Arrodillado ante ti.

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Nota advertencia: Por esto les hice la pregunta, a continuación contenido +18.
Arriba tienen una canción sensual.🌚

—Te haría el amor porque me muero y me moriría por hacértelo — me vuelve a besar cerca del inicio de la blusa —

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—Te haría el amor porque me muero y me moriría por hacértelo — me vuelve a besar cerca del inicio de la blusa —. Desearía que estuviéramos solos.

Podría haberle dicho que tenía razón, debería haber hecho caso al sentido común. Y, sin embargo, lo que hice fue tomar el borde de camisa y acercarlo, sus labios en los míos. Taehyung se sorprende una milésima de segundo por el roce de nuestros labios, no un beso, un simple roce.

—¿Taehyung? —comienzo a decir, una sonrisa se me escapa al percartarme de su sorpresa.

Ante mi sonrisa, él me toma de la barbilla con una de sus manos y me hace mirarlo a centímetros de distancia, su dedo pulgar rozando mi labio inferior. Veo su mandíbula tensarse. Abro los labios un poco ante su toque, su mirada fija en ese movimiento. Acuna mi rostro en ambas manos, inclinándome hacia arriba para besarme. Era diferente, no era un beso tierno ni cuidadoso, como habían sido todos nuestros besos, este se sentía lleno de desesperación. Siento su lengua rozar mis labios, pidiendo permiso y yo se lo permito. Su lengua se encuentra con la mía y la calidez de la sensación me envuelve. Si no estuviera sentada en el escritorio, estoy bastante segura de que me fallarían las rodillas.

Siento sus manos en mi cintura, sujetándome con firmeza y acariciándome, su dedo pulgar haciendo pequeños círculos. Yo me muevo ante ese toque, arqueando mi espalda y dejando de besarlo. Sus manos se mueven a mi espalda baja, y luego a mi trasero, presionándome contra su cuerpo. Siento la presión de él contra mí, una corriente de calor me atraviesa. Mis piernas se entrelazan en su cadera, necesitando más, mucho más de él.

—Maldición, Lisa —le escucho sisear contra mi boca, cuando nuestro cuerpos se rozan allí, incluso a través de la ropa puedo sentirlo.

Su labios dejan los míos, y comienza a besarme desde la mandíbula hasta el hueco del cuello, allí se detiene y siento besos más húmedos. Yo inclinó la cabeza, dejándole más espacio. La respiración de Taehyung ya está agitada, y cada que sus exhalaciones chocan contra mi piel yo me estremezco. Una de mis manos va a su cabello, se siente suave. El toque de su lengua contra mi cuello envía una sensación cálida por todo mi cuerpo, hasta las partes más sensibles, las mismas partes que pulsan con cada movimiento de su cuerpo contra el mío.

Sujeto su cabello entre mis dedos y él deja salir un gemido ronco. Uno de los tirantes de mi blusa se resbala por el movimiento y Taehyung se queda mirando, traga saliva pesadamente para luego subir la mirada a mi rostro.

—Lisa, si no quieres... —dice pausadamente, sé lo que va preguntarme, quiere saber si no deseo continuar con lo que está ocurriendo.

—Cierra la puerta —digo a modo de respuesta, una pequeña sonrisa adorna su rostro, y en cuestión de segundos hace lo dicho y apaga también las luces, dejándonos con la luz de la luna llena entrando por las ventanas—. Estamos lejos de las otras habitaciones, ¿verdad? Nadie va a venir.

¡Santa, soy Lalisa Manoban!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora