es de los chicos más raros que conozco, porque conmigo parece otra persona. Ante los demás se mantiene un tanto distante, y a mi alrededor es otro.

—No quiero ir, señor Stark —le digo dando varios pasos hacia atrás.

—En realidad es: "No me quiero ir, señor Stark".

—Bueno, me quedé dormida viendo esa película con Jungkook —le confieso para perder el tiempo, y no tener que cruzar esas puertas.

¡Santa, soy Lalisa Manoban!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora