Pijamada y mentiras.

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Y ahí estaba yo, esperando la llegada de Taehyung y su hermana.
En esta clase de momentos es que comienzas a pensar en todas las personas que te rodean, y lo asombrosas que pueden llegar a ser algunas de ellas. Taehyung es una de esas personas, porque salirse a media película para saber si yo estaba bien es un gesto extraordinario. Aún más si la película realmente le estaba gustando. Y, por si eso no fuera suficiente, planeó venir para acompañarme y protegerme de los posibles demonios que me harían imposible dormir.

Aún no tenía la pijama puesta, porque eso implicaba ir al segundo piso, donde se encuentra mi habitación, pero allí todo está oscuro y tenebroso, así que no subí. Ahora que lo pienso, no debí dejar las luces apagadas cuando me fui al cine. Además, ser una cobarde provocó que me quedará en la sala con todas las luces encendidas, menuda gallina.

Tocaron la puerta de entrada y corrí a abrir, estaba anhelando la llegada de ambos, pues el sol se había ocultado hacia algunos minutos.

—Sunny, te ves preciosa —me agaché para abrazarla bastante fuerte —. Ya te extrañaba.

—Yo también. Pero mi hermano dijo que no podías verme por tenían muchos exámenes —asentí y tomé su mano para llevarla adentro.

—Sunny, la forma correcta de decirlo es: «porque tenían muchos exámenes» —corrigió Taehyung, pero ambas lo ignoramos, continuando con nuestra conversación.

—¿Te gusta mi casa? ¿Estás emocionada por dormir aquí? Tengo mucha comida deliciosa para darte, y podemos ver una película o jugar lo que quieres, aún conservo algunas de mis muñecas —le dije al borde de la euforia, pero ella tenía sus ojitos a penas abiertos, y parecía más en el planeta de los sueños que en el real.

—Lisa, eres tú la que parece más emocionada —él se acercó y me tomó de la mano —. Sin embargo, Sunny no durmió su siesta hoy, así que tan pronto como toque una cama se dormirá —no podía ser, yo había planeado la mejor pijamada de la historia, y ahora Sunny se dormiría.

—Lo entiendo, pero yo que... —justo en ese momento recibí un mensaje de Jisoo, diciendo que vendría tan pronto como le permitieran marcharse de la noche familiar—. Lo que trato de decir es que estaba emocionada por la pijamada, ya había planeado lo que haríamos con Sunny.

—Lisa, haciendo esas expresiones tan tiernas pareces una bebé —alzó su mano y apretó mi mejilla —. Yo no planeo dormir, así que aún podemos hacer lo que planeaste para la pijamada.

¡Qué ingenuo fue! Ahora tendría que someterse a una noche de chicas, planeaba hacerle de todo a su hermoso rostro. Le obligaría a hacerse un lavado facial, le pondría alguna mascarilla, también serum y cremas para hidratar. Aunque no creía que pudiese pintarle las uñas, quizás aquello no fuera de su total agrado. Sonaba perfecto en mi cabeza, tanto así que me desconcentré al imaginármelo.

—Lisa, me estás asustando. ¿Por qué sonríes como si fueras una asesina? —tronó sus dedos en frente de mí.

—No sabes el lío en el que acabas de meterte, pobre e iluso Taehyung —palmee su mejilla y me fui a sentar en el sillón con Sunny.

La pequeña resistía a dormirse, pero era claro que no iba a lograr mantenerse despierta mucho más. Sus ojos lucían agotados, y hablaba muy lento. Decía que no quería perderse la diversión al dormir, así que hablaba conmigo y Taehyung.

¡Santa, soy Lalisa Manoban!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora