Al despertar siento un vacío enorme en mi interior, un vacío que solo puede satisfacerse por medio de la comida. Ayer no cené, y eso siempre hace que al despertar esté muriendo de hambre. En este momento estaría dispuesta a podar el césped con mi boca. Ese fue un nuevo dicho que inventé para uso de los vegetarianos, el original dice que algo así como: «Tengo tanta hambre que podría comerme una vaca». Eso, sí me lo preguntan, es aterrador en más de un sentido, las vacas son animales súper tiernos y decir que te podrías comer una entera me da escalofríos.
Durante toda la mañana Jisoo no menciona absolutamente nada respecto a Namjoon. Se ve mucho más tranquila y desestresada, quizás hice un buen trabajo como mejor amiga. Aconsejar a un amigo siempre es difícil, sobretodo si tienes nula experiencia en el tema, y yo estoy en mi primera relación, lo cual me hace sentir muy insegura como para dar consejos.
—¿Te quedarás hoy también, Jisoo? —pregunta papá sirviéndonos waffles.
Tener un padre que es chef es una inmensa bendición para cualquier ser humano, porque todos necesitamos comer. Quizás podrán decir que no tiene sentido si soy vegetariana, pero cuando tomé la decisión de no sacrificar animales para mi alimentación, papá se inscribió en un curso para aprender platillos que yo pudiese comer. Hace dos años le sugerí que incluyese un menú para vegetarianos en el restaurante, y lo hizo.
—No, señor —responde Jisoo con la boca llena de comida, una costumbre bastante graciosa —. Tengo una reunión con el club de matemáticas.
Yo comienzo a toser con fuerza, esa despiadada pelimorada no me lo contó. Eso hiere mi ego de mejor amiga. Namjoon también es miembro de ese club, así que ella lo verá hoy.
—¿Participarán en la competencia este año? —cuestiona papá.
—No lo sabemos, aún nos hacen falta miembros para poder completar el equipo —ella me da un codazo muy fuerte en las costillas —. Y su hija no acepta unirse.
—Yo soy pésima para las matemáticas —respondo.
—Ajá, lo sé —dice ella —. Pero la competencia no es solo de matemáticas, es de conocimiento general, y eres muy buena en literatura e inglés.
—¿Por qué no te inscribes, Lisa? —susurra papá.
—Los dos saben que mi cerebro no funciona bajo presión, haría el ridículo —era la verdad.
—Lisa, no puedes seguir traumada por eso, han pasado años —sueltan ambos al mismo tiempo.
En segundo grado participé en un concurso de deletreo en inglés, era muy buena y por eso mi mamá me inscribió, pero obviamente fallé rotundamente frente a todos mis compañeros y sus padres. Tuve que soportar burlas durante muchísimo tiempo.
De hecho, gracias a eso conocí a Jisoo, que también falló ese día. No era buena para inglés, pero sí exageradamente competitiva y quería ganar un premio más para su enorme colección. Claramente no lo ganó, pero nos hicimos amigas gracias a nuestra derrota. ¡Vaya manera poco convencional de hacer amigos!—Yo también cometí un error, y no permito que eso me defina —se encoge de hombros, no entiendo a las personas que pueden superar los momentos penosos tan fácilmente.
—No me uniré al equipo, y no cambiaré de parecer bajo ninguna circunstancia —ambos suspiran cansados de mí.
La verdad es que la mayoría de los miembros del equipo son geniales, Jisoo y Namjoon hicieron que el club ganara popularidad en el instituto. En otro tiempo se hubiese creído que solo eran nerds, pero con el estilo, la belleza y la simpatía de ellos dos ahora parece más un club de animadoras que de matemáticas.
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¡Santa, soy Lalisa Manoban!
Teen FictionMis deseos de navidad siempre han sido cumplidos, pero quizás este año he excedido mi lista. Historia original. Está en proceso.