Así sin más.

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Taehyung no se fue a su habitación, estábamos acostados hablando de los planes para esa semana. En algún punto él se quedó dormido y yo simplemente no pude, así que me limité a sentir la respiración acompasada de Taehyung mientras dormía. Me tenía apresada, y salir de allí nunca era tarea fácil. Al cabo de un rato alguien se asomó a la puerta, era una mujer de mediana edad. Y al vernos acostados pareció avergonzada, y casi se retira.

—¿Hola? —pregunté mientras escapaba del abrazo de Tae y me paraba de la cama.

Taehyung hizo un sonido de desaprobación aún dormido, y al no sentirme cerca se gira buscando algo para abrazar. Yo intento ahogar una risa de ternura.

—El almuerzo está listo, la señora me ha dicho que los llamara —asentí —. Lamento haber irrumpido, pero no encontré a Taehyung en su habitación. Y la señora Kim dijo que seguramente estaría con usted.

—No hay problema —dije sin saber que más agregar, ella sonríe al ver a Tae dormido.

—Debes ser su novia, ¿verdad? —le respondí que sí con una sonrisa —. Te busca hasta dormido, ya veo porque decidió quedarse en Daegu —dijo, y supuse que para decir aquello debe de tener confianza con la familia de Tae.

—Gracias, voy a despertarlo y bajaremos en seguida.

La mujer asiente levemente y sale de la habitación. Yo me acerco hasta la cama, al lado de Tae. Lo veo abrazando una almohada, almohada alias mi reemplazo. Si algún día llego a vivir con Taehyung, creo que por las noches nunca me soltaría.

—Hey, vamos —lo muevo un poco por el hombro.

—¿Mmm? —sus ojos se entreabren un poco y luego los cierra con más fuerza lo ojos.

—Tu mamá nos está llamando para el almuerzo, tenemos que ir.

—Quiero dormir, no seas cruel —se voltea hacia el otro lado, dándome la espalda.

—Taehyung, anda vamos —vuelvo a moverlo.

—Tengo sueño. Y tú estás siendo desconsiderada, Naranjita.

Sé que acercarme a él mientras duerme es peligroso, pero igualmente lo hago porque no hay más opciones. Y en cuestión de segundos sus brazos me toman, sujetándome para que no pueda escapar.

—Taehyung, suéltame. Tu mamá se va a molestar —yo intento zafarme, pero él solo se ríe —. Aish, eres un tonto.

—Yo digo que te quedes aquí, mientras yo te abrazo para poder dormir — levanto mi cabeza de su pecho —. Te ves muy sexy enojada.

—Quieres jugar, bien. Bajamos ahora mismo o me niego a besarte durante todo el viaje, y cuando regresemos tampoco habrá ... —no tuve que terminar, desde que dije besos me soltó y se levantó de la cama.

En el almuerzo todo va excelente y divertido, como todos los almuerzos o cenas que he tenido en casa de Taehyung en Daegu. Su padre me cuenta la historia de esta casa, en donde él creció la mayor parte de su vida.

—Siempre he tenido aprecio por esta casa, se podría decir que crecí aquí. Aunque también solía viajar mucho con mis padres —la señora Kim toma la mano de su esposo con dulzura —. Mi madre la vendió al morir mi padre, y yo tiempo después me reuní con quien la había comprado para negociar cómprasela.

Yo me pregunté por que su madre no habría querido vendersela a él. Es decir, sabía que no se hablaban y que ella había decidido no heredarle nada, pero si este lugar era tan importante para él al menos podría haberle dado la opción de comprarlo. Sin embargo, decido que es mejor y más respetuoso no preguntar al respecto.

¡Santa, soy Lalisa Manoban!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora