Te prohíbo besarme.

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Me había despertado en el cuarto de invitados, lo que quería decir que en algún momento de la noche Taehyung me había cargado hasta mi habitación. Tenía mensajes de papá desde ayer por la noche, y la sensación de culpabilidad que se asomó en mi corazón no resultó particularmente agradable. Y como si lo invocara, en mi celular aparece su llamada.

—Buenos días, princesa —a través de la llamada puedo escuchar a varias personas hablando, así que probablemente está en alguno de los restaurantes.

—Buenos días. ¿Papá, no es muy temprano para que estés en el trabajo? —mi voz suena a regaño, y solo puedo pensar que es un poco irónico.

—No estás en casa, no hay muchos motivos para quedarme allí. Además, solo yo puedo supervisar mis restaurantes y estar satisfecho con el resultado —escucho que comienza a dar órdenes, y luego regresa al celular —. ¿Te están tratando bien? ¿Te sientes cómoda?

Me levanto de la cama, y una sensación extraña y dolorosa me recorre. Dejo caer mi rostro contra la pared, y luego suspiro cansada.Voy a morir, y Taehyung va a morir conmigo. Yo misma acabaré con su vida por dejarme así.

—Todo está bien, papá —digo después de unos segundos, comenzando a caminar hacia el baño y abriendo la bañera —. Me han tratado genial, me siento a gusto.

Tan a gusto que ayer te pusiste muy cómoda con Taehyung.

Ya basta. Alejo ese pensamiento de mi mente antes de que me genere un ataque de nervios y acabe tomando un vuelo de regreso a casa. Me siento en el lavamanos del enorme del baño.

—De acuerdo, cuídate y llama por la noche para ver que todo esté bien.

—De acuerdo, te quiero.

—Te quiero.

•••

Momentos más tarde estaba lista. Me había bañado para bajar a tomar el desayuno.
Al salir  de la habitación y caminar por los pasillos, comienzo a creer que quizás es demasiado temprano. No hay ningún ruido, así que quizás lo más lógico sería regresar a la habitación y esperar a que todos despierten.
Pero, honestamente, mi estómago no quiere seguir ninguna lógica, así que continuo caminando.
En la cocina encuentro a la madre de Taehyung, sentada en la isla.

—Buenos días, señora Kim —ella levanta la mirada del libro que está leyendo, me sonríe suavemente.

—Buenos días, Lisa —luego me invita a sentarme con ella —. De ahora en adelante, si vuelves a decirme señora Kim me molestaré, dime Mi-suk. Me haces sentir demasiado vieja.

—¿Está segura? Si le soy honesta, siento que le estaría faltando el respeto —respondo sentándome a su lado.

—Bueno, ¿y qué te parece señora Mi-suk? —su hombro choca suavemente contra el mío—. De esa forma no te sentirás tan incómoda, y yo no me sentiré tan vieja.

Se nos escapa una risa, y yo asiento.

—Si la ayuda en algo, creo que podrían confundirla por hermana de Taehyung —ella niega riéndose.

—Tampoco hace falta mentir, Lalisa.

—No estoy mintiendo, lo juro —pero ella niega sin creerme —. Taehyung es muy guapo, y creo que gran parte de eso es gracias a usted. Pero no le diga que dije eso, presumirá lo guapo que es durante semanas.

Quizás no fuese tan cierto, pero Taehyung podría molestarme durante varios días por haberle dicho eso a su madre.

—Bueno, supongo que debo aceptar la mitad del crédito por eso. Pero la realidad es que lo llevé nueve meses dentro de mí, tuve que soportar dolores de espalda y antojos de madruga, y aún así no puedo decir que luzca como yo. Es una copia de su padre cuando era joven —resopla molesta —. Y para que conste, cuando Taehyung te llevó a casa por primera pensé fue que eras una chica hermosa. Tenía mucho sentido que Taehyung hubiese perdido la cabeza los últimos meses.

¡Santa, soy Lalisa Manoban!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora